Izaro regresa a lo grande en el Kursaal

Con este cuarto disco, la cantante de Mallabia se reinventa en clave electrónica y parece que el público ha abrazado su cambio: en la primera semana de su salida al mercado, 'Cerodenero' se situó en cuarta posición en la lista de ventas en España (de Promusicae) tras Malú, El Último de la Fila y Aitana, y por delante de nombres internacionales como Bad Bunny y Taylor Swift. Una recepción que se traduce asimismo en las ganas por escucharlo en directo: las 7.000 entradas para sus cuatro conciertos en el País Vasco se vendieron en cuestión de semanas.

El idilio de Izaro con Donostia no es ni mucho menos nuevo. A su ciudad de adopción le dedicó su segundo trabajo 'Eason' (2018) y aquí ha tocado –y llenado– en numerosas ocasiones, la última en aquella histórica cita en el Velódromo de la primavera de 2022 que le aupó como la primera mujer vasca en llenar las 5.840 localidades del recinto.

Su poder de convocatoria se había refrendado ya en años anteriores sobre el escenario de la playa del Jazzaldia y en el teatro Victoria Eugenia pero al Kursaal, sin embargo, no acude desde octubre de 2020. Entonces, la mallabiarra marcó otro de sus hitos cuando ofreció aquella maratón de seis conciertos en cuatro días que la pandemia había obligado a posponer.

En el auditorio de Moneo, el público redescubrirá a una 'nueva' Izaro, esa que regresa tras un año alejada del foco público y que pone ahora un nuevo punto de partida en este 'cero' de enero. «Llegó un momento en el que sentí rechazo hacia todo, no quería tocar, no quería hablar con la prensa, no quería que nadie me conociera por la calle... y necesitaba entender lo que me estaba sucediendo», reconoce.

Y así se embarcó en un viaje emocional donde la rabia y el sufrimiento desembocan en la calma, como así quiso reflejarlo en forma de las nuevas doce canciones que conforman su cuarto disco. Hoy, tres días después de soplar 30 velas, Izaro regresa a casa para celebrar su nueva vida.