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iñaki esteban
Domingo, 10 de abril 2022, 09:31
l batería Nick Mason (Birmingham, 1944) es el único que ha participado en los quince discos de Pink Floyd, y el autor de la instalación ... de sonido de la exposición 'Motion. Autos, Art, Architecture', que se abrió al público el viernes. Además de las obras de arte y de los coches, la muestra también integra el rugido de los motores «para que le suba la adrenalina al visitante». Suya es asimismo una de las grandes joyas de la exposición, el Ferrari 250 GTO.
El jueves por la noche voló hacia Dublín, donde comenzará la gira con su banda Saucerful of Secrets. Con ella tocará el 9 de julio en Barcelona y al día siguiente en el Botánico de Madrid.
- ¿De dónde le viene la afición a los coches?
- De mi padre. Participaba en las carreras con un Bentley y hacía documentales sobre la historia de la automóviles. Hemos incluido algunos pasajes de esas películas en la exposición. Los momentos más felices de ni niñez los pasé en el autódromo de Silverstone. El sueño de competir procede de aquel tiempo.
- Además de cumplir ese sueño, se convirtió en un coleccionista de coches.
- Pink Floyd empezó a tener éxito y contaba con el dinero suficiente para no tener que vender un coche para comprar el siguiente. Se fueron acumulando. Nunca me planteé ser un coleccionista.
- ¿Recuerda su primera competición?
- Sí, con un Aston Martin de 1935. Metí muchas horas reconstruyendo el coche y me lo pasé muy bien haciéndolo. Tuve un mentor, Derrick Edwoods, que recorría conmigo el circuito antes de la carrera. Yo iba detrás de él. Así sabía por qué lados tenía que correr. Tenía 20 años.
- ¿Qué es lo que más le gusta de correr? ¿La velocidad?
- No, no es la velocidad ni tampoco la competición en sí. Lo que más me satisface es el éxito del coche. Si lo tiene, significa que lo has preparado bien.
- ¿Qué opina de la exposición?
- Me encanta que cada coche tenga un espacio amplio alrededor, suficiente para se puede contemplar en sus tres dimensiones. Hay museos en los que están como amontonados, uno detrás de otro. Estoy muy agradecido de que Norman Foster me haya dejado trabajar con él.
- ¿Le conocía?
- Estudié Arquitectura en la Regent Street Polytechnic, ahora Universidad de Westminster (allí conoció, en 1964, a dos históricos de Pink Floyd, Roger Waters y Rick Wright). Él era uno de mis tutores.
- ¿Y mantiene el o desde entonces?
- No nos hemos visto mucho, pero compartimos aficiones, como los helicópteros.
- Una de las piezas más importantes de la muestra es su Ferrari 250 GTO, que compró por 37.000 libras y que ahora costaría 35 millones de euros.
- No, mucho más que eso. Con esa cantidad yo creo que sólo comprarías un cuarto de coche. Merece estar en una exposición así y estoy muy contento por que lo hayan incluido.
- ¿Cree que la música de Pink Floyd es buena para conducir?
- No pongo música en el coche. Prefiero conducir sin distracciones, oyendo el sonido del motor. Y además, por mucho que tengas un buen equipo, siempre vas a perder calidad. Los coches eléctricos interfieren menos porque no se oye el motor, aunque sí el roce de las ruedas con la carretera.
- En 1977, produjo el segundo disco de The Damned, banda de punk británico en las antípodas del rock progresivo de Pink Floyd. ¿Cómo fue?
- Muy refrescante. Hicimos el álbum en una semana, cuando tardábamos un año en grabar uno de Pink Floyd. Si les pedías que volvieran a tocar una canción para tener varias tomas en las que escoger, te miraban y te preguntaban: '¿Por qué?' Todo tenía que ser inmediato. Me divirtió mucho porque el rock progresivo había llegado a un grado de barroquismo bastante asfixiante.
«El éxito de la banda fue extraño porque su música es difícil de clasificar o de relacionar con otros grupos», incide Nick Mason al preguntarle por la influencia en el pop y en el rock de Pink Floyd, grupo del que se han vendido más de 200 millones de discos. El hecho es que la música del grupo inglés se mantiene en la cabeza de los aficionados y de artistas jóvenes como Miley Cyrus, que en 2019 incluyó una versión de 'Comfortably Numb' en sus conciertos. «Compones, tocas y es una recompensa muy grande ver que la gente sigue escuchando tu música», resume. Con Saucerful of Secrets, interpreta canciones de los primeros siete discos, antes de 'The Dark Side of the Moon'. «Que nadie espere que toquemos las canciones nota por nota. Las reinterpretamos y nos divertimos».
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