Dos migrantes sentados junto a la entrada del centro Larraña Etxea, donde la víctima residía desde hacía una semana. Lobo Altuna

Larraña Etxea llora la muerte de Karim

Oñati amaneció el lunes conmocionada por el «trágico» fallecimiento del joven de 24 años que residía en el centro de acogida de refugiados de esta localidad y que el domingo por la tarde murió ahogado en la presa Usako

Aitor Ansa

San Sebastián

Martes, 20 de mayo 2025, 00:05

En el centro oñatiarra Larraña Etxea están acostumbrados a convivir con todo tipo de situaciones. Historia personales duras, muy duras, de migrantes que un día ... debieron huir de sus países de origen y afrontan un compás de espera. Pero ninguna tan cruel y dolorosa como la despedida repentina de uno de sus residentes, que el domingo por la tarde vio segada su vida en la presa de Usako ubicada en la comarca del Alto Deba. Oñati amaneció este lunes conmocionada, con la respiración aún entrecortada, por la muerte de Karim, el joven marroquí refugiado de 24 años que la víspera perdió la vida ahogado mientras se refrescaba en este enclave natural junto a varios monitores y un grupo de compañeros del centro.

Publicidad

El silencio reinaba por la mañana en este antiguo barnetegi que el Ayuntamiento de Oñati cedió al Gobierno Vasco, que lo abrió como centro de acogida en octubre de 2018 y donde el pueblo oñatiarra juega un rol primordial para su adaptación, con actividades sociales, culturales, escolares o deportivas. El goteo de entradas y salidas era constante, como cualquier lunes del año, pero apenas nadie intercambiaba palabra alguna con sus semejantes. Las caras de desolación y tristeza eran suficientes para describir lo que cada uno sentía en ese momento.

Junto a la puerta principal, sentados en un poyete de piedra color rojo, dos compañeros de la víctima reunían las fuerzas suficientes para salir del centro. Ataviado uno con una sudadera blanca y otro con una negra, ambos departían en francés en voz bajita. Cabizbajos y con la mirada perdida, otros tres refugiados hacían lo propio unos metros más abajo en un banco frente a la ermita San Lorenzo. Nadie se podía creer la tragedia que acababa de ocurrir 24 horas atrás. Tampoco en una de las cafeterías aledañas al centro, situada en una de las esquinas del instituto Zuazola-Larraña, donde uno de los clientes leía la crónica del suceso publicada por este periódico mientras apuraba su café con leche.

Mientras tanto, en Larraña Etxea trataban de sobrellevar la jornada de la mejor manera posible mientras atendían al resto de los s del recurso. Comenzando por su director, que se mostraba ayer profundamente afectado por la tragedia de este joven que apenas llevaba una semana en la localidad, donde había recalado procedente de Canarias.

Publicidad

Los actos de despedida y recuerdo del joven marroquí de 24 años «se harán en la más estricta intimidad»

Desde Zehar Errefuxiatuekin, la ONG a la que el GobiernoVasco tiene encomendada la gestión del recurso oñatiarra, mostraron ayer su «pesar» por el fallecimiento de Karim, de nacionalidad marroquí, aunque declinaron hacer más declaraciones al respecto «por respeto e intimidad de la persona y sus familiares». Así las cosas, a través de un comunicado han solicitado «comprensión y respeto», aunque sí informaron de que los actos de despedida y recuerdo «se harán en la más estricta intimidad».

Muestras de condolencias

Las muestras de condolencia llegaron también desde la Diputación Foral de Gipuzkoa. Su máxima representante, la diputada general Eider Mendoza, trasladó ayer su pésame a la familia del joven así como a todo el pueblo de Oñati al inicio de su intervención durante la rueda de prensa para presentar la sexta edición de la iniciativa Izan Harrera. También la alcaldesa de la localidad, Izaro Elorza, lamentó el fallecimiento del migrante «con profunda tristeza».

Publicidad

Desde el Ejecutivo autonómico han puesto en marcha el servicio de duelo para todas aquellas personas que han convivido con la víctima en este corto periodo de tiempo en el centro Larraña Etxea, que ocupa las tres últimas de un edificio de cinco plantas –las dos inferiores corresponden al instituto Zuazola-Larraña–: en dos se ubican las habitaciones y algunas oficinas, y en la superior, varias zonas comunes y el comedor.

El suceso ocurrió el domingo por la tarde. El joven había salido con un grupo de compañeros y varios monitores a pasear por la zona de la presa de Usako, como suelen hacer habitualmente en excursiones que organizan. En el momento de los hechos, la víctima, de 24 años, se encontraba refrescándose en una jornada calurosa especialmente en el interior de Gipuzkoa, según informaron testigos de los hechos. En un momento dado, saltó al agua junto a otro compañero. Tristemente, uno de ellos nunca consiguió salir a la superficie y murió ahogado.

Publicidad

La víctima había llegado al centro de refugiados de Oñati hacía una semana procedente de Canarias

Según informó el Departamento de Seguridad del Gobierno Vasco a través de un comunicado, hacia las cuatro de la tarde llegó un aviso de SOS Deiak que alertaba de una persona desaparecida en el agua. Hasta el lugar de los hechos se desplazó una dotación del parque de bomberos de Zubillaga para colaborar en las tareas de rescate, junto con otros servicios de Emergencias de Euskadi, Bomberos de Gipuzkoa, Policía Local y la sección acuática de la Unidad de Vigilancia y Rescate, movilizados por un Técnico de Atención de Emergencias del Gobierno Vasco.

Uno de los bomberos que participó en las labores de rescate contó a este periódico que «el cuerpo estaba sumergido en el fondo, a 5 metros de profundidad». Las labores de rescate no se demoraron mucho una vez les comunicaron el lugar exacto desde donde se había lanzado. Sin embargo, no pudieron hacer nada por salvar su vida y sobre las 18:02 horas, el personal médico confirmó el fallecimiento de la víctima, un joven refugiado que llegó hace una semana al centro.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete los 2 primeros meses gratis

¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión

Publicidad