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La calle de la memoria
1955 | Críticas a la moda de los pantalones vaquerosAunque asociemos el auge de los pantalones vaqueros a los años 60 y 70, cierto es que los 'jeans' o tejanos llegaron antes. James Dean ... ya los llevaba en 'Rebelde sin causa' (1955) y en aquel año encontramos un comentario sobre el inicio de la proliferación de este tipo de prendas azules en San Sebastián.
Fue en un 'Sirimiri' del 3 de mayo de 1955 donde pudo leerse: «Amenaza una proliferación tremenda de esos pantalones llamados 'vaqueros'; es decir, de los que se ponen 'allá en el rancho grande' los vaqueros. Jóvenes y casi niños los llevan muy ufanos; y también algunas chicas, que están monísimas cuando se visten con su falda adecuada y no con semejante prensa campera cosida con tachuelas y cremalleras, como si fuese una máquina».
Hace setenta años, nadie sospechaba que unos pantalones que se entendían como procedentes y apropiados para el campo no serían una moda fugaz más y se asentarían con el tiempo como ropa básica. Por eso les chirriaba verlos en el señorial centro donostiarra...
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En 1955 ya se notaba la abundancia de pantalones tejanos en la ciudad. «Si ellas y ellos se los pusieran para sus excursiones montañeras, pase. Pero, ¿para dar vueltas en la Avenida o en la Concha?», cuestionaban
«Si ellas y ellos se los pusieran para sus excursiones montañeras, pase. Pero, ¿para dar vueltas en la Avenida o en la Concha?», se preguntaban, antes de criticarlos más a fondo...
«Estos contagios de la moda importada y aceptada sin ton ni son se extienden alarmantemente, las gentes se uniforman y cada vez es menor el número de los que con su atuendo acusan su personalidad y dan variedad al panorama de calles y paseos. Si ya se nota la abundancia de vaqueros por la ciudad, ¿qué será en verano cuando su población se duplica?».
Otra ropa, otro tema. En la misma edición de EL DIARIO VASCO de hace setenta años hablaban de los uniformes de la Guardia Municipal donostiarra, pero indirectamente para pedir que los agentes se preocupasen del ornato de la ciudad tanto como de su atuendo. Lo hizo Txibirisko en su sección diaria 'Saski-naski'...
«Queremos dirigir hoy un ruego al jefe de la Guardia Municipal, esperando de su amabilidad una buena acogida. Está muy bien la corrección en el atuendo; los puñetes, guantes y cascos blancos, correajes vistosos, etc., y hasta un poco de francés. Pero a ello debe unirse la educación de los sentidos y del buen gusto».
En los agentes municipales, se entiende. ¿A qué se refería?
«Que hieran sus ojos las colgaduras de prendas y alfombras, los tenderetes y bultos y las deposiciones de toda suerte de animales. Y, sobre todo, incúlqueseles la amplitud de cometido sin trabajo mayor. Frecuentemente presenciamos chicos rotulando paredes a la vista de un guardia de jardines o chicos y no chicos cortando flores y pisoteando la hierba, a la vista de un guardia corriente. Las contestaciones han sido que lo uno y lo otro no son cosas de su incumbencia. Tales pretextos de competencia son ridículos y causan el peor efecto».
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