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Pasado mañana se celebra el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, ámbito tradicionalmente masculinizado. Euskadi superó en 2023 las 8. ... 000 publicaciones científicas anuales (8.028), con un incremento del 25% respecto a la producción de hace 5 años. Sin embargo, el porcentaje de mujeres con dedicación plena apenas supera el 35%. Según Ikerbasque, se impone el 'efecto tijera', por el que hay menos mujeres cuanto más se asciende en la escala académica y profesional. Más del 70% de las cátedras estaban ocupadas por hombres en el curso 2022/2023. La concienciación al respecto crece. Prueba de ello es que 35 entidades vascas organizan conjuntamente un programa de más de 60 actividades en el proyecto 'Emakumeak Zientzian' para hacer visible la actividad de las mujeres en la ciencia y romper con los roles típicamente masculinos. Cuatro científicas nos comparten su experiencia y reflexión.
Mariana Medina (Bogotá, 1982) Investigadora de Ikerbasque
Lidera un grupo de investigación de CIC Nanogune en el campo de las tecnologías terapéuticas y de diagnóstico avanzadas para transformar la atención sanitaria, principalmente ante los retos de la ginecología y la infertilidad. Mariana Medina Sánchez, nacida en Bogotá hace 42 años, centra su trabajo en traducir los descubrimientos científicos en aplicaciones clínicas prácticas.
En concreto, explica que «buscamos desarrollar herramientas que mejoren el diagnóstico temprano de enfermedades y hacer menos invasivas las terapias. Pare ello, utilizamos sensores miniaturizados. En el campo de la infertilidad, por ejemplo, trabajamos con dispositivos que nos permiten evaluar la calidad espermática de los óvulos antes de realizar un proceso de fertilización in vitro para tener más posibilidades de que el embrión se implante en el útero».
En el campo de las terapias no invasivas, desarrollamos microrrobots biomédicos. Pueden ser catéteres miniaturizados, controlados de forma externa mediante campos magnéticos».
En el fondo, aflora la finalidad que le llevó a sumergirse en el mundo científico. «La investigación persigue dar pasos para poder mejorar la calidad de vida de los pacientes ante tratamientos convencionales no tan eficientes». Su historia personal lo explica. «Estudié ingeniería mecatrónica pero tuve un caso de cáncer cercano y me replanteé que quería trasladar esos conocimientos de robótica un poco lejanos a aplicaciones biomédicas que pudieran mejorar la calidad de vida de los pacientes. Empecé en un mundo de hombres y fue fundamental tener seguridad en mí misma. En el campo de las aplicaciones biomédicas, he visto más equidad y equilibrio en los grupos».
Uxue Lazcano (Bergara, 1995) Bióloga computacional
Graduada en Bioquímica y Biología Molecular por la UPV, Uxue Lazcano está especializada en bioinformática. Investiga las características moleculares de los procesos metastásicos de cáncer de próstata mediante técnicas computacionales. Desde CICbioGUNE, explica que «trasladamos a los ordenadores ese trabajo de laboratorio para intentar entender el cáncer utilizando herramientas bioinformáticas. Analizamos el genoma de las células, sus programas de transcripción medianta análisis de datos. Somos como biólogos con ordenador en vez de con pipetas y bata».
Entiende la ciencia como «el afán por dar respuestas a las preguntas, algo que me cautivó desde pequeña». De prácticas en un laboratorio, descubrió que le seducía más la programación y se marchó a hacer un máster en Bioinformática a Barcelona.
Trabaja con una beca de la Asociación Española Contra el Cáncer, pero «después preveo un futuro incierto y abocado a la precariedad. Sería ingenua si negara que existe diferencia entre hombres y mujeres. En nuestro sector se da el llamado gráfico de tijera inversa. En las carreras de biociencias, somos muchas más las mujeres que empezamos y nos formamos. Sin embargo, según das pasos en la carrera científica, se ve que la proporción cambia a la inversa. La presencia femenina en puestos de jefe cae en picado».
