
Secciones
Servicios
Destacamos
Cristina Ramos, abogada de la asociación Clara Campoamor, cree que en el futuro van a ser «cada vez más habituales» casos como los del ertzaina ... al que se le acusa de amenazas a su mujer tras haber cambiado de sexo. «Es algo que se veía venir cuando se empezó a hacer la Ley Trans, por eso hubo tanta polémica», afirma.
– ¿Si el ertzaina es legalmente mujer, las amenazas a su pareja son violencia de género?
– Si está en el registro como mujer, ya no es violencia de género. Se trataría de una amenaza de una persona a otra persona, en este caso con parentesco.
– ¿Cómo se tramitaría judicialmente?
– En lugar de ir a un juzgado de violencia pasaría a un juzgado de instrucción y ya no se consideraría violencia de género.
– ¿Cómo se consideraría?
– Sería un caso de una mujer que ha amenazado a otra, lo único que, como están conviviendo, ahí estaría el problema de si se puede entender como violencia doméstica. Esa es la duda que puede acarrear, pero la diferencia es que pasaría de violencia de género a un delito de amenazas. En el primer caso se tramitaría en el juzgado de Violencia sobre la Mujer, en el número 1 de Donostia. Si se considera que este señor es ahora mujer, tendría que ser en el juzgado de instrucción que le toque en San Sebastián.
– ¿Hay diferencia de penas?
– Puede ser que no, podrían ser muy similares. Depende de lo que le apliquen, porque parece ser que las amenazas se produjeron delante de las hijas, que son menores.
– ¿Y la víctima?
– No sería considerada como víctima de violencia de género, sino como víctima en general.
– El ertzaina se registró como mujer en noviembre. ¿Si se demuestra que antes de esa fecha hubo amenazas o agresiones, podrían ser tratadas como violencia de género?
– Es complicado. Habría que ver por qué esta persona hizo el cambio. Por eso, la Fiscalía quiere ver si hubo fraude de ley, para ver si se inscribió como mujer para hacer después algo contra su pareja porque ya sabía que no iba a ser violencia de género. Esto es lo que se veía venir cuando se aprobó la nueva Ley Trans, que mucha gente se pasa a mujer y aquí ya no existe la violencia de género. Habrá que mirar todo eso. Si esta persona ya había amenazado cuando era hombre y no se puede demostrar que hay un fraude de ley, igual hay que tratar esas amenazas anteriores como violencia de género y las posteriores a noviembre como amenazas.
– ¿Es una ley con muchos puntos débiles?
– Por eso se ha dicho tanto de ella. Nadie está en contra, al revés, pero hay que hacerla bien. Antes había que hacer unos informes psicológicos en los que tú decías por qué te sentías mujer pero en este caso, que tú vayas a un registro y de repente puedas pasar de Juan a Patricia se veía que iba a llevar a esto, es algo que sabíamos que podía pasar en el tema de violencia de género.
– ¿Tan fácil es cambiar de sexo?
– Sí, porque se saltan los informes. Vas al Registro y te inscribes como mujer. Eso es lo que ha pasado con este señor. Van a tener que valorar si ha hecho el cambio de nombre porque tenía pensado hacer algo o porque si verdaderamente se siente mujer.
– ¿Cómo se demuestra si es fraude de ley?
– Yo entiendo que le tendrán que hacer pruebas psicológicas para ver si verdaderamente se siente mujer. Faltan muchísimos detalles.
– ¿Se está utilizando a las mujeres como comodín?
– Ya hubo un caso de un ertzaina que se declaró mujer no porque se sentía así, sino porque reclamaba mejores vestuarios en la comisaría. Con la ley estamos de acuerdo, pero lo que tú no puedes hacer es pasar de llamarte Juan a Cristina cuando antes para cambiar en el Registro una letra de tu nombre, de Raquel a Rakel, por ejemplo, había problemas. Por eso se ha criticado tanto la ley.
– ¿En qué lugar quedan las mujeres con todo esto?
– Han hecho una ley para la violencia de género, pero es tan fácil como ir al registro, cambiarme el nombre, que no es más, y la ley desaparece. Han hecho una ley específica y de repente un cambio de nombre en el registro hace que la ley deje de existir.
– ¿Es una forma de aprovecharse de la mujer?
– Más que eso es saltarse la ley, por eso la Fiscalía quiere ver si en este caso ha habido fraude de ley.
– Y para ello aprovechan los agujeros del texto legal.
– Eso es, pero cuando se estaba haciendo se veía, por eso ha habido tanta polémica. Se veía que podía haber huecos. Insisto en que tendrán que valorar si es verdad que se siente mujer o no, que es lo importante y no el nombre. Entiendo que va a ser una valoración psicológica igual que la que se hacía antes, pero ahora se hará después del cambio, cuando lo lógico es que se haga antes para evitar todo esto.
– ¿Casos como este pueden sentar precedentes?
– Claro. Ya ha pasado, es que es muy fácil. De momento, a ver qué ocurre con esto. Tendrá que hablar la mujer del ertzaina para ver si lo sabía o no y si es verdad que estaba haciendo una transición. Si lo sabía es un indicio de que esta persona quería ser mujer, pero si no sabía nada...
– ¿Estamos en territorio desconocido?
– Totalmente. De momento sí, pero creo que va a haber más casos, que va a ser más habitual. Hay gente que dice que no importa lo que seas, que no hay género, pero ya vemos que para ciertas cosas importa. Lo digo claramente, para la violencia de género sí que importa si eres hombre o mujer.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
No te pierdas...
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.