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Los procesos de descarbonización que ya están poniendo en marcha muchas empresas vascas y que se intensificarán en los próximos años para poder cumplir con ... los requisitos europeos requerirán de fuertes inversiones. El Gobierno Vasco y los agentes energéticos cifran esos desembolsos en mil millones de euros para el periodo 2023-2030. En concreto, 950,7 millones.
Una cifra nada desdeñable pero que servirá para que la industria vasca se alinee con todas las normativas, políticas y planes estatales con los que el Ejecutivo Vasco ha expresado su compromiso y adhesión y que tienen como objetivo alcanzar la neutralidad, la resiliencia y una transición justa para 2050.
Para poder llevar a cabo ese proceso el Ejecutivo vasco aprobó en febrero de 2024 la Ley de Transición Energética y Cambio Climático de Euskadi. La nueva norma recoge el reto de aprovechar las oportunidades del proceso de transición para impulsar la competitividad y transformación de la industria vasca, basada en el desarrollo tecnológico industrial y en su descarbonización.
El grueso de esa transformación vendrá dado por la electrificación de los procesos, señala el Gobierno de Pradales. Una transición que se espera sea rápida, según ite el consejero de Industria, Transición Energética y Sostenibilidad, Mikel Jauregi, en la información enviada precisamente al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miterd) en la que reclama una mayor potencia eléctrica para afrontar esa transición, en la que estima que se necesitarán en torno a 6.000 MW adicionales.
Esta documentación remitida al Ejecutivo central de cara a la planificación de la red de transporte eléctrico 2025-2030 que hará pública este año añade, además, que la falta de potencia eléctrica pondría en riesgo más de 70.000 empleos en Euskadi, entre directos e indirectos, siendo Gipuzkoa la más afectada, ya que supondría una amenaza sobre más de 25.000 puestos de trabajo, según adelantó el pasado martes este periódico.
En ese escenario es en el que se mueven las industrias vascas, que asumen y aceptan el reto de la descarbonización. El departamento de Mikel Jauregi remarca que se aprecia claramente que la transición de la energía del gas natural hacia la electrificación va a requerir de un gran esfuerzo inversor por parte de la industria vasca que en estos momentos ya se ha iniciado.
El Departamento de Industria, Transición Energética y Sostenibilidad esgrime ese esfuerzo que ya está realizando la industria vasca para reclamar el aumento de potencia eléctrica que se requiere. «Las inversiones en equipos y cambios en procesos en post de la transición energética ya han sido aprobados en muchas de las industrias. De este modo la industria ha respondido y está a la espera de que el sistema eléctrico estatal permita alcanzar los objetivos comúnmente adoptados a nivel estatal y de Europa», incide.
De hecho, indica que hay 117 empresas en Euskadi que están en procesos de descarbonización -de ellas 46 guipuzcoanas- que requieren de entrada 2.034 MW de potencia adicional. A ello se suman veinte nuevos parques industriales que demandarán otros 745 MW y doce nuevos parques eólicos, con una necesidad de 342 MW.
El Ejecutivo vasco también recuerda que en marzo del año pasado había, según fuentes de Iberdrola Distribución (i-DE), sin poder ser atendidos 23 expedientes con solicitudes de potencia adicional, 14 de empresas que ya están implantadas y otros nueve de nuevas compañías que quieren ubicarse en Euskadi. Los primeros suman una potencia de 289 MW, mientras que las segundas han solicitado cerca de 253 MW. Y añade que la electrificación de los procesos productivos y sistemas de redes de evacuación de energía renovable generada dependen de la existencia de «una red robusta que garantice una transición energética ordenada y justa».
Esta ha sido una cuestión que ha quedado en evidencia, precisamente, tras el apagón registrado hace dos semanas en toda la península Ibérica y que ha puesto sobre la mesa la necesidad de aumentar la interconexión con Europa hasta el 15% desde el 3% actual.
El propio lehendakari, Imanol Pradales, incidió justo el día siguiente al apagón sobre «la necesidad urgente de aumentar la capacidad y la resiliencia de la red eléctrica, al tiempo que indicó que «necesitamos más ritmo para descarbonizar la industria y hay un factor decisivo, vital, para garantizar la competitividad: el suministro energético». Y es que la industria, es, recordó, con el 53%, el principal consumidor de electricidad».
La compañía tecnológica Ayesa ha desarrollado, a través de su Instituto de Innovación i3B, un sistema pionero basado en computación cuántica para mejorar la eficiencia y fiabilidad de las redes eléctricas en España. La plataforma, probada con éxito en casos reales, alcanza una alineación del 99% con configuraciones estables y permite reducir drásticamente los tiempos de cálculo. El sistema busca anticiparse a las futuras demandas energéticas y facilitar la integración de energías renovables. Este avance supone una herramienta clave frente a los desafíos del sector eléctrico.
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