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Isla de los Faisanes, escenario de la firma de los Tratados de Conversa
Los Tratados de Conversa
Historias de Gipuzkoa

Los Tratados de Conversa

Una de las grandes aportaciones de la historia marítima vasca se produjo en el ámbito de las relaciones transfronterizas incluso en tiempos de enfrentamientos bélicos

Jueves, 23 de mayo 2024, 06:52

Hace cosa de dos semanas ha concluido con éxito la tercera edición del Festival Marítimo de Pasaia. Ha constituido, de nuevo, un gran evento en el que se han dado cita en el puerto pasaitarra cientos de embarcaciones, tripulantes y expertos en patrimonio marítimo procedentes, no sólo de países europeos como Francia, Gran Bretaña, Italia, Países Bajos, o Dinamarca, sino de territorios situados ubicados, allende los océanos, en otros continentes, como pueden ser Chile, Estados Unidos, o Indonesia. Este poder de convocatoria de los organizadores del Festival es un magnífico exponente de que el mar, el patrimonio y la historia marítima, constituyen un magnífico medio para conseguir la comunicación, el entendimiento, el interés, el conocimiento y el respeto mutuo entre las culturas, incluso entre las más dispares y lejanas.

En efecto, la mayoría de los países, pueblos y culturas que pueblan el Planeta, comparten una historia construida durante siglos mediante relaciones materializadas a través del mar. Una historia de guerras y aculturación, de vencedores y vencidos, de conquistadores y conquistados, de metrópolis y colonias, de explotadores y explotados, de señores y esclavos, de nuevos pobladores e indígenas masacrados. Pero, al mismo tiempo, una historia de descubrimientos, de explorar lo desconocido, de ampliación de conocimientos, del desarrollo de nuevas tecnologías, de la implantación del pensamiento racional y científico, del impulso del humanismo, de intercambio y enriquecimiento cultural, de búsqueda de nuevas oportunidades mediante el comercio y los movimientos migratorios, de la incorporación de nuevos recursos económicos vitales para la mejora de las condiciones de vida, etc. Una historia marítima que, con sus luces y sus sombras, y por mucho que nos empeñemos en resaltar algunos de sus aspectos, o en arrinconar otros, es la que es y no la podemos obviar. Una historia que debería hacernos reflexionar sobre nuestros comportamientos actuales y sobre el papel que ejercemos en el mundo, y que al mismo tiempo constituye un elemento común que permite el descubrimiento de antiguas y estrechas conexiones entre personas pertenecientes a las más dispares culturas. Estas históricas conexiones son una de las claves principales en eventos marítimos como el Festival Marítimo de Pasaia.

Firma del Tratado de los Pirineos en la Isla de los Faisanes en 1659.

Los Tratados de Conversa: paz en la guerra

En nuestros tiempos las instituciones europeas se impulsan todo tipo de proyectos y de iniciativas transfronterizas, que tienen por objetivo el estrechamiento de los lazos económicos, sociales, culturales e, incluso, personales entre los habitantes de distintos países adscritos a la comunidad que, hasta no hace muchos años, fueron, sin embargo, rivales políticos y militares. En este sentido, cabe destacar que otra de las grandes aportaciones de la historia marítima vasca se produjo, precisamente, en el ámbito de las relaciones transfronterizas, incluso, en tiempos de enfrentamientos bélicos. Los Tratados de Conversa son, precisamente, el principal instrumento jurídico que, durante siglos, hicieron posible esas relaciones. Constituyen una de las máximas peculiaridades de las instituciones forales vascas que estuvieron en vigor en una Europa caracterizada por el continuo enfrentamiento entre los distintos reinos en aras a ampliar sus territorios e imponer su hegemonía política.

Conocidos, también, como «Tratados de Buena Correspondencia», «Traités de Bonne Correspondance», «Concordia», etc., eran unos tratados sellados entre diversos territorios adscritos a distintos reinos, a fin de garantizar las mutuas relaciones económicas y comerciales en tiempos de enfrentamientos bélicos entre las citadas monarquías, así como para evitar agresiones mutuas. Los integrantes de estos acuerdos eran el Señorío de Bizkaia y las Provincias de Gipuzkoa y Lapurdi con Bayona, aunque, junto a los mencionados territorios vascos, eventualmente, participaron, también, otros territorios ubicados en el golfo de Bizkaia, como las Cuatro Villas de la Mar, la baronía de Capbretón, Burdeos, o Bretaña. El escenario habitual de la firma de estos tratados era la frontera del Bidasoa, en Hondarribia, Endaia y, sobre todo, la Isla de los Faisanes. Esta isla adquiere en euskera otra denominación alternativa: Konpantzia. Término derivado de la voz castellana «conferencia», o de la sa «île de la Conference» y todas ellas hacen alusión a las conferencias, o reuniones que se celebraban en la misma para la firma de los tratados. Cabe destacar que, además, de las conversas, esta isla fue el escenario donde se negoció y firmó la Paz de los Pirineos en 1659, que puso fin a la guerra iniciada entre Francia y España en 1635.

