El fracaso de la izquierda en los comicios de Portugal, donde la derecha acumuló casi el 60% del voto, ha puesto en alerta a las ... organizaciones que concurrieron bajo el paraguas de Sumar el 23-J. Un bloque sacudido ahora por las negociaciones para reeditar la coalición de cara al siguiente ciclo electoral. Las próximas paradas –si Pedro Sánchez no adelante las generales, previstas para 2027– serán las autonómicas andaluzas y castellano y leonesas, en 2026. Mientras Sumar quiere evitar forjar «alianzas de última hora», el coordinador federal de IU, Antonio Maíllo, criticó este lunes a Podemos por poner, manifestó, «excusas sobrevenidas» para evitar comprometerse con un eventual frente amplio.
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Maíllo, que este lunes cumplía justo un año desde su elección como líder de IU, cree que los morados tratan de justificar una decisión que, según opinó, «parece tomada de antemano». Por ello retó en rueda de prensa al partido que dirige Ione Belarra a explicar las razones por las que optar por la fragmentación frente a un proyecto común que su partido ya les ofrece de forma clara. «Vamos a construir también posiciones unitarias y quien no quiera tendrá que explicarlo», insistió, poniendo como ejemplo los comicios lusos, donde el espacio político homólogo al suyo ha pasado del 10% de la representación a la irrelevancia. «Ha sido una sacudida», reconoció Maíllo.
Los morados, por su parte, se encuentran cómodos con su postura ajena a estos movimientos al tiempo que evitan el choque con sus antiguos aliados por esta cuestión. Eso sí, insisten en el mensaje velado de que tendrán que elegir entre confluir con ellos o mantenerse en el Gobierno, dado que su estrategia es levantar una fuerza electoral con los sectores que se oponen a la deriva «militarista» con el Ejecutivo.
Su secretaria general, Ione Belarra, zanjó la semana pasada que «quien tiene que tomar una decisión no es Podemos, son las fuerzas políticas que están formando parte de un Gobierno de la guerra», y este lunes, el secretario de Organización del partido morado, Pablo Fernández, defendió que «el revulsivo» para la izquierda es conformar una candidatura que se oponga al Gobierno, al que achacó estar sumido en el crecimiento «exacerbado» del gasto militar. En consecuencia, ha animado a levantar una fuerza electoral que «obligue» al Ejecutivo a dar un «giro copernicano» a sus políticas.
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Sumar, por su parte, también cree que las elecciones lusas son «una lección de las que debemos tomar nota». Su líder, Lara Hernández, fija junio y julio como meses para cerrar las negociaciones «con el objetivo principal de desalojar a Juanma Moreno de la presidencia de la Junta de Andalucía». «Queremos ese acuerdo político y vamos a trabajar por y para ello», señaló.
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