Correr la Behobia, una operación fácil

Completar mañana los veinte duros kilómetros de la Behobia-San Sebastián va a ser una tarea sencilla para los cientos de trabajadores del sector sanitario que se han inscrito. Una operación fácil. Y no porque tengan superpoderes o sepan elaborar, aprovechando sus conocimientos, una receta de una poción mágica. No son familiares Panoramix, no. Será un trabajo fácil si lo comparamos con el que han tenido que desempeñar desde marzo de 2020 a causa de la pandemia.

DV ha reunido a tres de estos trabajadores incansables con experiencia en la carrera y con ganas e ilusión por participar un año más en la Behobia. Un aplauso más para ellos también mañana. Begoña Villas, Jon Zabaleta y Ainhoa Benito llevan años corriendo. «El deporte forma parte de mi vida y me sirve para liberar la mente; también para desconectar un poco del trabajo. Cuando corro salgo con la sensación de estar dedicando tiempo a mí misma, y creo que es esencial», explica Villas, segoviana –de Ayllón, un pequeño pueblo de poco más de mil habitantes– de 42 años que desde 2010 vive en Donostia. Ella es enfermera en el Centro de Salud de Amara Berri y mañana quiere ser 'finisher' por octava vez en la popular vasca por excelencia.

Otro viejo conocido de la carrera es el donostiarra Zabaleta. De hecho, este médico de 40 años que trabaja en el Hospital Donostia –en cirugía torácica– desde que en 2006 empezara la residencia y en 2011 entrara como adjunto, ha participado tanto en la modalidad de roller (en dos ocasiones) como corriendo (tres veces hasta la fecha). «Practico fútbol, pádel y corro», confirma. Vamos, que no para el hombre… Ni siquiera durante el confinamiento lo hizo. «Como vi la que se venía encima, fui de los afortunados que pudo comprarse una bici estática. La puse en el balcón y esa fue mi forma de mantenerme activo». En el Hospital, claro, tampoco paró.

Benito, donostiarra de 38 años que desde 2008 reside en Lasarte –un poco de lasartearra ya tiene–, tampoco se quedó sentada en el sofá durante aquellos duros meses. «Hice ejercicios de fuerza en casa y jugaba con mis dos hijos. Intentábamos realizar actividades para mantenernos activos», recuerda esta enfermera en urgencias de pediatría del Hospital Donostia. Dos Behobias ha completado ella: en 2010 y en 2019.

En el caso de Villas, durante las largas semanas que tuvimos que estar en casa, recuperó una buena y vieja costumbre. «Volví a practicar aeróbic y step en casa con la ayuda del profesor que tenía en Segovia. Me reenganché». No tardó en volver al asfalto cuando se pudo volver a salir. Hace unos pocos días, corrió el maratón de Vitoria en 3h51, a cuatro minutos de su marca personal. Los 20 kilómetros de mañana son incluso más sencillos para ella teniendo en cuenta que está acostumbrada a correr 42,195. «La verdad es que siempre había practicado deporte, pero fue gracias a que mi hermano corriera la Behobia en 2012 cuando me puse a correr». Le entro la envidia y… ¡ocho seguidas!

Uno que nunca pasa de esos 20 kilómetros es Zabaleta. El médico donostiarra, que tiene 1h45 en esta prueba y que saldrá con el objetivo de acercarse a 1h40, quiere «disfrutar». El último año y medio ha sido complicado, aunque es consciente de que «nuestra especialidad no ha sido la peor parada. El Covid nos ha tocado de cerca también, aunque ha habido personal que ha estado más sobrecargado. El coronavirus ha provocado complicaciones pulmonares. El cáncer de pulmón se consideró prioritario y nosotros no hemos dejado de operar. En ocasiones, hemos tenido que trasladarnos a la Policlínica para que el Hospital Donostia fuera exclusivamente para pacientes Covid. La forma de trabajar sí que se ha resentido y ahora poco a poco vamos recuperando la normalidad», confirma.

Tal vez a varios de los lectores, el doctor Zabaleta les resulte familiar. Él fue quien organizó la iniciativa 'Behobia Medio Pulmón' en 2018, cuando tres pacientes con cáncer completaron la carrera con familiares, amigos y personal sanitario «con la intención de visibilizar la enfermedad, de mandar un mensaje positivo a los pacientes y fomentar los hábitos de vida saludables».

«Yo creo que en la pediatría nos hemos 'librado' un poco. Es más, durante la pandemia virus infantiles muy comunes se han incluso evitado», cuenta Benito, que en la Behobia partirá con el objetivo de intentar correr a cinco minutos el kilómetro. «Si no lo consigo no pasa nada, pero está bien tener objetivos». Con esta afirmación coincide Villas, quien cree que apuntarse a carreras provoca «tener retos en mente. No ha sido fácil estar prácticamente un año sin pruebas populares». Ella ite que «han sido meses con una carga de trabajo diferente a la habitual, en los que la precaución ha sido clave y en los que hemos tenido que aumentar la protección. Son hábitos que tardaremos en dejar atrás».

Estos tres corredores no serán los únicos sanitarios sobre el asfalto. «En la Behobia salimos muchísimas personas con la idea de disfrutar. Se conectan muchísimos corazones. ¡Es una pasada!». ¡A la aventura! Que este trabajo es pan comido.

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