Crítica de 'Secretos de un crimen': Mujer de uniforme

Es esta que comentamos aquí, escrita y dirigida, como la otra, por una mujer. Una mujer que debuta como cineasta con esta obra rabiosa protagonizada por la viuda joven de un policía que, por normas extrañas para nosotros, hereda el puesto de su marido y se convierte en la ayudante de otra mujer policía que lo ha visto y sospechado casi todo. En una tierra donde sigue habiendo castas, esta veterana lo tiene bien claro y así se lo dice a Santosh (el nombre de la muchacha es el título original) en una poderosa, agria y desesperanzada charla al final del filme, «hay dos clases de intocables en este país; los que nadie quiere tocar y los que nadie puede tocar».

'Secretos de un crimen' tiene mucha bravura dentro y, como todas las películas donde alguien espera un tren en la noche, coge el que no estaba previsto que cogiera y la cámara muestra la oscuridad del túnel que te lleva a donde se suponía que no ibas, es una buena película, un debut muy interesante. Con frescura cinematográfica pero con un pulso muy firme y nada ingenuo en sus decisiones de guion, en su toma de postura ante los males que acosan a la sociedad india, tan parecidos a los que padece el resto del orbe pero con sus intransferibles particularidades en cuestiones de racismo, machismo, abuso de poder, odios religiosos y ese sistema de castas que aunque derogado por la Constitución sigue latente en las relaciones de los unos con los otros. Tiene fuerza 'Santosh'. Sabe lo que quiere y sabe contarlo. Y la cámara, ágil y serena a la vez, tiene muy claro dónde, cómo y a quién mirar.