Nayef Aguerd, un «espejo» para el mejorado Pacheco

Jon Pacheco no arrancó bien la temporada, seguramente después de perder confianza en unos Juegos Olímpicos en los que se colgó el oro al cuello pero en el que estuvo lejísimos de su mejor nivel. El propio Imanol le criticó públicamente diciendo que «espero que no empiece el curso como el rendimiento en los Juegos». Por una cosa o por otra, el central navarro perdió rápidamente la titularidad tras el fichaje de Aguerd, que aportó rendimiento inmediato desde que aterrizó en Zubieta. La mejor noticia para todos es que el baztandarra se ha rehecho de sus errores que costaron puntos y ahora Imanol puede apostar por el canterano sin dudarlo.

Hay veces en las que ni siquiera hacen falta conversaciones, uno ya sabe que puede dar mucho más. «No he hablado con Imanol últimamente, me tengo que centrar en mí mismo. Hasta ahora no he dado mi mejor versión. Si estoy bien habrá minutos porque el calendario es cargado y por lo menos en Belgrado pude marcar gol y estoy feliz por ello», declaró desde la zona mixta del estadio Partizan. El realista consiguió su segundo gol con la elástica txuri-urdin, pero más allá de eso también participó en el tanto anulado a Sadiq y fue, esta vez sí, contundente en la mayoría de acciones. «Todo ayuda. El gol, está claro que sí, pero también jugar un buen partido. Creo que volvimos a casa con muchas cosas positivas tanto en lo colectivo como en lo individual», añadió.

Por primera vez en años, dos centrales zurdos compartieron el eje de la zaga, algo poco inusual en el fútbol moderno. «En el primer equipo desde que estoy yo nunca hemos jugado dos zurdos como centrales, aunque en categorías inferiores sí que lo he hecho con Yago Cantero. Me acuerdo que jugaba por la derecha. No choca tanto, la verdad, luego vemos siempre dos centrales diestros y no pasa nada. Si se pueden complementar bien… Es fútbol», simplifica un Pacheco que se entendió bien con Aguerd, el principal contrincante para el puesto con el que tiene una magnífica relación. Es más, entiende que la llegada del marroquí le ayuda a progresar.

«Aguerd es un espejo, desde el primer día vino con ganas de ayudar y va a haber minutos y partidos para todos, pero es importante rendir cuando Imanol te ponga. Cuando te toca jugar hay que dar tu mejor versión, es algo importante», añade el baztandarra, que asimila con naturalidad la competencia. «Lo estoy llevando bien, Aguerd es un grandísimo jugador y una buena persona. Bastante tengo con lo mío. No había empezado la temporada como quería y no estaba dando mi mejor versión y por eso el partido ante el Maccabi me va a venir genial». El zurdo se centra en lo suyo y no hace demasiado caso a las críticas. «No me como la cabeza, intento no leer cosas que escribís vosotros porque si no te puedes volver loco. Hago lo mío, mejorar cada día. Vosotros de vez en cuando criticáis de manera constructiva y hay que aprender a lidiar con todo».

Otro de los futbolistas que pasó por la zona mixta del estadio Partizan fue Zubimendi, de celebración tras cumplir 200 partidos como realista. «A veces me pasa que normalizo todo y no me paro a pensar lo bonito que está siendo. Cuando estoy con amigos y empiezo a repasar la trayectoria le doy mucho valor. Hablamos un poco del tema y está claro que es agradable también», apostilló el donostiarra, que con la Eurocopa y su gran nivel está alcanzando un estatus solo al alcance de los elegidos. «No sé si estoy en otra dimensión. No me paro a pensar. Al final soy alguien muy perfeccionista. Me gusta cuidar todos los detalles y me gusta pensar en qué puedo mejorar. Soy un poco insatisfecho en ese sentido».

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