XVI Foro Empresarial de Gipuzkoa

Ucín alerta de que empresas y trabajadores «debemos ser flexibles» ante un «futuro incierto»

Iñigo Ucín, presidente de Mondragon protagonizó este viernes el XVI Foro Empresarial de Gipuzkoa, organizado por DV, en colaboración con Laboral Kutxa y EY. Ante un numeroso público, conformado por lo más granado de los ámbitos institucional y empresarial del territorio, el azkoitiarra repasó la realidad y la potencia de tiro del Grupo de Arrasate y sentó las bases de lo que el Grupo quiere ser en el futuro más próximo. Los grandes pilares de la Política Socio-Empresarial de Mondragon para el periodo 2025-2028.

Un horizonte nada lejano en el que, sentenció Ucín, la rapidez de respuesta y la adaptabilidad ante un mundo cambiante dejará «ganadores y perdedores». «Debemos ser flexibles y evolucionar nuestro modelo sin cambiar las bases ante un futuro que va a ser incierto y marcado por la geopolítica», dijo, para resaltar que la batalla por el talento y por atraer a los jóvenes «con proyectos ilusionantes y buenos salarios» va a ser uno de los aspectos capitales. Un desafío que inexcusablemente va a obligar a las empresas «en el Grupo, en Euskadi y en todo España» a buscar fuera. «A la vista de la pirámide poblacional que vemos, no hay más remedio», advirtió.

En ese sentido, Ucín-que pasará el testigo en agosto a Pello Rodríguez después de toda una vida en la Corporación- reconoció que el sector público se presenta como un «competidor real» del ámbito privado a la hora de captar a esos recién licenciados (de todo tipo) que ven en el funcionariado, dijo, «un empleo de por vida».

«Están mejor preparados que nunca, son inteligentes y valoran lo que valoran, que es diferente de lo que valorábamos nosotros. Y el empleo público ofrece condiciones mejores si pasas un examen, que tiene su mérito, y te da trabajo asegurado», dijo.

El presidente de Mondragon contrapuso esa aparente 'tranquilidad' del funcionario con la «supervivencia constante» a la que se enfrentan las empresas cada día al «competir» en los mercados internacionales.

Junto a esto, Ucín expuso como paradoja la idea de que «la gente se pega por ser funcionario, y cuando lo logran lo primero que hace es ir a la huelga». E insistó en la distancia entre uno y otro mundos para subrayar que «además, toda esta estructura la soportan las empresas». «Deberían ser más eficientes y trabajar por objetivos».

En este punto, Iñigo Ucín explicó que hay que ir a buscar a todas esas personas -no sólo ingenieros o la llamada 'elite', matizó- «allí donde estén». Y desveló que Mondragon Unibertsitatea ya tiene un programa dual en la ciudad mexicana de Querétaro (uno de los lugares del país norteamericano en el que antes desembarcó el Grupo) mediante el que trae estudiantes en formación dual a Euskadi.

«Después, tenemos que ofrecer proyectos atractivos y sueldos competitivos para que esos trabajadores se queden», resaltó, para subrayar que las cooperativas de Mondragon «pagan de media, incluidos los retornos de capital, un 12% más que las empresas de su entorno».

De la misma forma, Iñigo Ucín remachó que «la formación continua y el aprendizaje a lo largo de toda la vida de los trabajadores» son aspectos «vitales».

Tras proyectarse un impactante video en el que quedaba patente la fortaleza de la Corporación Mondragon, Iñigo Ucín recordó algunos números del Grupo, como las 92 cooperativas o las cien fábricas que tiene repartidas por el mundo, con una inversión de casi 350 millones de euros al año y una ventas de las áreas industrial y de distribución (Eroski) de más de 11.000 millones de euros. A renglón seguido, sacó pecho para resaltar que casi 3.000 personas visitan cada año el cuartel general de Mondragon y sus empresas y centros tecnológicos -«incluidos algunos premios Nobel»- y que «salen sorprendidos e impresionados». Y es que, cabe recordar, el concepto de cooperativa en en el mundo se asocia más bien al mundo agrícola o al educativo, no a la industria más competitiva.

En su alocución, Iñigo Ucín insistió en uno de los mensajes que más ha subrayado desde su llegada a la presidencia de Modragon, el de que las empresas, las cooperativas, han de sostenerse sobre los principios que sentara en su día el padre Arizmendiarrieta, pero también en la obligación de ser rentables. «Tenemos claro que el negocio tiene que ser negocio», dijo.

Ucín no olvidó destacar la aportación del cooperativismo al territorio y a todo Euskadi, al señalar que «hemos contribuido a crear una de las sociedades más igualitarias, poniendo a las personas siempre en el centro de nuestro modelo».

El presidente de Mondragon quiso también dejar constancia de la importancia del conjunto de las empresas como generadoras de bienestar, al señalar que la aportación al territorio no es exclusiva de las cooperativas. «También hay sociedades anónimas ejemplares», dijo, para añadir, en un mensaje un tanto en clave, que «de la misma manera, hay sociedades cooperativas que no son tan cooperativas».

Al mirar al futuro, Iñigo Ucín insistió en la obligación de transformar el Grupo para «ocupar siempre posiciones de liderazgo», y recordó que los que no se sitúan en cabeza ante cualquier gran transformación siempre corren el riesgo de desaparecer en cada crisis que pueda venir. «En esos momentos, los más débiles son siempre los que caen», dijo.

Con la vista puesta en el futuro, el presidente de Mondragon abogó por «una tolerancia amable al riesgo» y adaptarse «rápido a las adversidades».

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