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NAGORE LARRAÑAGA
Domingo, 7 de agosto 2022
Concha colgada en la mochila, credenciales de peregrino listas para ser selladas, alguna ampolla tal vez en los pies y muchos kilómetros por delante. Todos los caminos llegan a Santiago, o eso dicen. Existen varias rutas que llegan a la catedral de la capital gallega, entre ellas, las vías del litoral guipuzcoano. Muchos aventureros aprovechan este verano para hacer las cuatro etapas del Camino de Santiago de la Costa, entre Irun y Markin-Xemein, en Bizkaia.
La primera etapa, que atraviesa Gipuzkoa, comienza en Irun y los peregrinos se atan las botas antes de caminar 94,2 kilómetros de aventura. Entre ellos, Jean Longlua y Gregoir Taxeus, que partieron desde Baiona e hicieron una parada en el albergue municipal de peregrinos de Jakobi en Irun. 4.200 caminantes ya se han hospedado allí en lo que va de año, aunque es un 29% menos que los que pasaron por estas fechas en 2019, antes de la pandemia. El parisino Longlua explica que es la primera vez que hace el Camino y pretende llegar hasta Bilbao. «Aunque lo haga por razones religiosas y deportivas, mi parte favorita del día es cuando paramos a comer», ite entre risas.
Josin Galzacorta
Irun
Josin Galzacorta, presidente de la Asociación de los Amigos del Camino de Irun, destaca que este año abunda más peregrino extranjero que estatal, siendo los locales solo un 27,81%. Entre ellos, Luis Larrañaga, Iñigo Beistegi y Fermín Ezcurdia, vecinos de Pamplona, que aseguran estar «disfrutando mucho el contraste entre el mar y la montaña».
Estos pamploneses cuentan que la víspera fue un día duro con susto incluido. «Empezamos cuatro pero uno se hizo un esguince en el tobillo y tuvo que irse a casa», explican. Además, al ser primerizos en el Camino, se perdieron. «Salimos a las 9.00 de Hondarribia y llegamos a las 19.00 a San Sebastián», cuenta Ezcurdia. También fascinado por el paisaje y cómodo con el clima está el catalán Jesús Chinchilla, ya que ite que «aunque haga calor, no es asfixiante como el de Barcelona». A Conchi de Luz, llegada desde Guadalajara, le ha resultado imposible prepararse para las etapas. «No había manera de caminar con las olas de calor. Aunque pasear con 25 grados es algo llevadero», comenta.
Las nacionalidades más frecuentes están siendo la sa y la alemana. Entre ellos, Theo Rainkeur y Maximilian Zanda, quienes buscaron en internet un lugar para caminar por la montaña y acabaron inmersos en el Camino de Santiago. Por su parte, el presidente de la Asociación de los Amigos del Camino de Irun señala que «los peregrinos vienen de cualquier país del mundo que te puedas imaginar, por ejemplo, este año han venido 43 personas de Corea del Sur».
Aunque esta peregrinación es una de las más antiguas, las modas también se abren camino y se empieza a hablar de 'turigrinos', es decir, turistas que se hacen pasar por peregrinos. «He llegado a ver hasta peregrinos con tablas de surf debajo del brazo», recuerda Galzacorta entre risas. Sin embargo, aunque el 69% de los peregrinos supere los 71 años de edad, y en esos años poco 'turigrino' puede haber, Galzacorta cree que aún queda mucho trabajo para poner en valor el aspecto cultural del Camino de Santiago en su paso por Euskadi».
Galzacorta pone en valor el cambio mental que supone esta travesía. «Algunos empiezan como turistas y otros como deportistas, pero cuando llegas a Santiago la cosa cambia». Las largas horas sin distracciones y la resistencia física y mental cambian la vida de muchos como Galzacorta, que ite no saber por qué empezó «pero cuando llegué a Santiago algo cambió en mí y ahora, mírame, presidiendo la Asociación de los Amigos del Camino de Irun».
Carmen López
Murcia
La peregrina Carmen López coincide con él, ya que «creo que el Camino me puede ofrecer cosas. Es el momento idóneo para pensar y hacer revisión de lo que llevamos de año». El buen ambiente del Camino empapa a peregrinas como esta murciana, que manifiesta que «lo más bonito es encontrarte con la gente. Nosotras, por ejemplo, hace tres kilómetros que nos conocemos», en referencia a su acompañante.
Muchos como Gregoir Taxeus lo describen como un camino hacia el interior, ya que «salir de mi zona de confort y adentrarme en un reto personal y espiritual supone que el Camino de Santiago sea algo muy especial. Todavía no he acabado, pero volveré seguro».
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Mikel Calvo e Izania Ollo (Gráficos) | San Sebastián
Mateo Balín y Sara I. Belled (gráficos)
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