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«Es un lujo ver la ciudad desde esta perspectiva»
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El programa de la Capitalidad Europea de la Navidad reserva esta iniciativa que discurre por la desembocadura del río Urumea a oenegés donostiarrasEsto es un lujo, es un lujo», repetía sin parar Ana, vecina de Egia que tuvo este lunes la oportunidad de navegar en barco por la desembocadura del río Urumea gracias a la iniciativa de paseos solidarios que ha organizado Fomento San Sebastián dentro del programa de la Capitalidad Europea de la Navidad. Junto a ella estaba Elena, de Bidebieta, que reconocía que poder «ver y disfrutar de San Sebastián desde el Urumea es algo único. Convivimos con el río a diario pero siempre lo vemos desde arriba, desde la carretera cuando vas en coche o bus o cuando vas caminando por las calles o cruzando los puentes. Tiene mucho encanto poder navegar por el río».
Esta actividad es uno de los «retos» que tenía planteado el Ayuntamiento para estas navidades. Recuerda Marisol Garmendia, concejala de Desarrollo Económico, que el objetivo de los actos festivos organizados para estas semanas era «celebrar la Navidad con un programa de actividades vinculadas a las ONGs y a las actividades para colectivos desfavorecidos». Estos paseos solidarios están organizados con esa idea.
Se pusieron en marcha el día de Nochevieja con salidas desde el embarcadero del colegio Mundaiz y están programadas hasta este jueves solo para entidades solidarias de la ciudad. Unai Elizasu, responsable de los paseos, confirma que han participado, o lo harán, personas vinculadas a Cáritas, Ucrania Euskadi Elkartea, Asociación Belenista de Gipuzkoa, Unicef, Zaporeak y Aita Mari. Con capacidad para once personas, «el barco se ha llenado estos dos días. La gente sale muy contenta. Agradecen que se haya organizado una actividad como esta, tan poco habitual en la ciudad. Además, el tiempo acompaña. Así que va todo muy bien», señala. Hasta el jueves hay otros ocho paseos diarios organizados – todos programados en base a las mareas porque «cuando está baja el barco no puede navegar»– y tienen una duración de veinticinco minutos.
La ruta habitual de los paseos comienza en el embarcadero de Mundaiz y lleva a los invitados hasta la altura del Kursaal. Pasan por debajo de los seis puentes que tiene el recorrido: Real Sociedad, José Antonio Aguirre, Mundaiz, María Cristina, Santa Catalina y Kursaal. Tras pasar bajo ellos, Ana lo tiene claro. Asegura que «el más bonito para mí es el de María Cristina. Es quizás el más clásico, pero el más bello. Tiene detalles muy cuidados que yendo en barco por el río se aprecian muy bien. Cuando pasas por arriba, caminando, es imposible distinguir esos detalles porque no tienes perspectiva. Por eso quería venir. Me ha gustado mucho», señala esta egiatarra que, junto a Elena, acudió en nombre de Cáritas. «La verdad es que la ruta se me ha hecho corta. Creo que sería una muy buena idea que estos paseos se ampliaran a lo largo del año para que todos los donostiarras interesados pudieran disfrutar de San Sebastián desde el propio Urumea», añade.
También acudieron al paseo Valentina, Irina y Daniel. Abuela, nieta y biznieto ucranianos de la ciudad de Lvov, que está junto a la frontera con Polonia. Valentina lleva viviendo 20 años en Donostia y desde hace dos meses tiene con ella a sus dos familiares. «Vinieron para huir de la guerra. Este tipo de actividades les vienen muy bien. Al niño le ha gustado mucho», afirma feliz su bisabuela, que reside en Aiete.
Al timón de la embarcación que realiza el paseo están los hermanos Isturiz de La Motora de la Isla. Mientras Borja guía con pericia el barco, su hermano Julián cuenta que el recorrido esconde pequeños tesoros de la historia de la ciudad. A la altura de la subida al campus de la Universidad de Deusto y Mundaiz «les enseñamos la rueda de molino que hay incrustada en el muro. Pertenecía a un antiguo caserío que estaba en la zona. Al parecer, al hacer los muros del río, los canteros la insertaron en ese lugar. La gente se sorprende al ver ese detalle durante el recorrido», dice.
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