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Si el tiempo hubiera concedido 15 minutos de gracia a los habitantes del caserío Armaindegi y la veintena de viviendas y otros caseríos situados ... en este bonito barrio rural de Alegi, hubieran podido salvar mucho de lo que perdieron este lunes. Pero el desbordamiento del río Santa Lucía les sorprendió a las tres de la tarde y en cuestión de minutos arrasó bajos, garajes subterráneos, coches, motos, maquinaria agrícola, campos y gallinas.
Fue una de las zonas más afectadas por las intensas precipitaciones. «Nuestra sensación fue que llovía, pero no más que otras veces y mucho menos para ocasionar semejante riada, todavía no sabemos muy bien cuál ha podido ser la causa del colapso del caudal», comentaban los vecinos de esta parte de Alegi, situada en el término municipal de Gabiria.
Entre los caseríos afectados se hallaban Etxetxo, Etxe-Berri y sobre todo, Armaindegi. Fue el primero en verse invadido por el agua. Arrasó su generoso huerto y alcanzó a las gallinas, muchas de las cuales murieron. El caballo y los perros lograron escapar de la riada, que inmediatamente después entró a la planta baja del caserío, se llevó por delante una de sus antiguas puertas y destrozó cuantioso material. «Los daños han sido muy importantes, tardaremos tiempo en recuperarnos de esta... la ayuda será fundamental», aseguraban madre e hijo del histórico caserío, que en el momento de la inundación se encontraban realizando sus quehaceres diarios sin presentir lo que se les venía encima. Aunque en un primer momento trataron de salvar las pertenencias de la planta baja, pronto desistieron. Las imágenes de la Dana son recientes y lo importante, ante todo, era no correr ningún peligro.
La lista de daños en Armaindegi es larga. «Desde la caldera de gasoil, hasta el corta césped, las motosierras y mucha herramienta», contaban. «Nos hemos quedado sin corriente eléctrica, el agua ha destruido también las kutxas antiguas y otro tanto mobiliario de madera que teníamos en la planta baja», reseñaban con nostalgia. «Es descorazonador ver cómo pierdes tantas cosas valiosas en cuestión de minutos», manifestaban.
Un sentimiento que este lunes embargaba a todos los habitantes del entorno de Armaindegi. A escasos diez metros del mismo, los vecinos de un bloque de nueve viviendas esperaban con lo puesto las indicaciones de los bomberos para entrar a actuar en sus garajes subterráneos. Había catorce garajes y estaban completamente inundados. «Con el agua hasta arriba», indicaban todavía incrédulos. Quedaron dentro tres coches y dos motos. El resto pudo ser salvado por los residentes. «Yo logré sacar mi furgoneta a las 15.08 horas y para las 15.10 el agua ya estaba bajando por la rampa de entrada de los garajes, pensaba volver para rescatar también mi moto, pero no pude porque la inundación empezaba a alcanzar unos niveles arriesgados y todos los vecinos abandonamos el lugar», contaba.
En el caserío Etxetxo, la riada entró al portal e inundó la bajera donde guardan la madera y la herramienta agrícola. También se vieron afectados un Land Rober y otra pequeña furgoneta de la familia. «El agua llegó a los 30 centímetros de altura en un santiamén, ¡no nos ha dado tiempo de salvar prácticamente nada!», lamentaba Maite. Tres chalets bifamiliares situados delante sufrieron igualmente la inundación de sus garajes subterráneos.
Los bomberos actuaron durante toda la tarde en la zona, a la que previsiblemente tendrán que volver hoy,
A pocos kilómetros de Alegi, en Ezkio, también sufrían cuantiosos desperfectos. Una larga hilera de casas, de Anduaga en adelante, veían inundados sus garajes. El alcalde, Joseba Tellería, explicaba que se habían visto afectados, a su vez, varios talleres del polígono industrial.
En la carretera antigua hacia Ezkio eran visibles los restos de barro y materiales acumulados por las balsas de agua. En la rotonda principal de al término municipal, trabajadores de la brigada de mantenimiento de la Diputación de la UTE Urola Debaldea se afanaba en dejar la calzada despejada. Recibieron el aviso a las tres menos cuarto de la tarde y al llegar, se encontraron una rotonda totalmente anegada por el agua. «Se podía circular, pero con peligro», citaban. En cuestión de una hora, a base de palas y carretillas, dejaron limpio el nudo de comunicaciones de Ezkio.
Las lluvias también afectaron a la circulación por la GI-2635 en Ezkio-Itsaso por un desprendimiento.
Las fuertes precipitaciones arrancaron pasado el mediodía, con un aviso amarillo que se activó a las 12.00 horas. Entre las 12 y las 17 horas se concentraron acumulados de agua muy importantes, de casi 30 litros en la zona de Azpeitia, más de 20 en Andoain y hasta 46 litros en Bidania. Las cuencas de varios ríos vieron aumentar su caudal y pasaron a niveles amarillos y naranjas. Es el caso de las cuencas del Oria y el Urola. La del Oria, en Estanda llegó al nivel naranja, mientras que la de Matxinbenta en Azpeitia alcanzó el amarillo. Por suerte, a medida que avanzó la tarde, la situación de los ríos se fue normalizando.
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