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Una concatenación de hechos me tiene pegada al móvil. No sé qué es peor, en términos de despilfarro de tiempo y de agotamiento de paciencia: ... esperar a que alguien te responda al teléfono en el ambulatorio (en horario de mañana, que el mío ya ni abre por las tardes) o cambiarse a la tarifa regulada del gas. Mientras aguardas para pasarte a la TUR da tiempo a leerte toda la obra de Pío Baroja, ahora que se cumple el 150 aniversario de su nacimiento, cuando lo suyo sería que diese para leer los artículos de dos párrafos de Mariano Rajoy en su nueva faceta de comentarista deportivo. Con el primero se perdió a un médico para ganar un escritor; con el segundo, los registradores de la propiedad han ganado un poeta. A saber: «Alemania es Alemania aun eliminada», «¿Cuál es más fácil o más difícil? Vaya usted a saber» o ese «Aquí no hay enemigo pequeño» que puso negro sobre blanco en un alarde de clarividencia antes de la derrota frente a Marruecos. Menos mal que los jugadores llegaron al Mundial con 1.000 penaltis tirados. Otro gallo hubiese cantado con nuestro 10. Mariano, apunta: «No pasa nada, tenemos a Oyarzabal».
Y todavía sigue la musiquilla para aligerar la espera, por lo que es posible que te dé tiempo a leer a Baroja, a Rajoy y a ver el 'Hola' de Bertín Osborne, con esa portada a lo 'Men's Health' del David Hasselhoff o Vin Diesel español. Se lee lo que haga falta, que tras una concatenación de hechos, entre ellos una guerra, este diciembre la oferta de gas natural de las principales comercializadoras en el mercado libre duplica la tarifa regulada. Como para subir el termostato de los 19 grados, aunque luego en Qatar tengan que jugar en estadios refrigerados en los que, eso sí, gracias a tecnología que está 'puntaren-puntan' se logra reducir un 40% el consumo energético. Campos con aire acondicionado y césped mantenido a cuerpo de rey, regado cada uno, cada día, con 10.000 litros de agua desalinizada. En verano, con 50.000. ¿Quién es el derrochólico?
Sin citar el medio millar de vidas que se ha cobrado la construcción de esos estadios en cuyos vídeomarcadores deberían poner en bucle el anuncio navideño de una conocida marca de whisky cuyas iniciales coinciden con el nombre de Toshack. (No sea que el departamento comercial me tire de las orejas). ¿No decía Ganni Infantino que se siente qatarí y gay? Pues ahí tienes tolerancia e inclusión. Y además con Elvis Costello cantando esa versión maravillosa del 'She' de Charles Aznavour.
Una vez contratada la tarifa 'barata', sigue la concatenación de hechos en esta semana 'rara, rara' (hace mucho que no recordábamos a Papuchi) en la que en algunos colegios cierran solo los días festivos cuando algunos padres tienen puente. Luego los escolares tendrán fiesta un día en el que todos los padres trabajan. ¿Es lo más lógico?
Pues en medio de esta semana, ha saltado en toda su crudeza lo que se llevaba tiempo larvando. Una concatenación de hechos que se nos escapan, aunque no lo que algunos ciudadanos guipuzcoanos ya venían denunciando públicamente, como el lío de la renovación del bloque quirúrgico en el Hospital Bidasoa, donde no hay urólogos, o el cierre por las tardes del centro de salud de Beraun. Osakidetza ya no da citas, sino que directamente las fuerza porque las agendas están siempre llenas. Veinte días para una cita telefónica con la médico de cabecera porque su reducción de jornada no se cubre. Y no hablo de oídas, porque es la mía. Hora con el especialista, con suerte, a los seis meses. Urgencias que no dan abasto. Profesionales sanitarios desbordados en su mayoría
La inaudita crisis en la OSI Donostialdea, en la que profesionales que atesoran una trayectoria de prestigio han alzado su voz en contra de la gestión de la dirección de Osakidetza, da cuenta de la deriva de un servicio público de salud del que se enorgullecían los vascos y que cada vez concita más quejas, incluso en clave de humor, con esa imagen de Umore Askea en la que Gotzone Sagardui, cual participante de 'First Dates', lamenta que cada vez es más difícil lograr una cita. A quien corresponda: con la salud no se juega. Para juegos nos basta con el fútbol, lo más importante entre las cosas menos importantes, como dijo Jorge Valdano.
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