Arrojan clavos en el lugar del atropello mortal de Iñaki Pakea en Usurbil

La indignación se ha apoderado de los presentes, que se han apresurado a retirar las puntas metálicas del arcén, espacio por el que circulan los ciclistas. Se trata de una acción destinada a que cualquier persona que pase por ese lugar en bicicleta sufra un pinchazo, incidente siempre potencialmente peligroso en una carretera con el tráfico abierto y que manda un mensaje claro de odio hacia los ciclistas, a los que algunos conductores no reconocen su derecho a utilizar la vía pública.

No es la primera vez que en una carretera aparecen clavos, tornillos, chinchetas u otros elementos destinados a provocar pinchazos en busca de que los ciclistas desistan de usar esa vía. Sin embargo, arrojar clavos en el punto donde se va a realizar un homenaje a un ciclista fallecido tras ser atropellado apenas cinco días antes rebasa los límites de la crueldad y la decencia. Así lo entendieron los presentes, una vez superada la incredulidad por la escena.

Noticia relacionada

Emotivo recuerdo en Usurbil a Iñaki Pakea, ciclista atropellado mortalmente el lunes

La impotencia fue grande entre los reunidos para exigir más seguridad en las carreteras. Cualquiera que haya salido alguna vez a la carretera en bici conoce los riesgos que asume, que no se deberían naturalizar, pero la realidad es la que es. Lo que excede todo lo isible es que alguien arroje clavos para que todos los ciclistas que pasen pinchen en el lugar donde ha fallecido un compañero, con el claro mensaje de que no se les quiere en la carretera.

Pese a ese grave incidente, la carretera de la costa ha sido el destino de infinidad de cicloturistas este sábado, en el que el ciclismo de formación y competición también ha tenido su lugar en Gipuzkoa.