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Prometía más la final de promesas. Esta vez, sin embargo, una de las dos parejas no hizo honor a la palabra que da nombre a la categoría. Oihan Etxeberria y Oier Elorz pasaron por encima de Unax Ramirez y Endika Santesteban, a quien solo un remiendo a partir del 21-6 permitió edulcorar el resultado, no así la impresión ofrecida sobre la cancha del Beloki. Cabía esperar más de la pegada de ambos. Decepcionaron, sobre todo el zaguero.
Oihan Etxeberria llevó el partido por el camino que le interesaba: corto, recto y rápido. Bien arropado por un Elorz que neutralizó a Ramirez y Santesteban. Arrancaron el oiartzuarra y el de Zaratamo con un 6-0, agrandaron la diferencia al 13-2 y la bondad de los números les permitió irse del 13-6 al 21-6, ya metidos en la mejor fase rematadora de la mañana.
Santesteban no encontró la manera de encauzar esa pegada que se adivina tanto en su brazo derecho como en el izquierdo. Muchas escapadas, algún buen pelotazo suelto y demasiado error. El de Zubieta posee cualidades para que Aspe deposite su confianza en él con vistas al futuro. Hace falta pulirlas para que explote. Por supuesto, no es solo cuestión de los técnicos. También el chaval debe poner de su parte. Tiene 18 años y tiempo por delante. Lo importante es observar una evolución, dar pasos adelante. Su compañero, Ramirez, necesita variar el juego, atreverse, aprender...
Más hecho y consolidado a los 18 años aparece Oihan Etxeberria. Mueve la pelota, le casca de volea y en la final demostró sosiego para elegir las acciones correctas, cuándo participar y cuándo apoyarse en un zaguero, Elorz, con el que se ha acoplado. Cada uno desempeña bien su papel dentro de la pareja.
Movió de maravilla la pelota el oiartzuarra en el 18-6, su mejor tanto. Pegó una cortada de zurda devuelta con apuros por Ramirez y, con Santesteban adelantado para proteger los primeros cuadros, soltó un besagain de zurda para rebasar la defensa de ambos rivales.
También firmó dejadas al txoko y un par de ganchos interesantes por dirección y velocidad. Si bien no es el más ortodoxo de los delanteros en cuanto a posturas, el rendimiento está ahí, así como su capacidad para competir al máximo nivel. Ya alternaba con algunos de los mejores aficionados antes de dar el salto de juvenil a sénior y ha demostrado moverse bien dentro del cuatro y medio en los partidos individuales. El martes juega la final del Torneo Olazar de esta distancia contra Xabi Rekalde.
Elorz también se ha hecho un nombre a sus 17 años. Zaguero zurdo, goza casi todas y pone lejos la pelota. No se dejó acosar por Santesteban y eso significa algo. Lástima de tres o cuatro tantos perdidos, incluidos dos restos de saque en los que Ramirez buscó el ancho a base de tocar primero el frontis y seguido la pared izquierda.
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