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«Cuando hablamos de órdenes religiosas en Gipuzkoa siempre pensamos en la influencia de los jesuitas y en Loiola, el Vaticano de Azpeitia, o en los franciscanos y el poder simbólico de Arantzazu, pero hay órdenes con menos 'marketing' que han tenido al menos tanta presencia, como los agustinos, aunque en los últimos tiempos han ido perdiendo buena parte de su presencia».
Un veterano conocedor de la Iglesia guipuzcoana resume así el lazo guipuzcoano de la orden a la que pertenece León XIV, elegido el jueves nuevo Papa. Y aporta un dato revelador: el pasado 7 de julio salieron del histórico convento de San Agustín, en Hernani, las últimas monjas de clausura que vivían ahí, alojadas ahora en el de Artziniega, en territorio alavés. Solo las cuatro monjas que siguen en Errenteria mantienen la presencia agustina.
La Orden de San Agustín está compuesta por la Primera Orden Agustiniana o Padres Agustinos (religiosos y sacerdotes), la Segunda Orden Agustiniana (monjas de clausura) y la Tercera Orden Agustiniana o Fraternidad Agustiniana (laicos consagrados).
Hubo más referentes agustinos en Gipuzkoa que ya no están. En el barrio del Antiguo de Donostia, en el Paseo de Hériz, se levantaba el colegio de Santa Rita, otro clásico de la enseñanza, desaparecido a principios de este siglo y sustituido por viviendas. Y en Martutene se encontraba también otro gran colegio agustino, cerrado hace años, polémico por sucesivas 'okupaciones' y que se convertirá en centro de formación ocupacional.
También el convento de San Agustín de Azpeitia es centro cultural de 2008 después de un largo litigio entre la Diócesis y el Ayuntamiento. En Mutriku hubo otro histórico convento de agustinas hasta que las últimas moradoras se trasladaron en 2005 al convento de Sant Mateu en Castellón. Y el de Aretxabaleta cerró en 2015 tras 111 años de presencia de las monjas.
Además de Hernani es Errenteria otro de los puntos donde también fue fuerte la presencia de los agustinos, y en contra de lo que piensan muchos Oñati no lo es. Aunque muchos vecinos se refieran como 'los agustinos' al enclave situado en la localidad, el historiador José Antonio Azpiazu recuerda, «el nombre de la congregación religiosa ubicada en Aita Madina Kalea, 3 es la de Canónigos regulares de Letrán. Siguen la Regla de San Agustín, combinando la vida canónica con un compromiso pastoral activo, pero no son agustinos como tal. Tienen orígenes, estructuras y misiones distintas, por lo que no guardan relación con el nuevo Papa», puntualiza Azpiazu.
Hernani sí ha tenido históricamente una relación muy estrecha con la orden de los Agustinos, con el céntrico convento de San Agustín en la zona conocida como Zinkoenea. Ahí han estado desde 1547, cuando el recinto fue adquirido por Juan Martínez de Ereñotzu y cedido a la congregación religiosa. El de Hernani es el segundo convento de religiosas agustinas que se abrió en Gipuzkoa, tras el de San Bartolomé en Donostia. Éstas pasaron de San Sebastián a Astigarraga en 1849 y luego Hernani aglutinó a todas desde 2017. En el siglo XIX también habían llegado a Hernani las monjas de Mendaro.
La presencia de las 'agustinas' en Hernani se perdió el pasado julio, solo unos meses antes de que Robert Prevost llegara al máximo poder de la Iglesia. «Las Agustinas han contado siempre con un gran arraigo en Hernani, es una congregación muy querida», explican en el pueblo. Pero la edad avanzada de las religiosas y la falta de relevo en el convento hernaniarra provocó finalmente su salida. El convento de San Agustín está sin uso pero mantenido por sus cuidadores.
En Errenteria la presencia de las agustinas se remonta al siglo XVI. Según registros del archivo de la Diócesis de Pamplona el monasterio de las Monjas Agustinas tiene sus raíces en el beaterio surgido en el año 1542, «con el objetivo de ser testimonio vivo y cotidiano de vida cristiana en alabanza a Dios».
En torno a ese convento crecería en la segunda parte del siglo XX el barrio llamado precisamente como 'Agustinas', con la apertura de un centro escolar en 1962 (cerrado en 1995) y la constitución de la Iglesia, bajo la advocación de San Agustín, en 1975.
El Papa León XIV toma su nombre en referencia a León XIII, el pontífice de hace un siglo. Pero otro León, 'San León de Baiona', de hace más de mil años, tiene también una curiosa conexión con el País Vasco. Procedente de la zona sa de Rouen, 'evangelizó' hacia el año 900 Baiona y otros territorios vascos. Fue el enviado a «envagelizar a los vascos» en tiempos de 'invasiones musulmanas', según la leyenda, que dice fue martirizado por los sarracenos. Sus reliquias se conservan en la catedral de Baiona, donde se le honra como patrono de la diócesis. El león, que representa «la historia de resistencia y evangelización», es el símbolo de Baiona.
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