

Secciones
Servicios
Destacamos
La crisis que se vive en la parroquia de Ibaeta tras la dimisión el mes pasado de nueve catequistas se ha agudizado en el ... arranque de este nuevo curso, después de que la mayor parte de los niños, 64 en total, no hayan sido inscritos en centro y hayan decidido trasladarse a otro. La mayor parte, 57 en total, se han registrado en la de Añorga, que ahora cuenta con más de un centenar cuando anteriormente apenas contaban con menos de media docena. Otros cinco niños se han trasladado a la parroquia de Benta Berri, otro a la del Antiguo y uno más ha optado por no continuar.
De esta manera, solo siete de los 71 niños y niñas que asistieron hasta el final en el curso 2018-2019 permanecerían en la parroquia del Espíritu Santo de Ibaeta, aunque puede que incluso la cifra sea todavía menor. «Se ha producido una auténtica desbandada», afirman a este periódico fuentes cercanas a las familias que han decidido no llevar a sus hijos a este centro de culto para su formación en este ámbito.
Este nuevo conflicto tiene su origen en el relevo del anterior párroco, Luis Aranalde, al frente de esta iglesia. Cuando el sacerdote cumplió los 75 años puso el cargo, como exige el Derecho Canónico, a disposición del obispo José Ignacio Munilla. El veterano cura transmitió a su superior que todavía se sentía con fuerzas para seguir con su labor pastoral por algún tiempo. Sin embargo, el prelado guipuzcoano aceptó la dimisión de Aranalde, aunque lo hizo únicamente como párroco de Ibaeta y le mantuvo al frente de las iglesias de Añorga y Añorga Txiki de las que el sacerdote también era párroco.
La decisión de cesar a Aranalde solo en Ibaeta y el posterior nombramiento en este mismo centro de Francisco José Marín Porgueres, «sacerdote del Opus Dei», según indicaron algunos de los catequistas que el pasado mes presentaron la dimisión, constituía un golpe a la «unidad pastoral del Antiguo» y respondía al deseo de Munilla por controlar este centro. Aquellas decisiones del obispo generaron un notable malestar y ello a pesar de que el cura cesado pidió a la comunidad católica del barrio que acogiesen y apoyasen al nuevo párroco.
Por aquellas mismas fechas, los catequistas transmitieron también a Francisco José Marín Porgueres, al que conocen como 'Toché', su sospecha de que la línea pastoral que se había mantenido hasta ese momento fuese modificada por postulados cercanos al Opus Dei. No obstante, este les prometió que nada cambiaría. No obstante, según afirman fuentes próximas al sector crítico, la promesa no se había cumplido.
La «estampida» de niños de la parroquia se produce después de que en el mes de mayo se llevase a cabo una encuesta entre las familias que acuden a la catequesis del Espíritu Santo que evidenció que el grado de satisfacción con el modelo de doctrina que se impartía en la etapa anterior era muy elevado. De hecho, los encuestados impusieron una nota de 8,55 sobre 10. Las familias respondieron asimismo que su concepto sobre la religión y la iglesia había cambiado positivamente. «Los hechos avalan un modelo catequético parroquial-familiar que difiere en fondo y forma del que desde el nombramiento está implementando el actual obispo y que al igual que su línea pastoral consideramos es claramente preconciliar», afirman.
De la misma manera, consideran que al igual que se ha producido un rechazo en la catequesis, se está dando una situación similar entre los feligreses del barrio que, «de forma silenciosa y resignada están dejando de acudir a las celebraciones y dándose de baja en la cuotas de la parroquia que durante tantos años y con tanto esfuerzo consiguieron hacer realidad».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
No te pierdas...
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.