
Cielo azul y despejado
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Incluso en momentos de duda la Real Sociedad siempre deja señales positivas que reflejan el crecimiento que ha experimentado como clubEs curioso que cuando más nubarrones se ciernen sobre la Real Sociedad ahora que estamos bajitos de moral la primavera nos haya saludado con un ... cielo azul resplandeciente, con alguna pequeña nube para que tengamos un guiño txuri-urdin. La semana se ha abierto con una de esas noticias boomerang, que parecen malas pero acaban siendo buenas si se analizan en profundidad: Xabi Alonso será el entrenador del Borussia Monchengladbach el próximo curso.
El prestigioso 'Bild' lo dio por hecho pero con el paso de las horas rebajó la información a que le ha hecho una oferta. Más allá de lo que termine pasando –yo creo que se va a quedar–, lo verdaderamente significativo es que la Real tiene en el banquillo de su filial a un hombre que es pretendido por uno de los clubes con más tradición de Alemania que acaba de disputar los octavos de Champions.
El tolosarra, con el mejor palmarés como jugador de la historia del fútbol vasco, está siendo una pieza fundamental en esa última milla en el proceso de formación en Zubieta. Siempre ha gozado de una capacidad para entender el juego privilegiada que se ha visto enriquecida con el saber de técnicos como Toshack, Benítez, Mourinho, Del Bosque, Guardiola o Ancelotti, entre otros. Todo ese bagaje y conocimiento está ahora a disposición de los chavales del Sanse, que destacan la capacidad que tiene para llegar al jugador e influir en él. Zubimendi es el mejor ejemplo. Porque Xabi Alonso también es mentalidad, gen ganador y compromiso. No olvido que cuando se paseó por Madrid con la Copa del Mundo en aquel autobús descapotable la bandera que eligió para llevar consigo fue la txuri-urdin.
David Silva y Martin Odegaard. Y no es el único campeón del Mundo con el que uno puede encontrarse en Zubieta. Ahí está David Silva, otra leyenda del fútbol que ha apostado por este club tras diez exitosos años en el City. Fue el fichaje del verano en la Liga. Nadie daba crédito a que pudiera recalar en San Sebastián, sobre todo teniendo ofertas de equipos de Champions. Cuando Zidane pidió a Odegaard –que en su día también prefirió a la Real a un Leverkusen en Champions– y obligó al Real Madrid a romper su compromiso para que continuase un año más aquí, ese sentimiento de vacío duró muy poco. Me cuentan que en los despachos de Anoeta la conversación fue muy sencilla. «Hay que traer a alguien tan bueno como él. ¿Algún nombre? Silva queda libre pero está cerca de la Lazio. Pues, a por Silva». Y aquí está.
Lo mismo pasó con otros jugadores. Álex Remiro se estuvo un año sin jugar en Bilbao cuando tenía el camino despejado tras la marcha de Kepa al Chelsea y solo tenía que firmar su renovación para ser el portero titular. Y eligió la Real. Hay que tenerlos muy bien puestos... Lo mismo pasó con Mikel Merino cuando salió del Newcastle o con Robert Navarro, un auténtico cañón de jugador que aún es juvenil y que dejó Mónaco para incorporarse al Sanse.
Nadie mejor que Imanol Alguacil. El oriotarra no tuvo que elegir a la Real porque fue la Real la que lo captó en la cuna. Como Obélix, cayó en la marmita y no necesita poción mágica para defender la aldea txuri-urdin. Presenta los mejores números tras Alberto Ormaetxea, lleva dos años con el equipo en Europa y nos ha traído hasta esta final. También se ha llevado buenos mamporros, como el de Turín o el del domingo, pero si asumimos que tenemos un equipo en construcción el entrenador también podrá crecer, digo yo. Que nadie nace sabiéndolo todo y la experiencia no se compra en el supermercado. Hay que acumular vivencias.
Ya sé que la Copa lo borra todo porque si no a estas alturas estaríamos haciendo el típico cuadro de cómo está la pelea por Europa. Después de la final 3 de abril en Sevilla hay vida y la Real es quinta a falta de diez jornadas. Y ojo, porque de los ocho primeros solo le queda jugar ante Atlético y Sevilla, mientras el Villarreal tiene que hacerlo ante Barça, Madrid y Sevilla, y el Betis frente a los dos conjuntos madrileños. Que parece que la visita del Barcelona ha arrasado con todo y no es así.
A la espera de noticias desde la enfermería, esta semana la vista está centrada en lo que hagan Oyarzabal, Zubimendi, Barrenetxea, Isak y Januzaj con sus selecciones. Ya que los hemos perdido para preparar la final, al menos que lo hagan bien, no se lesionen y vuelvan con la moral reforzada. Que ya es primavera y hay cielo azul y despejado. Y queda lo mejor de la temporada por delante...
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