La diferencia de precio entre la gasolina y el diésel se ha ensanchado de manera notable desde el pasado 1 de enero en Gipuzkoa. En ... concreto, la brecha en el coste de ambos carburantes ha llegado a quince céntimos. Según las consultas realizadas en la página web que recoge el precio promedio de todos los territorios, el litro de ambos carburantes se situaba en términos prácticamente idénticos a comienzos de año, mientras que en el arranque de julio –en plena operación salida– la diferencia ha llegado a quince céntimos. De este modo, el desembolso para llenar el depósito con gasolina sin plomo 95 es siete euros superior al de hacerlo con gasóleo –cálculos realizados con 55 litros repostados–.
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Así, todos aquellos que esta semana se detengan en una de las más de un centenar de estaciones de servicio que existen en Gipuzkoa deben abonar de media 84 euros en diésel y 91 en gasolina. Históricamente, el litro de sin plomo 95 siempre ha estado más caro que el del gasóleo en nuestras estaciones de servicio, aunque los últimos tiempos tan agitados que estamos viviendo en la geopolítica internacional también han trastocado este dogma. De hecho, el gasóleo fue más caro entre julio de 2022 y febrero de 2023, coincidiendo con el inicio de la guerra en Ucrania.
¿Pero cuáles son las causas que explican esta diferencia actual tan abultada en el coste de ambos carburantes? Desde la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP), su directora de comunicación, Inés Cardenal, afirma a DV que hay dos claves fundamentales para analizar cómo funciona el mercado de hidrocarburos. Por un lado, subraya que el coste final en el surtidor depende del «precio al por mayor en los mercados internacionales. Tanto la gasolina como el gasóleo cotizan en estos mercados y en el caso de España hay dos principales: el del noroeste de Europa y el del Mediterráneo. En estos lugares, desde comienzos de año, ha subido más el precio de la gasolina que el del gasóleo».
91,7 euros
de media cuestan esta semana 55 litros de gasolina sin plomo 95 en Gipuzkoa frente a los 84,15 del diésel.
Otro aspecto relevante para explicar esta brecha en la factura final que abonan los consumidores radica en las peculiaridades fiscales del gasóleo, que paga menos impuestos especiales que la gasolina. «Aproximadamente 10 céntimos de euro menos por litro. Estos dos efectos combinados hacen que en estos momentos la diferencia entre ambos carburantes se haya multiplicado», explica.
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El alza del coste de la gasolina en los últimos años –llegó a cotizar por encima de los 2 euros en marzo de 2022–, ha provocado que muchos se las ingenien para buscar y rebuscar estaciones de servicio que tengan precios competitivos para no dañar en exceso el bolsillo. El problema llega cuando algunas compañían tiran los precios a la baja, incluso por debajo de coste, para atraer a la clientela. Ello, denuncian las fuentes consultadas, se consigue a base de que las operadores que venden el combustible no abonen el IVA, con el consiguiente daño a las arcas públicas y al resto de empresas que parten en desventaja competitiva.
Según informó 'Diario de Navarra', una de cada seis gasolineras de la comunidad foral vende el carburante por debajo de coste. En la información, la asociación de estaciones de servicios denuncia que este problema es «creciente» y también que el agujero para el fisco se cifra en unos 15 millones de euros.
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Consultados al respecto por este periódico, desde la asociación de empresarios de automoción de Gipuzkoa (AEGA), que representa al 80% de las estaciones de servicio del territorio, no constatan en estos momentos que se esté produciendo en el territorio un hecho similar. Tras preguntarles si la existencia de precios muy por debajo del promedio significa que se suministran de distribuidores que puedan estar cometiendo fraude, responden que «pudiera ser, pero no lo sabemos y por lo tanto no podemos conocer el alcance».
Las mismas fuentes matizan que nuestro territorio «aún mantiene» una red de estaciones en las que «prima» la atención al público, un producto de «calidad» y una atención al cliente que requiere de unos estándares en los que el empleo es clave. En este caso, «es el consumidor quien tiene la última palabra; qué producto quiere y a qué precio».
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Finalmente, AEGA asegura que está siguiendo «atentamente» esta cuestión y colaborará «siempre», como ya lo está haciendo, con la Hacienda foral de Gipuzkoa y con los cuerpos de seguridad.
Desde el departamento que pilota Jokin Perona, por su parte, responden que «no han detectado recientemente» ningún tipo de caso de fraude similar» en Gipuzkoa. El matiz temporal es relevante, ya que en 2018 sí que hubo una estafa relacionada con la venta de hidrocarburos.
Las dos mayores tramas empresariales dedicadas a la venta al por mayor defraudando el impuesto del IVA masivamente fueron desmanteladas «por completo» en la llamada 'operación Drake' iniciada en 2015 por la Guardia Civil y la Agencia Tributaria.
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Entre ambas organizaciones habían defraudado a las arcas públicas más de 150 millones de euros al dejar de pagar el IVA a Hacienda a pesar de habérselo repercutido a sus clientes, lo que les hacía obtener importantes beneficios. Centraban su actividad en la venta al por mayor de combustibles mediante empresas instrumentales y testaferros. Estos hidrocarburos los vendían a gasolineras de todo el territorio nacional a un precio ligeramente más bajo que los distribuidores legales, con lo que solían colocar su mercancía fácilmente.
Las asociaciones vascas de automoción –AEGA de Gipuzkoa, ADEADA de Álava y BAT de Bizkaia– han realizado un estudio en el que alertan sobre las bajas rentabilidades que sufre el sector con las aseguradoras, especialmente en los costes relativos a la mano de obra. Según advierten, los baremos que estas compañías aplican les llevan a perder «una gran parte de la rentabilidad de los talleres, o bien no se llegan a cubrir los costes de los trabajos realizados por este colectivo». «La totalidad de los encuestados considera la defensa del precio de la mano de obra pagado por las aseguradoras como clave para sus negocios», dicen las asociaciones vascas, que señalan que la problemática se ha agravado. Entre otras dificultades señalan un desvío de trabajos por parte de las compañías aseguradoras, las videoperitaciones y los costes istrativos que éstas generan, o la imposición de compras de algunos recambios a través de plataformas. ADEADA, BAT y AEGA han remitido a las 16 principales aseguradoras una petición sobre la «insostenible» situación que viven desde hace años los talleres de chapa y pintura. Los precios actuales «comprometen seriamente su viabilidad», informan. A pesar de que cada taller mantiene una relación diferente con las aseguradoras, reiteran que se trata de un problema «sectorial», por lo que debe afrontarse en conjunto para abordar el desfase entre los precios. En cuanto a la problemática salarial, señalan que los aumentos vinculados al IPC en la negociación colectiva en los territorios vascos están por encima de las subidas aplicadas por las compañías. «Nuestras empresas facturan mano de obra, por lo que los aumentos de los costes laborales tienen gran repercusión en su cuenta de resultados y cualquier actualización que se realice por debajo de estos incrementos redundará en perjuicio de la rentabilidad y la viabilidad de sus negocios», remarcan.
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