Más virtudes que defectos

En el plano individual destacar a Merino y a un Oyarzabal que, aunque ha terminado algo justo, siempre aparece. Y qué decir de Odegaard, un jugador excepcional que al final se ha dejado la rodilla por ayudar a sus compañeros. Pero aunque la labor de los jugadores ha sido encomiable, mucho mérito es de Imanol. Le quiero un montón. Coincidí con él como jugador y me parece que representa los valores de la Real. Ya no hablo como persona –que es un fenómeno–, sino de su nivel profesional. Es un artista. Cada vez que ha cogido al equipo, en juego y resultados siempre ha dado alegrías. No me quiero olvidar tampoco de la cantera, con esos potrillos que invitan al optimismo. Esperemos a ver cómo queda la plantilla pero yo estoy muy animado. Ha habido momentos de cabreo, sobre todo en esta recta final cuando todo se torcía, pero Imanol tenía confianza plena y con su estilo se ha metido en Europa.

Quiero contar una anécdota personal con Portu, a quien le dije que me encantaba y que aportaba garra, espíritu competitivo, casta, bravura, esa mala leche que a veces nos falta aquí. Como defensa central que fui, valorar a Le Normand. Me recuerda a mis inicios, hay errores de los que se aprende y va a dar mucho de sí en el presente y el futuro. Poco negativo se puede decir del equipo, quizá que fuera más duro, más rocoso, pero predominan las virtudes. No me olvido de Olabe, que ha creado una gran plantilla y tiene mucho mérito.