
Secciones
Servicios
Destacamos
Después de los muertos, las esquelas y las cifras frías, la cara más dura de la pandemia se vive en la UCI. Las unidades de ... cuidados intensivos reciben a quienes pasan de estar fastidiados a ver de cerca lo frágil que puede ser el ser humano. Un día consultas a tu médico, otro día ves que estás peor, te ingresan, y de ahí a las imágenes que veíamos la semana pasada en una campaña lanzada desde el Gobierno Vasco. En ella vemos imágenes reales de una UCI. Sanitarios dando cuidados a una persona, paciente anónimo pero persona. No pongo en duda la veracidad de las imágenes, tengo seguridad plena de la buena intención de la campaña, comparto la necesidad de promover medidas de precaución contra el contagio para no llegar a esas situaciones. ¿Pero es el gobierno el que tiene que lanzar ese mensaje de esa manera?
Los medios de comunicación deben cumplir ese papel, y desde el pasado mes de marzo los medios gráficos no hemos podido estar donde debíamos. Desde el primer momento nos vimos englobados en aquel colectivo de esenciales, pero tal vez para hacer un papel menos esencial del que debiéramos. Han volado los meses y cuando ya pasa más de medio año desde que taparon a los primeros muertos en esas UCIs, no nos ha sido posible llegar a ellas. Ha habido enfermos y ha habido muertos, pero las crónicas se han ilustrado con calles vacías o paseos en mascarilla. Y si uno, en primavera, ve balcones en fiesta, desescaladas que animan a participar en las siguientes olimpiadas o cumplimientos de aforo de día que se relajan de noche... pues la sensación de que nos enfrentamos a algo tan grave se diluye.
Frente a eso las primeras imágenes desde el interior de los hospitales llegaban porque hoy en día hay una cámara en cada bolsillo. Empezamos a ver sanitarios equipados con los primeros EPIs, a veces para denunciar su escasez, y otras veces saludando o posando. Tal vez aquellas fotos de los profesionales enfundados luciendo la V en sus dedos tenía algo de catártico para quienes las protagonizaban, pero no mostraban sus lágrimas o lo cerca que tenían a los enfermos. Hay una cámara en cada bolsillo, pero no hay fotógrafo. Nos faltaron fotos.
Desde el mes de marzo nadie estaba preparado para lo que nos venía encima y hemos aprendido a las malas. Con la segunda ola, esa que sobre el papel debería llegar en breve pero que ya nos hemos comido, hemos reconocido algunos de los errores de la primera. «A la chavalería le da igual», «todavía hay quien no se cree esto»... El siglo XXI contempla a la población más informada de la historia, recibimos mensajes y estímulos hasta el hartazgo, pero los que nos muestra ahora la campaña «Manos, mascarilla, distancia» apenas los habíamos visto. Unos pocos fotoperiodistas habían llegado a retratar lo más crudo del tema único de 2020. En la distancia cercana, un compañero acudió a fotografiar la UCI que atiende a los guipuzcoanos. Se encontró con una raya, el marco de una puerta. Desde allí, pudo ver enfermeras y auxiliares en un pasillo. Unas entraban a las habitaciones, otras apoyaban el trabajo de las primeras en la toma de las medidas de higiene necesarias. Nada más. ¿Qué fotografías pudo hacer? Ninguna de pacientes, nadie enfermo, nadie que necesitase ayuda para respirar. No hay dolor, no hay nada que golpee el estómago del lector y que le haga comprobar que todo lo que se dice que está pasando es cierto. Los medios gráficos somos los que debemos resumir la información de la forma más directa, y nos hemos visto impedidos para hacerlo.
Puede que haya habido motivos para impedir que un cámara o un fotógrafo llegue a determinados lugares, sobre todo cuando las certezas sobre una enfermedad eran ninguna, pero el resultado ha sido una falta de conciencia social, una percepción escasa de peligro, una sensación de que no es para tanto. Los números son fríos, no tienen cara. Tampoco tienen cara los pacientes de la UCI que aparecen en la campaña del Gobierno Vasco. Todo está controlado, todo medido. Pero llega tarde, y no lo ofrece quien debe hacerlo, lo emite quien antes lo vetaba.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.