Nunca las hemos perdido de vista y siempre hemos seguido su pista. Desde un día ya lejano de 2017 cuando presentaron en Cannes aquel su ... cuento árido 'La novia del desierto' que luego pasó entre vítores en el Zinemaldia donostiarra

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Nos interesan desde hace ya ocho años esas dos directoras argentinas que han bregado en todos los puestos de base en esto del acto cinematográfico; han sido meritorias de dirección, supervisoras de script, ayudantes de dirección y actrices antes de convertirse en guionistas, realizadoras y productoras. Antes de 'La novia del desierto' y de esta amarga, turbia, turbulenta, arriesgada y peligrosa 'La llegada del hijo' que tuvo su estreno mundial en San Sebastián en septiembre, se paseó con honores por Málaga y a pesar de que en algunos momentos se desarticula, fue considera la mejor película argentina en el festival de Mar de Plata.

Ni se puede ni se debe ni pretendo contar demasiado sobre el argumento de este casi thriller agrio que cuestiona la maternidad y el puñetero nudo que se supone te ata a tu cachorro por más que el cordón umbilical te lo corten al parirlo. No, no se puede ni se debe ni pretendo desvelar nada. Baste con recordar (o esperar) esa escena erizada de malmeteres en que la digna madre rica de Sofía le dice (+-) a la protagonista 'entre una concha y un hijo no se elige la concha'.

Nunca perdimos la pista de Cecilia y Valeria. La recompensa es esta, su segunda película, cruda y cruel, cargada de tensiones y metáforas (lluvia, barro, tomas subacuáticas, fuego, cicatriz de cesárea, cementerio...), trabajada con una contención hiriente en las imágenes (fotografía parda del imbatible Armstrong) y en los sonidos. No es solo la música del gran Jusid sino la labor de los diseñadores y mezcladores del paisaje sonoro del filme.

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Hay una historia de amor (truncado) Ha llegado Alan, sí.

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