Evolución histórica de las Conversas

El origen de estos tratados se remonta a la Baja Edad Media. De hecho, los tratados más antiguos firmados entre Gipuzkoa –bajo soberanía de Castilla- y Lapurdi y Baiona –bajo soberanía de los duques de Gascuña-Aquitania y reyes de de Inglaterra- datan del siglo XIV. Desde inicios del siglo XVI volverían a firmarse nuevos tratados estando ya Bizkaia y Gipuzkoa bajo soberanía de la Monarquía Hispánica y Lapurdi y Baiona de Francia. Entre fines del siglo XV y hasta 1559 ambas monarquías se enfrentaron en sucesivas guerras que dieron lugar a la firma de conversas. La primera de la que tenemos noticias se firmó en el contexto de la Guerra de la Liga de Cognac (1526-1529). Tras el estallido de la Guerra Italiana de 1536-1538 se reunieron en Endaia y firmaron un nuevo acuerdo los representantes de Cuatro Villas, Bizkaia, Gipuzkoa, Lapurdi con Bayona y Capbretón. Sin embargo las desavenencias surgidas entre los firmantes motivaron la revisión de sus contenidos y la firma de un nuevo tratado, esta vez, sólo por Bizkaia, Gipuzkoa, Lapurdi, Bayona y Capbretón.

Esta fue la última Conversa establecida en el siglo XVI. En lo restante del siglo no se firmó ningún tratado más entre los territorios vascos de ambos lados de la frontera por mucho que sus respectivos soberanos se enfrentaran en nuevas guerras. Fueron los choques y las desavenencias entre distintos intereses las causas que motivaron esta situación. En efecto, la firma de los tratados, no solo exigía su aprobación por parte de los territorios vascos y los soberanos de cada lado, sino la coordinación entre intereses vinculados a distintas actividades marítimas, frecuentemente enfrentados entre sí. Los principales intereses enfrentados eran los correspondientes a las pesquerías transoceánicas de ballenas y bacalao y al comercio marítimo. La inclusión en los tratados de la libre circulación de los productos pesqueros y los permisos de pesca de bacalao en Terranova fueron las principales cuestiones que motivaban los enfrentamientos. Era muy habitual que los comerciantes guipuzcoanos apoyasen a los pescadores laburdinos en su pretensión de incluir en los tratados la libre venta de su grasa de ballena en Gipuzkoa, y que los pescadores guipuzcoanos, opuestos a dicha autorización, se aviniesen, por fin, a su firma a cambio de obtener la libertad de pesca de bacalao en Terranova. En suma, todos estos conflictos y negociaciones acarreaban que, en ocasiones, no se alcanzaran los acuerdos necesarios para la firma de los tratados –tal como sucedió en el siglo XVI a partir de 1537-, o que se dilataran mucho las gestiones necesarias. De hecho, la firma del siguiente Tratado de Conversa se atrasó hasta 1653, aunque España y Francia estaban en guerra desde 1635.

El estallido de la Guerra de Devolución (1667-1668) motivó la reactivación del Tratado de Conversa en 1667. La entrada de la Monarquía Hispánica en la Guerra de Holanda en 1673 y la subsiguiente ruptura de relaciones con Francia dio inicio a las negociaciones para un nuevo tratado, pero éstas se dilataron mucho y no se pudo proceder a su firma hasta agosto de 1675. Las gestiones se dilataron aún más durante la Guerra de la Liga de Augsburgo (1688-1697), de manera que la firma del Tratado se atrasó hasta 1695. Constituyó el último Tratado de Conversa firmado entre territorios vascos bajo soberanía española y sa, pero fue ascendido a rango de Fuero, siendo incluido en el Capítulo III del Título XIX de la recopilación de los Fueros de Gipuzkoa de 1696. De esta manera el Tratado de Conversa entre Gipuzkoa y Lapurdi accedía a rango de ley, siendo una de las causas por las que, en lo sucesivo, no se volvió a negociar ningún otro tratado.

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