Con lacito y todo...
La Real volvió de vacío del derbi porque se hizo el harakiri al regalar al Athletic los dos goles con los que ganaron el partido
Tito Irazusta
Lunes, 17 de octubre 2016, 04:36
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Tito Irazusta
Lunes, 17 de octubre 2016, 04:36
La Real rompió ayer su buena racha de derbis en San Mamés, sufrió la primera derrota en el nuevo campo bilbaíno y le quedó a ... ella y su afición muy mal cuerpo, porque era difícil explicar el 3-2 final aunque los rojiblancos convirtieran a Rulli en el jugador más destacado de su equipo, con tres paradas decisivas. Fueron bonitos los goles de Zurutuza y Muniain, nada que objetar, pero los otros dos de los de casa se los puso la Real en bandeja, en unos errores monumentales que lo pagaron demasiado caro. El que marcó Iñigo Martínez, también muy bonito al final, no servía más que para maquillar el resultado, pero si ningún alivio al mal humor txuriurdin.
Porque los de Eusebio empezaron bien y mantuvieron el tipo en aquellos bailes de la Yenka que se retaron por parejas. Aduriz con Iñigo, Yuri con Williams y Raúl García con todos, unas tánganas que el árbitro sólo acertaba a cortar a tarjetazo limpio. Seis en la primera parte.
Desde Bilbao pueden presumir de los trece tiros a puerta de su equipo, mientras la Real tuvo ayer un partido sin agresividad ofensiva. Ninguno de los delanteros estuvo a la altura, quizás por un conformismo excesivo con el gol de Zurutuza que les daba ventaja. Un remate a puerta en todo el periodo y estupendas intervenciones de Rulli en respuesta a las ocasiones de Muniain, Iturraspe y una última de Raúl García cuando San Mamés cantaba el gol del empate les llevaron al descanso con un reconfortante 0-1.
Estaba claro que la Real cedía demasiado campo y el cántaro podía romperse si seguía el acoso al área. Se escuchó a los realistas a la vuelta al partido pedir toque de balón y jugar con personalidad y el resultado era el mejor punto de arranque, pero los temores se convirtieron en triste realidad y no tardó en llegar el empate. La Real necesitaba llevar el balón más arriba porque era un suicidio intentar el empate con tanto partido por jugar y bastó que siguiiera la presión rojiblanca para encontrar la colaboración de unos errores de la zaga que regalaron dos goles y Willian José, que no estuvo en el partido, hizo una hucha clamorosa en lo que aún pudo set el empate.
Total, que la Real salía de vacío del derbi y lo triste fue que se hizo el harakiri con dos goles regalados. La Real, con todo, estuvo más tiempo fuera que dentro del partido y eso en un derbi es un gran pecado. Una pena.
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