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ana chueca
Jueves, 12 de noviembre 2020, 06:13
La escalada de contagios en las últimas semanas en Euskadi ha puesto contra las cuerdas a los equipos que realizan las pruebas PCR, ... los profesionales de los laboratorios que las analizan y también a los rastreadores, ese engranaje vital para tratar de frenar la transmisión del virus. El aluvión de pruebas está siendo tal que se han empezado a acumular retrasos, tanto a la hora de dar el resultado del test -antes se daba en menos de 24 horas y ahora casi tardan dos días- como en poner en marcha el rastreo, una demora de otros dos días.
La cadena de rastreo localiza a los os estrechos de un positivo para aislarlos hasta conocer el resultado de la PCR, un trabajo telefónico que ahora tarda en activarse dos días de media en Gipuzkoa. Depende de la zona y del número de nuevos contagios de cada día, especifica Francisco Díaz Toré, enfermero gestor de casos y os covid en el Hospital Comarcal del Bidasoa y especialista en Enfermería Familiar y Comunitaria. Tal es el volumen de pruebas y el aumento de positivos que resulta «imposible ir al día», pero de momento «la situación está relativamente bajo control», dice el sanitario.
Eso sí, una vez que los rastreadores logran comunicarse con el positivo confirmado en coronavirus, el dispositivo ya arranca sin interferencias y sus os estrechos reciben la llamada «en el mismo día y de forma muy rápida», aclara el gestor de casos.
Dos días antes. Las personas que hayan estado con los positivos en los dos días previos a presentar síntomas. En caso de ser asintomáticos, los dos días antes de hacerse la PCR.
Más de 15 minutos. Debe de tratarse de un o prolongado de más de 15 minutos.
Sin mascarilla. Si cualquiera de las dos personas no la llevaba o no la usaba correctamente, con la nariz fuera, por ejemplo. A menos de 2 metros de distancia.
Consciente de lo difícil que puede ser armarse de paciencia y esperar a la llamada del equipo sanitario, sobre todo en momentos complicados, como cuando un familiar o alguien cercano está enfermo o incluso cuando preguntan por la ausencia desde el trabajo, Díaz insiste en que hay que aislarse. Es la única forma de «romper la cadena de transmisión». Por ello, apela a la responsabilidad para cumplir con la cuarentena sin todavía saber si también se es portador del virus. «Si saben que son os estrechos de alguien que ha dado positivo, deben quedarse en casa», recalca. Aunque pasen los dos días y los rastreadores no les hayan llamado aún, «lo harán y les darán cita para hacerse una prueba», insiste.
Euskadi cuenta ahora con 330 profesionales contratados por Osakidetza, apoyados por compañeros de otras istraciones. Ya no solo hay enfermeras. Se han sumado otros perfiles. Desde verano completan la red istrativos, trabajadores sociales o fisioterapeutas. Y ahora, para reforzar este servicio y dar relevo a parte de sus integrantes, Osakidetza tiene previsto incorporar este curso a estudiantes de Enfermería, además de sanitarias de diferentes servicios que se han quedado embarazadas.
Para poder autoconfinarse sin haber recibido aún la llamada de los rastreadores resulta imprescindible saber qué se considera o estrecho y qué no. Díaz lo explica de forma clara: «Se considera o estrecho a las personas que en los dos días previos a los primeros síntomas hayan estado a menos de dos metros de distancia, durante más de quince minutos y sin un uso correcto de la mascarilla». ¿Y los asintomáticos? «Las condiciones son las mismas. Al no tener la referencia de los primeros síntomas se toma como indicio la toma de la muestra para la prueba de detección. Es decir, si eres asintomático son o estrecho las personas con las que has estado en los dos días antes de hacerte la PCR, a menos de dos metros de distancia y más de quince minutos con la mascarilla mal puesta o sin ella».
Teniendo en cuenta que hay un retraso de dos días, también ayuda a agilizar los trámites que «las personas que hayan dado positivo ya tengan preparada la lista de sus os estrechos para cuando llame el rastreador», recomienda Díaz. A lo que añade que tampoco está de más ponerles en sobreaviso. El gestor de casos y os Covid en el Hospital Comarcal del Bidasoa también sugiere que las personas que son o estrecho se aseguren de que el positivo confirmado los añada en la lista de este tipo de os para que los rastreadores les localicen. Así podrán realizarse la prueba a través de la sanidad pública y aclarar la sospecha, sin necesidad de acudir a un centro médico privado en caso de querer salir de dudas.
El funcionamiento del rastreo es relativamente sencillo. El sistema les alerta de nuevos positivos y conforme aparecen los nuevos casos se ponen en o con ellos y les piden los datos de los os estrechos, a quienes llaman en cuanto el positivo confirmado les da la información. El problema reside en que a 12 de noviembre están llamando a los que recibieron el positivo el 10 de noviembre, por lo que inevitablemente se retrasa el rastreo de los os estrechos. Al margen de que el resultado de la PCR también se está recibiendo a los dos días de realizarse la prueba y no a las 24 horas o menos, como sucedía antes del repunte de casos de la segunda ola.
