La Ermita de Asentzio, en el barrio de Angiozar de Bergara, sin la campana tras el robo del domingo. J. A. Mikeo
Alto deba

Roban la campana de la ermita de Asentzio de Elgeta

Es el segundo suceso de este tipo en pocos días tras la sustracción de la de Orduña: «Subieron por una escalera, tiraron la campana por el tejado y se dejaron el martillo y el gato del coche»

Beñat Arnaiz

San Sebastián

Miércoles, 15 de marzo 2023

El barrio de Angiozar de Bergara y los habitantes de Elgeta viven esta semana con la sorpresa y la frustración tras haber visto cómo la ... ermita de Asentzio amanecía el lunes sin su campana. La Ertzaintza investiga su robo, que se produjo el domingo por la noche, pero José Ángel Mikeo, vecino de este barrio de Alto Deba entre Bergara y Elgeta, no alberga muchas esperanzas de encontrarla. «¿Dónde puede estar? Auskalo, puede estar en cualquier sitio».

Publicidad

En conversación con este periódico, transmite su «cansancio» por el vandalismo que está sufriendo la ermita. «No hay manera de que pare este gamberrismo para poder mantener limpia la ermita. El año pasado ya reventaron las ventanas y forzaron la cerradura y el último arreglo, en diciembre, ascendió a los setecientos euros».

Mikeo, que a petición del alcalde de Elgeta y junto a un baserritarra acompañó a la Ertzaintza a la Ermita porque el párroco se encontraba en San Sebastián, relata cómo sucedió el robo de la campana. «Primero intentaron entrar por la puerta con un martillo, pero no lo consiguieron y estropearon la cerradura. Después utilizaron el gato del coche para torcer las barras de las ventanas grandes, hacer un agujero y entrar. Dentro no hay nada que robar, solo un cuadro de la ermita, no hay nada de valor», sin embargo, transmite que «encontraron una escalera dentro y subieron al tejado».

Imagen más cercana del lugar en el que debería estar la campana. J. A. Mikeo

La campana, de cobre y que no es muy grande al tratarse de una ermita, puede rondar los cien kilos, «por lo que es imposible que fuera cosa de una persona solo. Parece ser que la tiraron por el tejado porque en el suelo hay una huella o un rastro de un fuerte golpe». Se pregunta «¿quién quiere robar una campana? No van a venderla, como mucho la pueden fundir».

Publicidad

No están claras las intenciones de los ladrones. «No sabemos si vinieron a robar la campana, se la llevaron porque encontraron la escalera; si no, no lo hubieran conseguido. Si quieres hacer el gamberro pintas y hacer otras chorradas, pero entrando dentro dejan claro que querían robar algo, porque hay mucho esfuerzo ahí, lo dejaron todo destrozado».

Además de la sustracción de la campana, el parte de daños final indica que la cerradura quedó inhabilitada, rompieron la reja, el cierre de la ventana de madera y el cristal de las ventanas traseras y también varias tejas del tejado, fruto del camino que hicieron los ladrones sobre él para llegar hasta la campana.

Publicidad

Por si no fuera poco, no tuvieron el reparo de dejar las herramientas utilizadas en la escena: «Utilizaron un martillo para forzar la cerradura, se les rompió el mango y lo dejaron ahí; la cabeza (del martillo) se les quedó encajada y no pudieron sacarla; y el gato del coche también lo tiraron a los alrededores y lo encontramos».

La zona en la que está situada la ermita de Asentzio, con senderos y un lago en sus alrededores. J. A. Mikeo

La ermita de Asentzio, que se utiliza principal y casi únicamente para las fiestas de Asentzio, 40 días después de Semana Santa, cuando se celebra una misa, la romería y un lunch, está ubicada «en un lugar encantador, con un lago al lado, y en verano y los domingos mucha gente sube a caminar y a disfrutar del descanso».

Publicidad

Mikeo se resigna por la situación que vive la ermita: «De no pasar nada en mucho tiempo, a esta época, en la que se roba hasta la campana».

Dos robos en cuatro días

Este robo es el segundo que se ha producido en un tramo de tan solo cuatro días, ya que el pasado viernes la Ertzaintza tuvo conocimiento de la sustracción de la campana de la Ermita de San Román, en el barrio de Zedelika en Orduña, Bizkaia.

En este caso, el ladrón sí fue interceptado. Una patrulla en funciones de protección ciudadana interceptó una furgoneta en la carretera A-625 a su paso por el término de Llodio, en cuyo interior viajaba únicamente un hombre de 47 años. Dentro del vehículo transportaba una campana que, según se confirmó, era la robada en la citada ermita. Además, llevaba unas escaleras, una carretilla y herramienta variada. Ante tales evidencias, se procedió a su detención por un delito de robo con fuerza.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete los 2 primeros meses gratis

¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión

Publicidad