Los irlandeses dan la espalda a la extrema derecha y sitúan al Sinn Féin en la oposición

Según el recuento de papeletas realizado hasta anoche, el Fiánna Fail habría obtenido 24 escaños, el Fine Gael reunía 22 y el Sinn Féin cosecharía 23. Con decenas de asientos aún sin adjudicar, las cifras estaban destinadas a sufrir variaciones hasta las dos de la madrugada, la hora en la que se cierran las salas de recuento hasta su reapertura a las diez de la mañana. El proceso de recuento es lento, pero posiblemente este lunes se anuncien los resultados definitivos.

El escrutinio no está completado, pero los conocedores del sistema electoral vaticinan que el FF y el FG repetirán la coalición. Un socio importante de la alianza actual, el Partido Verde, ha perdido todos sus escaños. Ha sido el objeto de la ira de agricultores infelices por la presión ecológica sobre sus procedimientos y productos, pero tenía seguidores urbanos que también han desertado.

Según el 'Irish Times', dirigentes del Fianna Fáil y del Fine Gael estarían considerando el establecimiento de conversaciones con el Partido Laborista -cuatro escaños hasta anoche- y con los socialdemócratas, que tienen cinco. La coalición con Simon Harris al frente era descrita como de centro derecha, al igual que su partido, el FG. Ha sido asociado con los granjeros ricos, y son europeístas del Partido Popular Europeo desde su fundación en 1976.

Sin embargo, si el Fiánna Fail mantiene la ventaja hasta el final, esta vez su líder, Micheál Martin, marcaría el sello de su partido con una coalición de centro izquierda. El FF es el partido que durante más tiempo ha gobernado el país, el más nacionalista y populista.

Su actual líder también resulta el más apreciado en los sondeos. Ha logrado recuperar la credibilidad de la formación tras el descalabro que sufrió por su papel en el desastre financiero que comenzó en 2008. Martín había aireado la idea de abrirse a otros partidos, mientras que Harris dijo en campaña que no quería una coalición con muchos grupos.

Lo que parece indudable a medida que avanza el recuento es que el Sinn Féin tendrá que contentarse por el momento con buenos resultados que no le llevan al Gobierno, como ocurrió en 2020. El síndrome de partido de la oposición en la república debilita su ambición de guiar el camino hacia la unidad política de Irlanda.

También en el atardecer del domingo, el recuento deparó una buena noticia para el sistema político irlandés, cuando se confirmó que la candidata laborista Marie Sherlock había logrado la cuarta posición y un escaño en la circunscripción de Dublín Centro, poniendo fin a la arrogancia de un convicto por múltiples delitos, Gerry Hutch, que quería sumarse al Parlamento para «darle a la gante lo que quiere», según sus comentarios a un gran número de periodistas, que le siguieron durante el recuento.

Desde las elecciones de 2020 han emergido en ambientes locales grupos identificados con la extrema derecha. Este año ha habido disturbios graves en Dublín y otros puntos del país. A las elecciones se presentaron tres partidos asociados con el euroescepticismo radical británico y la protesta contra la inmigración. Son el Partido Nacional, el Pueblo Irlandés y el Irlanda Lo Primero. Al cierre de esta edición no habían logrado ningún escaño.