JORGE SAINZ
Domingo, 24 de mayo 2015, 08:14
Gipuzkoa elige hoy en las urnas entre el modelo de gestión de EH Bildu en estos cuatro años o el «cambio» que patrocinan los grupos de la oposición, con el PNV como principal alternativa y el PSE-EE dispuesto a inclinar la balanza de los pactos. Una llave que Podemos, la gran incógnita de esta noche, no está dispuesta a utilizar pese a que se prevé que irrumpa en las Juntas Generales. El PP, por su parte, también aspira a ser decisivo, aunque sea con pocos escaños. La decisión está en manos de los 558.152 guipuzcoanos y guipuzcoanas que tienen este domingo una cita en 847 mesas electorales. Los comicios se presentan más inciertos que nunca. Como una moneda al aire. Quizás por ello, pese a la desafección social hacia la política, en la calle se respira esta vez cierta expectación por los resultados y podría rebasarse el 63% de participación de 2011.
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La mayor o menor asistencia a las urnas será crucial para ver si EH Bildu logra una mayoría suficiente o si PNV, PSE-EE y PP pueden articular esta vez la alternativa que no cuajó hace cuatro año tras la 'ola Bildu', que aprovechándose de esa falta de acuerdo sorprendió haciéndose con la Diputación y el Ayuntamiento de San Sebastián. En las elecciones a las Juntas Generales de Gipuzkoa, las de las papeletas color sepia, se disputa una batalla entre Olanos, el de EH Bildu, Xabier, y el del PNV, Markel, con el socialista Denis Itxaso y el popular Juan Carlos Cano al acecho. Entre ellos aspira a colarse Juantxo Iturria, el joven cabeza de lista de Podemos que no quiere participar en el baile de alianzas pero que condicionará la relación de fuerzas. Irabazi (Ezker Anitza-IU-Equo) tratará de apurar sus pequeñas opciones de lograr representación, mientras Ciudadanos y UPyD lo tienen complicado.
La capital donostiarra será el otro gran punto de atención de este domingo. Se prevé una apretada batalla entre el actual alcalde, Juan Karlos Izagirre (EH Bildu), y los dos principales aspirantes, Ernesto Gasco (PSE-EE) y Eneko Goia (PNV), convertido en el favorito de las encuestas pese a ser actualmente el cuarto partido. El PP, que se presenta con una nueva cara, Miren Albistur, parece haber perdido algo de terreno. 148.041 donostiarras tendrán la última palabra con su papeleta blanca, como en el resto de consistorios. La ausencia de Podemos en la liza donostiarra dará respiro a la coalición abertzale, a los socialistas y a Irabazi, que podría ser la gran beneficiada.
La entente de Sortu, EA, Aralar y Alternatiba pone en juego su amplio poder municipal en Gipuzkoa, con 59 de los 88 municipios bajo su mando a día de hoy. La izquierda abertzale y sus socios confían en que los ciudadanos aprecien su «gestión alternativa y de carácter social» frente el «modelo viejo» del resto. La oposición, por el contrario, espera que a EH Bildu le pase factura la recogida de basuras puerta a puerta, en pueblos como Bergara, Legazpi o Pasaia, o sus actitudes «de imposición».
Zarautz, Beasain, Lasarte-Oria o Azkoitia son algunas de las localidades en que puede haber vuelco, mientras que los socialistas esperan mantener Irun, Eibar y Zumarraga. EH Bildu prevé conservar municipios referenciales como Tolosa, Arrasate, Andoain o Errenteria. Estos dos últimos podrían ser moneda de cambio en los pactos entre PNV y PSE-EE, que a priori sería la opción de coalición más factible si dan los números, como asumen en privado.
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Las alianzas en Gipuzkoa pueden verse condicionadas por lo que ocurra en Araba y, en menor medida, en Bizkaia, donde el PNV parece que vencerá con holgura, como en Bilbao. En total son 1.726.521 los ciudadanos de la Comunidad Autónoma Vasca con derecho a sufragio.
El pacto PNV-PSE, algo alicaído en el Parlamento Vasco, podría resucitar tras estas elecciones, incluso con acuerdos de gobernabilidad foral. Hará falta algo más para descifrar el sudoku de la Diputación alavesa y el Ayuntamiento de Vitoria, con PP, PNV y EH Bildu en un pañuelo. Los jeltzales parecen partir con cierta ventaja en las Juntas mientras que el popular Javier Maroto podría mantener la Alcaldía, ante la falta de entendimiento de las fuerzas abertzales. Hasta el PP podría acabar sumándose al acuerdo de peneuvista y socialistas, aunque nadie quiere destapar sus cartas hasta ver, hacia las diez y media de esta noche, los resultados definitivos y las posibles combinaciones. Y sin descartar posibles sorpresas.
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