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Fue una de sus últimas giras por Europa antes de retirarse, dijo estar feliz de actuar en San Sebastián (bueno, eso lo dicen todos los ... artistas, salvo los sobrios Van Morrison) y al principio de su concierto en el Kursaal anunció que quería convertir el escenario en el salón de su casa («my living room»). Y lo logró.
Miguel Martín, director del Jazzaldia, recuerda aún con agrado aquel concierto de julio de 2005 de Roberta Flack, fallecida el lunes a los 88 años, y más aún la profesionalidad y discreción de la artista. Acostumbrado a soportar rarezas de divos, «la cantante cumplió con oficio sus compromisos, siempre con una sonrisa, sin creerse el aura de leyenda que los demás le dábamos».
Las entradas se habían agotado mucho tiempo atrás para recibir a alguien que ya era un mito. Y Roberta Flack arrancó pronto con sus hitos, como el 'Killing Me Softly' coreado por el público como si fuese una ceremonia religiosa. Sorprendió con un 'Angelitos negros' que ya había grabado en su disco 'First Take' y terminó con el 'First Time Ever I Saw Your Face', su otra canción para la historia. El público la despidió en pie y ella siguió su gira española en un intenso julio. «Qué felices hemos sido en el saloncito de Roberta», escribió Ricardo Aldarondo en su crítica de este periódico.
Pero alguien la había estado espiando desde las bambalinas del Kursaal. Antony debutaba esa misma noche en el Jazzaldia y seguía desde ahí, sobrecogido, la actuación de Flack, según el recuerdo de Miguel Martín. Antony pidió, «no sé si en bromas o en serio», relata ahora el director del Festival, que no limpiaran el teclado del piano «para tocar con mis manos las teclas que ha acariciado ella». Y en su actuación a medianoche el músico que años más tarde se convirtió en Anohni lo dijo al público: «Me impone este piano, mañana va a tocar en él Keith Jarrett y esta tarde ha tocado con él Roberta Flack, oh my God!».
Son los círculos de la música: aquel 2005 era el primer año de Antony en el Jazzaldia, pero no en el Kursaal, donde actuó tiempo atrás como 'corista' de Lou Reed. Las leyendas musicales se tocan.
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