Su deseo no puede ser más coherente y justo. «Me encanta la ciencia, y como me gustaría vivir rodeada de familia y amigas, quisiera desarrollar la carrera científica en Euskadi. Es donde me he formado y siento el compromiso para devolver a la universidad y a la sociedad lo que me ha dado. Poder hacerlo en euskera también es un plus».
Nekane Errasti (Elgoibar, 1976) Coordinadora de ingenieraía en MU unibertsitatea
Su labor como coordinadora de Ingeniería de Mondragon Unibertsitatea es atraer a la juventud al mundo STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). Nekane Errasti (Elgoibar, 1976) asegura que «el mundo de la ciencia va más allá de la imagen estereotipada de laboratorio. Abarca desde el ámbito de la salud hasta el mundo de los datos que hay, por ejemplo, tras la economía. La ciencia no es una probeta. Está en todo aquello que genera conocimiento y aporta al desarrollo del entorno empresarial o social».
Ha puesto en marcha varios grados de ingeniería en mecatrónica, ingeniería física, robótica o Inteligencia Artificial (IA). «La IA no deja de ser ciencia, es tecnología. El reto es aprender a utilizarla bien, con una ética y un sentido. Poner la herramienta a nuestro servicio más que nosotros a su servicio. El mundo se mueve por explotación de datos y el fin último de la ciencia es mejorar. También nuestro entorno fuertemente industrial, donde la automatización tiene mucha cabida».
Aprecia «una percepción social de que el mundo de la ingeniería es difícil. Ahí tenemos un hándicap. Pero es cuestión de constancia. Que nadie descarte estudiar porque no se ve capaz. Y sobre todo las chicas. Tienen que visualizar que su aportación puede ser enriquecedora y es necesaria en este mundo de la ciencia. La mirada que podemos aportar al sector empresarial industrial es diferente, complementaria y necesaria».
En esa dirección, «trabajamos para acercar centros escolares y empresas de manera que se produzca una simbiosis. Que los jóvenes visualicen lo que pueden llegar a hacer y desmitifiquen lo que es hacer ciencia a través de referentes».
Lurdes Ansa (Andoain, 1961) Zientzia dibulgatzailea
Zientzia egiteak ez du baliorik ezagutzera ematen ez bada eta horregatik dira hain garrantzitsuak dibulgatzaileak. Zeresanik ez jakin-tza hori euskaraz zabaltzen bada. Zeregin horretan aritu da Lurdes Ansa andoaindarra, euskarazko lehen hiztegi entziklopediko osoaren erredaktoreetako bat. Zientzia euskaraz erakustea eta dibulgatzea ahalbidetu duten ehunka argitalpenen arduraduna izan da Elhuyarren.
Bere esanetan, «zientzia oso eremu zabala da. Hor sartzen dira ikertzaileak, zientzilariak, teoriatzaileak... eta baita dibulgatzaileak ere. Nire arloa. Hasieran helduekin, eta geroago haur eta gazteekin, besteak beste euren zientzia abilidadeak erakusteko eremuak zabaltzen. Hortik dator Zientzia Azoka, eta urtero 200 proiektu baino gehiago aurkezten dira Bilbon. Hor daude era berean 'Bizi Labe' zientzia tailerrak».
Ansak dioenez, «kosta egiten da zientzia gizarteratzea. Jendeak erreparo asko ditu, estereotipo asko. Taldeka lanean ondo pasatzen dute gaztetxoek, baina galdetzen badiezu zien-tzian lan egiten ikusten diren, oso zaila dela diote, asko jakin behar dela, oso inteligentea izateaz gain. Beste hainbeste gertatzen da helduekin ere. Teknopolis programa aipatzen diezu eta atzera egiten dute, entendituko ez dutelakoan. Gure lana zientzia ulergarria eta samurragoa egitea da».
Beste erronka ere ikusten du. «Lehenaz gain, gaur sareetan buloak eta gezurrak segundo batean hiru urteko tesia ankaz gora jarri dezakete. Zientzia dibulgazioan gero eta lan gehiago egiten da (Emakumeak Zien-tzian proiektua, zentro teknologikoak, DIPC, CIC Nanogune...) eta gero eta konspiranoiko eta negazionista gehiago dago. Hor nonbait badago etena».
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