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Mariza vuelve a Donostia tras su paso por el Jazzaldia.

Mariza se reencuentra con la 'Rainha do Fado' como su más digna heredera

La cantante mozabiqueña regresa mañana a Donostia con un recuerdo al repertorio de Amália Rodrigues que apunta a llenar el Kursaal

CARLOS R. VIDONDO

san sebastián.

Lunes, 29 de noviembre 2021, 07:36

Para Mariza Nunes (Lourenço Marques, Mozambique, 1973), el pasado 2020 fue un año de números redondos. Sumergida en una pandemia que le afectó a nivel personal, celebró su vigésimo aniversario en la música de la manera que mejor corresponde, con un homenaje a una de las fadistas más grandes de la historia, Amália Rodrigues, quien a su vez hubiera cumplido cien años. Se reencontró con sus canciones y decidió reinterpretarlas en 'Mariza canta a Amália', un disco sincero que ya presentó en San Sebastián sobre las tablas de la Trinidad en la 55 edición del Jazzaldia. Mañana martes, a las 20 horas, el Kursaal volverá a acoger un repertorio que hizo las delicias del público donostiarra pero que, sin duda, supo a poco.

Su cabello rubio y corto, su figura elegante decorada con rosas de tinta y, sobre todo, esa voz honda y cálida heredada del mestizaje de bisabuela gallega, madre mozambiqueña y padre luso. Todo eso es Mariza, una niña que se crió en el seno del barrio lisboeta de la Mouraria, cuna del fado y la música portuguesa y que, a día de hoy, es mucho más que una digna sucesora de la 'Rainha do Fado'. Es una artista con mayúsculas que más allá de su tierra sigue siendo profeta y embajadora con esa mezcla de raíces lusas con estilos como el flamenco o el legado africano.

  • Lugar Auditorio Kursaal.

  • Cuándo Mañaa martes, día 30, a las 20 horas.

  • Entradas 40 euros, wn www.kursaal.eus o en la taquilla del Kursaal

Su gran sintonía con músicos como Paco de Lucía o José Mercé permitieron que el fado encontrara a través de su voz una vía de fusión para reinventarse y demostrar su mutabilidad. Este último trabajo nació en los instantes previos a que la Covid-19 paralizara el mundo, pues fue grabado en Río de Janeiro, entre diciembre de 2019 y febrero de 2020. Con la pandemia, esa inabarcable creatividad se fue difuminando en lo que la propia artista describió como «tiempos muy negros en los que perdí la inspiración y, con el confinamiento, dejé de escribir completamente. Para ser sincera, aún no la he recuperado», tal y como declaró en una entrevista reciente. Sin embargo, todo pasa cuando sale al escenario a cantar y eso mismo hizo cuando necesitó encontrar un resquicio de esperanza. «Siempre que podía me iba a una tasca del centro de Lisboa a cantar, eso me ayuda a limpiar el alma».

Afirma que este álbum «es la mejor manera de honrar y agradecer el legado que nos dejó Amália. Es una gran inspiración, no solo para mí, sino para tantos artistas de mi país e internacionales, así como para todos los portugueses».

Los músicos de la Trini

Mariza siempre ha cantado a Amália. En sus inicios con el álbum 'Fado em Mim' (2001) reinterpretó 'Barco Negro' y 'Oiça Lá ó Senhor Vinho' y, a lo largo de sus siete trabajos de estudio y tres discos de conciertos, ha grabado parte de su repertorio. Entre los diez temas que conforman el nuevo disco encontramos 'Gaviota', 'Extraña forma de vida', 'Con qué Voz', 'Gente que se lava en Río' o 'Fue Dios', con arreglos y dirección de orquesta de Jaques Morelenbaum, quien fuera colaborador de Caetano Veloso y Ryuichi Sakamoto, que ya trabajó con Mariza en 2005 en su álbum 'Transparente'.

Tras pasar por A Coruña, mañana en la actuación del Kursaal Mariza volverá a estar acompañada de los instrumentistas que tocaron en la Plaza de la Trinidad, Luis Guerreiro (guitarra portuguesa), Phelipe Ferreira (guitarra), Adriano Alves (bajo), Joao Freitas (percusión) y Joao Frade (acordeón).

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