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Sus enseñanzas cambiaron el modo de actuar. Maestra de maestros como Agustín Alezzo, Augusto Fernandes y Carlos Gandolfo, formó a cantidad de generaciones de actores. « ... Federico Luppi fue uno de sus alumnos». A su vez, discípulos como Juan Carlos Corazza, Cristina Rota, Eduardo Recabarren o Marina Wainerx han incorporado en su modo de enseñar el método, la severa, pero efectiva maestría de Crilla, pionera en aplicar el método Stanislavski en Argentina. «Leonardo Sbaraglia, Javier Bardem o Penélope Cruz no serían los actores que son si Hedy Crilla no hubiera existido». Sin embargo, su labor ha sido olvidada y es conocida por muy pocos.
Los cines Cinesa de Urbil acogen este martes el estreno de la película documental 'Hedy Crilla. Maestra de actores'. Un proyecto que la argentina Luciana Murujosa ha escrito –junto a Mónica Salerno–, dirigido y producido, precisamente, «para reivindicar la vida y obra de una mujer que cambió la historia de la actuación». La realizadora estará este martes en la proyección de las 20.00 horas y conducirá el coloquio que acompañará a la película documental, a la que anima a acudir «no solo a gente que le interese el teatro, sino a toda aquella persona curiosa que le interese conocer la historia de una superviviente de la historia», explica.
Resume su proyecto como «un enriquecimiento para el alma», además de tener una gran fe en el público guipuzcoano por llevar siempre consigo la cultura y el teatro. Además, valora y «agradece enormemente» que una distribuidora comercial como Cinesa apueste por un documental sobre una mujer, «desconocida para la inmensa mayoría de la población».
La de Crilla es «la vida de una migrante», la de una centroeuropea nacida en Viena en 1898, en el seno de una familia acomodada. Desde el colegio supo que su profesión futura sería la de actriz. Pese a las reticencias de su padre, se formó en el Conservatorio de Arte Escénico de Viena, etapa en la que viajó a Alemania para interpretar en los teatros más importantes del país obras de Ibsen o Shakespeare. Su 'temprana' vocación coincidió con la transición del cine mudo al sonoro, destacando su intervención en el pionero filme lésbico 'Mujeres de uniforme' en 1931 –que en 1958 tuvo un famoso 'remake' protagonizado por Romy Schneider–, donde sin demasiado renombre interpretó a una severa institutriz.
Pero su carrera y su vida se vieron truncadas por el nazismo. Tras el nombramiento de Hitler como canciller alemán en 1933, su condición de judia mermó sus planes familiares y la poca solidaridad de su entonces marido Anton Crilla –católico– hizo que tuviese que marcharse primero a Francia para instalarse definitivamente en Buenos Aires. «Hedy tenía ya 40 años cuando llegó a la Argentina, Fue heróico llegar aquí, ver truncada su faceta como actriz y entrar en o con gente joven, de su profesión, sin ningún antecedente», explica Murujosa sobre las hazañas de Crilla en su llegada al otro continente.
La gente joven a la que alude la argentina es la agrupación de jóvenes que conformaban el Teatro de la máscara, una generación atráida por la Actors Studio de Nueva York, y que deseaba aprender el método Stanislavski, «que ella en Europa aprendió muy bien». Así, la austríaca se convirtió en una de las profesoras de interpretación más importantes para el país. «Era muy sincera y concreta. Incluso a veces dura, pero algo que reseño siempre es que, al mismo tiempo, era muy generosa en sus enseñanzas», indica la realizadora, que se con su trabajo espera hacer que «se conozca la vida y obra de una actriz y gran pionera cuyo legado no quiero que se pierda».
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