
«Hay muchas víctimas en la carretera que murió Mikel»
Día por la seguridad vial ·
El pasado 11 de enero el donostiarra Mikel Manzano perdió a su hijo en un siniestro en la N-121-A en OlagüeSecciones
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Día por la seguridad vial ·
El pasado 11 de enero el donostiarra Mikel Manzano perdió a su hijo en un siniestro en la N-121-A en OlagüeEn lo que va de año 17 guipuzcoanos han perdido la vida en accidentes de tráfico ocurridos tanto dentro como fuera del territorio. Uno de ... ellos es Mikel Manzano, donostiarra de 21 años que perdió la vida junto a su amigo Xabier, de 19, en un accidente múltiple ocurrido en la N-121-A en Olagüe, Navarra. Diez meses después de su pérdida su familia trata de seguir adelante, buscando alicientes que les ayuden «a recuperar las ganas de vivir».
Mañana, día 15, y el martes, día 17, se conmemora mundialmente a las víctimas de la violencia vial y de los accidentes en carretera, como Mikel. «Siempre va a haber muertes en las carreteras, pero hay muchas que se pueden evitar», asegura Mikel Manzano padre. El pasado mes de enero, apenas unos días después de haber despedido a su hijo, emprendió junto a su mujer y su hija una lucha por denunciar el estado de la nacional en la que falleció y la gran siniestralidad que registra. «El otro día escuché que han muerto 300 personas en accidentes en España este año, y 5 o 6 han sido en la N-121-A. Estadísticamente es una barbaridad».
17 guipuzcoanos han fallecido víctimas de accidente de tráfico en lo que va de año 2020, tanto dentro como fuera del territorio.
La vía es una nacional de doble sentido a la que se han añadido desdoblamientos de carril en algunos tramos este mismo año, «parches», en opinión de Mikel, que no solucionan el principal problema, y es que la carretera soporta mucho más tráfico del que debería por sus características, especialmente de camiones procedentes de todo Europa. «Me indignan las condiciones de esa vía, me parece increíble que exista una carretera así con tanto tráfico, es muy peligrosa. Por desgracia le ha tocado a mi hijo, pero mañana puede ser el de otro», denuncia.
Esa lucha, sin embargo, se ha visto eclipsada, como casi todo, por la crisis del Covid-19, que en algunos casos cree el de Donostia se utiliza «como excusa para no dar respuesta a otras necesidades, porque por la situación que hay tampoco podemos manifestarnos. Propusimos algunas soluciones y nos dijeron que las estudiarían, pero ahí se ha quedado. Como no presiones...».
No obstante Mikel, desde su talante calmado y optimista, agradece que la muerte de su hijo no se produjera en plena pandemia. «Creo que psicológicamente es muy importante la despedida. Nosotros nos sentimos muy arropados y queridos en el tanatorio. Pienso en todas esas familias que no se están despidiendo de sus seres queridos y me da muchísima pena». El confinamiento, dos meses después de que Mikel se fuera, fue «muy duro, pero también nos ayudó en cierta manera, porque estábamos juntos». Y siempre manteniéndole en el recuerdo, «contando anécdotas y nombrándole, viendo fotos, riéndonos y también llorando».
Estos meses han pasado en casa de los Manzano-Altuna «con muchos altibajos. Estamos mejor de lo que esperaba, pero te aseguro que si pudiera me cambiaría por mi hijo, con los ojos cerrados», dice el donostiarra. Los días señalados, como los 11 de cada mes o su cumpleaños son para él los más difíciles. «Es un hijo, y se te cae el mundo, pierdes las ganas de vivir. Pero hay que seguir adelante, y ese es un ejercicio que tienes que hacer tú solo. Yo sé que Mikel no va a volver, su historia ha terminado, es un libro que no va a tener más páginas. Pero hay que buscar nuevos alicientes, y yo, por suerte, tengo otra hija».
Cree que las istraciones deberían poner el foco en «mejorar las carreteras y en realizar más controles», pero apela a los conductores para que también contribuyan a que las carreteras sean más seguras. «Yo me muevo mucho por Gipuzkoa y el otro día uno me empezó a dar luces porque iba a 80. Otro me adelantó en línea continua. Son cosas que siempre me han sacado de quicio, no solo porque mi hijo halla fallecido en un accidente. Algunos hacen barbaridades y se van de rositas», critica.
Otra realidad preocupante es que la causa de la mitad de los accidentes que ocurren en Gipuzkoa es el alcohol y las drogas. Mikel cree que la sociedad «está cada vez más concienciada a este respecto, pero siempre hay excepciones. Lo que parece claro es que aunque a todos nos duele el método sancionador, solo aprendemos si nos rascan un poco el bolsillo».
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