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La comunidad nepalí celebró su entrada en el año 2082 en el restaurante Ziaboga.
Lazos de unión entre Nepal y San Sebastián

Lazos de unión entre Nepal y San Sebastián

Un centenar de nepalíes afincados en Gipuzkoa crean la Asociación Cultural Donostiako Nepaliak para promover su interacción y su adptación en la sociedad y cultura vasca

Beatriz Campuzano

San Sebastián

Lunes, 28 de abril 2025, 11:55

Hablan euskera y castellano. Pero también hindú. Son niños y adultos nepalíes afincados en Gipuzkoa. Visten con saris pero también se ponen la camiseta de la Real. Su casa está aquí. Tanto que los más pequeños apenas conocen sus orígenes. Algunos son budistas y otros hinduistas. «Es maravilloso oírles hablar y ver cómo se han integrado pero queremos que conozcan sus raíces y que no pierdan nuestras tradiciones», cuenta Ashok Lama Rumba, el nepalí que se ha encargado de constituir la primera asociación en la capital guipuzcoana.

«Por fin lo hemos logrado. Ya es una realidad», se congratula. Ashok ha cumplido el deseo de sus compatriotas, pero conseguirlo no ha sido fácil. El camino ha estado «lleno de trabas burocráticas». Trabas que gracias a su tenacidad y a su carácter siempre positivo y de «tirar hacia delante» ha logrado sortear. «Han sido muchas reuniones, reunir documentación y rellenar papeles y más papeles», cuenta ahora con alegría en un buen castellano. «Ha sido laborioso, pero ahora estamos muy contentos. Es solo un paso más, pero es muy importante para nuestra comunidad que es muy de estar juntos, sobre todo en fechas señaladas como el nacimiento de un bebé o nuestra Navidad. Llevábamos mucho tiempo intentándolo y ahora por fin vamos a tejer una red de apoyo en condiciones para prestar ayuda a los que estamos aquí y a los que en un futuro quieran venir», detalla.

En Gipuzkoa, según el último censo del INE a fecha de enero de 2024, hay 152 nepalíes: 82 hombres y 10 mujeres. Los primeros llegaron hace ya dos décadas y desde entonces el goteo ha sido incesante. «Cada vez más personas de Nepal quieren venir a España y eso que no es fácil porque cuesta que te concedan un visado. Algunos lo hacen por Alemania o Portugal con becas de estudio y luego se quedan a trabajar», puntualiza y prosigue, pero «cuando llegas normalmente no tienes nada, ni siquiera para comer. Por eso queremos también fomentar el arraigo de los nepalíes en Gipuzkoa, su adaptación en la sociedad y cultura».

La idea de tener un lugar en el que poder reunirse llevaba años rondando la cabeza de los primeros nepalíes que se asentaron en la capital guipuzcoana. Por falta de recursos y de tiempo lo fueron dejando hasta que conocieron a Ashok en 2016 cuando vino por primera vez a Euskadi. «La primera vez que vine con Txema -su fiel amigo vasco que conoció en 2002 en Nepal y que le ayudó a montar el 'Hotel Donosti' en Pokhara y posteriormente a mudarse a San Sebastián- me dijeron que estaban tristes porque no tenían un espacio en el que compartir dudas o celebrar momentos importantes de nuestra cultura», comenta. Pero no pudo hacer nada. Volvió a su país natal a proseguir con su negocio.

Pero el último terremoto de gran magnitud, el covid y la situación política de Nepal le llevaron a bajar la persiana de su hotel. Fue entonces cuando decidió probar suerte en San Sebastián. «Siempre hemos querido darle una mejor educación a nuestros hijos y pensamos que era un buen momento para intentarlo», relata. Y es que aunque Nepal ha realizado grandes avances en los últimos años en la reducción de la pobreza absoluta todavía se encuentra entre los cuatro países más pobres de Asia. De hecho, el 20% de la población de Nepal vivía por debajo del umbral de pobreza, según datos de la Organización de Naciones Unidas de 2023.

En 2021, Ashok se instaló con su familia en la capital guipuzcoana y cuando estableció una relación más estrecha con el centenar de nepalíes residentes en Gipuzkoa retomó la iniciativa.

Mujeres nepalíes vestidas con sus saris en Pasai Donibane.

A día de hoy no cuentan todavía con un local en el que poder festejar sus profundas tradiciones pero confían en conseguir uno. No se ponen fechas pero sí objetivos alcanzables. «Antes nos juntábamos en el parque de Cristina Enea, llevábamos comida y poníamos música pero el tiempo siempre nos ha condicionado. Ahora ya tenemos la asociación y el siguiente paso es conseguir un local. Al fin y al cabo somos una comunidad de unas 150 personas y necesitamos un espacio en el que compartir y también darnos a conocer con el fin de fomentar las relaciones de amistad entre los vascos y los nepalíes», añade.

Todavía es una reflexión en voz alta, pero considera necesario que cada familia nepalí haga una pequeña aportación simbólica mensual para emergencias. Ashok hace referencia a un caso cercano que ocurrió en Bizkaia de una familia nepalí que quería repatriar a un familia y que no sabía cómo hacerlo. «Cuando estás aquí solo te faltan medios y conocimiento para saber cómo hay que hacer las cosas. Queremos desde la asociación brindar esa ayuda a los que están y a los que quieran venir», sostiene.

Celebrando el Año Nuevo nepalí en Pasai Donibane

La comunidad nepalí en Gipuzkoa dio la bienvenida a 2082. El calendario Bikram Sambat (BS) que se utiliza en Nepal lleva 57 años de adelanto al gregoriano en el comedor del bar restaurante Ziaboga de Pasai Donibane.

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