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Los supermercados se preparan para despedirse de los carros de compra tradicionales, dando paso a una nueva generación de carros inteligentes y conectados que prometen transformar la experiencia de compra. Esta revolución silenciosa está impulsada por los avances tecnológicos y los cambios en los hábitos de consumo, según fuentes del sector.
El carro de supermercado, una invención emblemática del siglo XX, surgida en 1937 en Estados Unidos, ha experimentado pocos cambios significativos desde su creación por un dueño de supermercados que notaba que sus clientes dejaban de comprar si les pesaba demasiado la cesta que llevaban. Sin embargo, la llegada de la era digital ha impulsado a los minoristas a repensar este elemento esencial de la compra.
Los nuevos carros inteligentes están equipados con una pantalla táctil, un escáner integrado y dos cámaras estratégicamente ubicadas. Esta tecnología permite identificar automáticamente cada producto que se coloca en el carro, eliminando la necesidad de escanear manualmente los códigos de barras. El sistema registra al instante la marca, el peso y el precio del artículo mediante una combinación de reconocimiento visual y pesaje.
La pantalla táctil muestra el contenido del carrito en tiempo real, permitiendo a los clientes controlar sus gastos de manera más eficiente. Además, una vez finalizada la compra, el cliente puede dirigirse a una terminal donde se genera automáticamente la factura, y el pago se puede realizar directamente a través del teléfono inteligente, eliminando la necesidad de usar efectivo o tarjetas bancarias.
Estos carros también integran funcionalidades de retail media, mostrando promociones específicas, información sobre productos o incluso recetas en la pantalla, lo que enriquece la experiencia de compra.
Si bien esta tecnología promete mejorar la experiencia del cliente, también plantea desafíos importantes. La desaparición gradual de las cajas tradicionales podría afectar los puestos de cajeros. Sin embargo, también podría crear nuevas oportunidades laborales en áreas como la atención al cliente y la gestión de tecnologías en la tienda.
Las cámaras integradas en los carros están diseñadas para monitorear comportamientos sospechosos y reducir los robos, aunque también plantean cuestiones éticas. Además, adaptar a los consumidores a esta nueva tecnología requerirá un período de aprendizaje, especialmente para los clientes menos familiarizados con las herramientas digitales.
La integración de estos carros inteligentes en el ecosistema existente de los supermercados también plantea cuestiones logísticas. La gestión de productos a granel, promociones especiales y artículos sin código de barras deberá adaptarse a este nuevo paradigma de compra.
En resumen, los carros de compra están evolucionando hacia sistemas más inteligentes y conectados que buscan mejorar la experiencia del cliente, optimizar los procesos de venta y reducir las pérdidas, aunque también plantean desafíos en términos de empleo, seguridad y adaptación del consumidor.
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