Una vez que el rastreador se comunica con estos, según explica Díaz, se da la cita para una prueba de antígenos. En caso de dar negativo, hay que realizar la cuarentena de diez días igualmente. Al octavo día se le realizará otra PCR para descartar el contagio por completo, «una especie de doble filtro para captar positivos». Díaz aclara que «la segunda PCR es solo para los que han dado negativo en la primera prueba. En el resto de casos no es necesaria y al hacerla quizá le estamos quitando la oportunidad a otra persona que realmente sí que la necesita».
Entre los que dan positivo desde el principio, el seguimiento médico se realiza desde atención primaria. Y el procedimiento es similar: diez días de aislamiento y, si persisten los síntomas, tres días sin síntomas antes del alta.
El especialista en Enfermería Familiar y Comunitaria recuerda que no es lo mismo aislarse que hacer cuarentena. «El aislamiento tienen que hacerlo aquellos que han dado positivo». Tal y como indica la palabra, «tienen que aislarse solos en una habitación de la casa y si es posible usar otro baño distinto al resto de convivientes». «La cuarentena consiste en no salir de casa y se pueden compartir todas las estancias con el resto de inquilinos. Deben hacerla los os estrechos de positivos que han dado negativo».
Para el gestor, este retraso se debe más bien al aumento de casos de las últimas semanas que a la falta de profesionales. «Los contagios son tan rápidos que no damos abasto. El aumento de positivos es más rápido que lo que tardamos en enseñar y preparar a nuevos profesionales». Por ello vuelve a insistir en que llamarán a todos los os y advierte de que llamar al ambulatorio para tratar de pedir cita para realizar la prueba contribuye a ralentizar el sistema, ya de por sí presionado.
El sindicato de enfermería de Gipuzkoa asegura que «para el volumen de trabajo, de pruebas que se están haciendo y positivos que está habiendo, tendría que haber más rastreadores». Para Satse este es uno de los motivos principales para los cribados masivos que se han realizado en las últimas semanas en varias localidades guipuzcoanas que se encontraban en alerta roja. Aun así, apuntan que «ahora se plantea otro problema. Se necesita más personal en los hospitales. Hasta ahora la presión estaba en atención primaria, pero ahora se ha trasladado a los hospitales».
En cuanto esta guipuzcoana supo que su madre tenía Covid se aisló, pero nadie se puso en o con ella hasta tres días después
DV
Recibir la noticia de que un familiar o amigo tiene Covid no es plato de buen gusto. La primera duda a resolver es su estado de salud. Una vez confirmado que se encuentra bien -en el mejor de los casos-, viene la pregunta del millón: ¿Seré o estrecho? ¿Cuándo y en qué circunstancias nos vimos la última vez? «Veo a mi ama casi a diario, así que cuando le dijeron que tenía coronavirus supe que yo también debía hacerme la PCR», explica una guipuzcoana que prefiere mantener su anonimato y acaba de recibir el 'negativo' después de casi una semana de aislamiento.
Su historia se remonta al pasado lunes, día 2. Su tía dio positivo en Covid y todo apuntaba a que su madre también había resultado contagiada debido la estrecha relación entre las hermanas, «pero Osakidetza, que tardó un par de días en llamarle, entendió que no habían sido o estrecho porque en los dos días previos al positivo apenas habían estado juntas. Le dieron un número al que llamar solo en caso de que tuviera síntomas», pero ella se encontraba bien. Al final, ante la duda, al ver que no le hacían la PCR, acudió a la sanidad privada. Era jueves. El viernes le llegó el mensaje que decía que era positivo.
Afortunadamente, por el momento es asintomática. «Se encuentra bien, pero si no se hubiera hecho la prueba no habríamos sabido que estaba enferma y no se hubiera aislado», reflexiona su hija, que en cuanto se enteró del positivo de su madre se aisló en casa «para evitar posibles contagios. No sabía si tenía Covid o no. Me encontraba fenomenal, pero nunca se sabe», dice.
El viernes, al haberse hecho la prueba por lo privado, su madre tuvo que llamar al teléfono de emergencias de Covid de Osakidetza para dar parte de su positivo y que los rastreadores pudieran hacer su trabajo. «Tardaron un día en cogerle. No consiguió hablar con ellos hasta el sábado. Le dijeron que el lunes nos llamarían para dar la cita para la PCR y así fue. Me la dieron para esa misma tarde, aunque el resultado ha tardado bastante. No ha llegado a las 48 horas, pero sí ha superado las 24. A mi madre, además, no le están haciendo seguimiento diario. Solo le informaron el primer día cómo actuar y hasta hoy», refleja.
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