Los responsables de Loreak Mendian saludan al final del desfile en Balenciaga. Morquecho
La Agenda Portátil

'Lost in Getaria': Loreak Mendian y una crónica guipuzcoana (no escribo de moda)

Fui al Museo Balenciaga: treinta años de Donostia, algunos brillos y el hermoso y rehabilitado Palacio Zarautz / El nuevo Papa y el hermano Policarpo (una de Mundaiz)

Mitxel Ezquiaga

San Sebastián

Sábado, 10 de mayo 2025, 06:45

Nada humano me es ajeno. Voy a los desfiles de moda no para aprender de hombreras o largos de manga, sino para asomarme al lado ... luminoso de la vida. Llega el San Sebastian Moda Festival y Laura Chamorro, su equipo y las damas de Eventos de este periódico invitan al desfile en el Balenciaga. Ir a Getaria y visitar ese museo es siempre un placer, pero esta vez aún más, porque uno de los protagonistas era LoreakMendian en su 30 aniversario. Y esa marca, además de moda, es una crónica de Gipuzkoa.

Publicidad

Reuerdo bien cuando abrieron su primera, pequeña y alternativa tienda junto al Akerbeltz, sobre el muelle de Donostia y al pie de las escaleras que suben a Urgull. Era un local alternativo, una punta de modernidad entre la moda y la cultura 'underground' en aquel San Sebastián de mediados de los 90. Sus primeras camisetas, con el icono de la margarita, daban un toque 'cool' a la discreción dominante en el paisaje. El jueves, al final del desfile de Getaria, charlé con Víctor Serna, que sigue en la marca y fue uno de los fundadores junto a Xabi Zirikian, que sigue vinculado a la marca, del espaldarazo que supuso el hecho de que uno de los concursantes guipuzcoanos de los primeros 'Gran hermano' se moviera por la casa de Guadalix de la Sierra con la icónica camiseta.

Los entusiastas de Loreak Mendian fueron precursores en muchas cosas. Otros iban entonces a París, Berlín o Nueva York para detectar las nuevas tendencias pero ellos se iban a Tokio. La vida da muchas vueltas y ahora la marca de la flor está en el grupo Ternua, con mando empresarial en Arrasate (otro símbolo de la Gipuzkoa actual). Siguen inventando historias modernas, como la colaboración con Juan Luis Goenaga poco antes de la muerte del pintor. Aún siguen fascinados por la obra del artista (como tantos, como yo).

Eso vimos en el Balenciaga, un repaso por 30 años de historia de Loreak, además del desfile del diseñador barcelonés Ze García, el otro protagonista de la noche. Los que nos movemos más en saraos culturales o gastronómicos sehuimos en el mundo de la moda con el síndrome de 'pulpo en un garaje', como Bill Murray en la enorme 'Lost in Traslation'. «Tampoco es mi mundo, pero siempre resulta agradable», me confesaba el alcalde Eneko Goia en el vino posterior (bueno, en el 'kissing room' según la jerga del sector). La directora del museo, Miren Vives, estaba también encantada de ver su Balenciaga tan vivo. Y a Marcial Muñoz, vestido de algo así como pacífico y moderno samurai, le dije lo que me contó un destacado prócer: su apuesta por abrir un segundo Novento Grados en el centro es uno de los mejores símbolos que han ocurrido en San Sebastián, como impulso a marcas propias en medio de la selva de franquicias (lo mismo puede decirse de, entre otros, Box, Manila o Aldabaltreku, la sastrería de Gros que hoy desfila en San Telmo).

Publicidad

Sales del Balenciaga por la noche, paseas por una Getaria hermosa y vacía, te paras ante el Palacio Zarautz, esa estupenda rehabilitación liderada por Vaumm que ganó el premio de los arquitectos vascos, y piensas que, como cantó el primer Radio Futura, «yo caí enamorado de la moda juvenil...».

El Papa, la aldea local, el hermano Policarpo y yo

Cuenta el chiste que cuando se muere el Papa los monaguillos lo celebran «porque así corre el escalafón». Cuando se nombra otro hasta los monaguillos del periodismo debemos escribir algo, aunque no haya nada nuevo que decir. Pasé más de diez años en los pupitres del Sagrado Corazón, primero en Sánchez Toca y después en Mundaiz, rezando cada viernes por la canonización del hermano Policarpo, fundador de la orden. Pero la canonización nunca llegó: no estoy en el equipo ganador.

Publicidad

El escritor Isaac Rosa contaba por qué 'engancha' el thriller vaticano, como una película entre 'Las sandalias del pescador', Sorrentino y el 'Cónclave' que concursó en el Zinemaldia: «Si lo miras con otros ojos no puedes tomarlo en serio: un grupo de hombres de avanzada edad disfrazados con ropa estrafalaria, que hablan en latín, reunidos en secreto, aplican un protocolo medieval, anuncian sus decisiones con señales de humo y eligen al representante de su dios en la Tierra».

Pero a la vez eso tan antiguo moviliza los directos de la tele y portadas de todo el mundo. La aldea global, la aldea local. Cada periódico buscamos la conexión del nuevo Papa con su territorio: que si estuvo en Errenteria, en Pamplona o en Bilbao No solo es nuestro localismo: grandes periódicos como el Chicago Tribune destacan que el Papa es 'chicagotarra', y los de Perú su peruanismo. ¡Qué haremos el día que haya un Papa de Eibar! Como dibujaba Txispas en DV, lo más parecido a un Papa que tenemos es Juan Mari Arzak. Ora pro nobis. 

Publicidad

mezquiaga@diariovasco.com

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete los 2 primeros meses gratis

¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión

Publicidad