Por qué no la final de Copa en Mendizorrotza

Ese contrato, del que no se conocen las cifras exactas -ni la Junta, ni la Federación desvela los números-, es el que impide traer la final a Euskadi. La Junta defiende que se han hecho inversiones importantes en La Cartuja para adecentar la instalación como para regalar ahora la primera de las cuatro finales que están pactadas. No quieren barajar la posibilidad de modificar el contrato como sí se hizo por ejemplo con la Supercopa que se iba a jugar en Arabia Saudí y se terminó por jugar en Córdoba, Málaga y Sevilla porque la Junta y la Federación consideran que la proyección y el impacto económico en Sevilla seguirá siendo importante pese a jugarse a puerta cerrada. La estimación del retorno económico y mediático de esta final entre la Real Socieda y el Athletic se sitúa por encima de los diez millones de euros, según datos de la consultora Nielsen Sports. La cifra está lejos de los 43 millones que supuso la final de la Copa en 2019, con público, entre el Valencia y el Barça en el Benito Villamarín, pero mejor eso que llevarla fuera de Sevilla.