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Un ganadero acusado de provocar un incendio hace cuatro años en unos pastos del parque natural de Aizkorri-Aratz ha negado este lunes ... toda participación en los hechos. «No tengo necesidad de andar dando fuego a escondidas», ha asegurado el baserritarra, para quien la Fiscalía Provincial solicita cinco años de prisión y una multa de 4.800 euros. El ministerio público le imputa un delito de incendio. La defensa demanda la absolución.
Los hechos, que son enjuiciados en la Sección Primera de la Audiencia, se remontan al 28 de diciembre de 2015. Según el escrito de conclusiones provisionales de la Fiscalía, el acusado, «valiéndose de un mechero y ocultando el rostro con el caso de una motocicleta», prendió fuego en la zona de Alabita, en la sierra de Aizkorri. Seguidamente, el encausado, según la Fiscalía, se montó en la motocicleta en la que se había desplazado al citado paraje y prendió otro fuego a unos tres kilómetros del punto anterior.
Las llamas afectaron a una superficie de 2,5 hectáreas y no pudo ser extinguido hasta la una de la madrugada del día siguiente. En el momento de los hechos, las condiciones atmosféricas eran «óptimas» tanto para la generación como para la propagación del fuego. Recuerda el ministerio fiscal en este sentido que en aquellos momentos la humedad era del 57% y que en la zona soplaban vientos de componente sur, de 25 a 55 kilómetros por horas. También detalla que llevaba diecinueve días sin llover.
El área afectada por las llamas está incluida en la Zona de Especial de Conservación, dentro del Parque Natural de Aizkorri-Aratz, donde hay hasta veinticuatro hábitats de interés.
El acusado, residente de una localidad de la cuenca alta del Deba, ha negado toda implicación en los hechos. Ha manifestado que formaba parte de un grupo de voluntarios de extinción de incendios y que en aquellas fechas era propietario de una cabaña de ganado mayor compuesta por entre 80 y 100 cabezas y de otra de ovino, que contaba con unos 300 ejemplares.
El encausado ha detallado que en las horas en las que se desató el incendio se encontrada en su casa, en un caserío del valle de Leintz Gatzaga. Ha explicado que aquel día «no me encontraba bien. Tenía mucha fiebre y pedí hora en el ambulatorio. Me dieron cita a última hora. Tenía gripe y después de la consulta regresé a casa», ha declarado.
El investigado ha manifestado que se encontraba en su domicilio «cuando me llamó un conocido del barrio para decirme que veía una columna de humo. ó conmigo porque sabía que pertenecía a los voluntarios del servicio de extinción de incendios forestales», ha afirmado. «Lo que hice a continuación fue avisar al jefe del retén», ha añadido.
El acusado ha negado que fuese él la persona a la que algunos testigos sorprendieron cuando intentaba prender fuego al pasto. Estos habían manifestado que vieron al pirómano en una motocicleta de monte de la marca Yamaha de color azul.
El acusado ha reconocido haber tenido un vehículo de características similares a las indicadas que compró en Francia, si bien ha sostenido que se había desecho del mismo unos tres años antes del incendio. Además, ha indicado que el día de autos sufría una lesión en la mano izquierda que le hubiese impedido conducir dicha moto.
De la misma manera, el investigado ha manifestado que no tenía interés alguno en provocar un incendio –práctica que algunos ganaderos emplean para la regeneración de pastos– y ha sostenido en este sentido que haberlo necesitado podría haber demandado la oportuna autorización a la istración.
En el juicio han declarado también los tres jóvenes que sorprendieron al incendiario, que, según han explicado, realizaban una excursión motera por la zona. Han detallado que el día de los hechos detectaron la presencia de un varón con una moto de monte, muy parecida a la del acusado, cuando intentaba prender fuego. No obstante han afirmado que no pudieron verle el rostro, ya que en aquel momento llevaba el casco puesto. Uno de ellos ha manifestado que le pareció que «hablaba raro. Me dio la impresión de que estaba borracho», aunque otro ha señalado que se desenvolvía con soltura sobre la moto.
En la vista también ha testificado un agente de la Ertzaintza que tomó parte en la posterior investigación y que ha situado el móvil del acusado en las proximidades del lugar del incendio, según la información aportada por la empresa de telefonía que daba servicio al encausado. También ha señalado que algunos testigos les hicieron saber que unos meses antes de los hechos el investigado tenía la moto aún en su poder.
La vista continuará el martes con la declaración de nuevos testigos y se espera que concluya el miércoles.
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