Los artistas del surf en la Meca del cine
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Los artistas del surf en la Meca del cine

Amatriain, Agote y Letamendia visitaron Hollywood y su Kodak Theatre, donde se entregan los Oscar Surfearon en Trestles, una playa privilegiada

ÁLVARO VICENTE

Lunes, 17 de abril 2006, 02:00

LOS ÁNGELES. DV. Ibon Amatriain, Mikel Agote y Adur Letamendia hollaron la cima. El colofón a años de trabajo sordo y constante tuvo su recompensa al pisar la alfombra roja del Groove Anaheim en California, donde el pasado viernes se entregaron los premios XXL Billabong. La selecta reunión que distingue a los buenos de los grandes abrió sus puertas a los socios quizá más inconformistas de la actual escena europea.

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Las felicitaciones que recibieron por parte de algunas de las voces con más peso del surf mundial, unidas al interés que mostraron por las características de Playa Gris, engrandecen aún más la gesta de los surfistas guipuzcoanos, que vieron cómo aquel ataque a la cumbre iniciado el pasado 14 de febrero en Getaria terminaba en el ochomil más preciado. No ha habido que lamentar aludes ni desfallecimientos. La ascensión ha sido limpia y por eso ya se piensa en volver. «Si los jueces mantienen el mismo criterio de altura, obviando la fuerza y el tubo, Playa Gris seguro que tendrá opciones en un futuro», augura Adur Letamendia. Al igual que él, nadie olvidará una experiencia que va más allá de la propia ceremonia de entrega de premios. La costa oeste engancha; mucho más si la excusa es el surf.

La expedición guipuzcoana ha tenido oportunidad de descubrir algunas de esas playas que hasta ahora sólo había visto en películas y revistas. Desde Trestles hasta Malibú para terminar en el Kodak Theatre de Hollywood, donde actualmente se entregan los Oscar. Los tres se sintieron artistas al pisar la otra alfombra roja. Cámara en mano, Amatriain, Agote y Letamendia guardarán para el recuerdo la experiencia, igual que cuando surfearon entre delfines en Trestles, una playa cerca de San Clemente sede del circuito WCT. «Lo mejor de Trestles es que ha mantenido su esencia. Se ha preservado la playa lejos del tráfico y las edificaciones. El hecho de que tengas que dejar el coche a más de un kilómetro y medio de la playa es muy significativo. Por el camino lo mismo te encuentras con un chaval de quince años que con un abuelo que mata su tiempo libre con el surf», relata Amatriain. La tranquilidad de Trestles parece tener los días contados porque acaba de aprobarse una autopista que atraviesa el estuario cercano.

Compartir un refresco con Sunny García no es algo que tampoco se puede hacer todos los días. El campeón del mundo en 2000 y seis veces ganador de la Triple Corona hawaiana -único surfista en conseguirlo- estaba de paso en Los Ángeles por motivos laborales. Sunny García mantiene una estrecha amistad con la familia Letamendia, fundadores de Pukas Surf, desde que aterrizara en Zarautz con motivo del campeonato de surf que organizaba la casa guipuzcoana.

El hawaiano ha visto crecer a Adur y éste lo adora. Así que el encuentro fue especial para ambos, igual que para Ibon Amatriain y Mikel Agote. No es el tipo arisco que muchos quieren ver. De cerca se deja querer. Los tres surfistas escucharon cómo los que durante años le idolatraron le dan ahora la espalda cuando les visita como representante de una conocida firma surfera hawaiana. Sunny García ha ganado unos kilos, pero tiene algo que otros muchos nunca conseguirán aunque entrenen las veinticuatro horas.

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Despedido con un fuerte abrazo, Adur Letamendia, Ibon Amatriain y Mikel Agote aún tuvieron tiempo para darse un baño en las aguas del Pacífico. Se enfundaron sus trajes y surfearon en la playa de San Clemente. Dentro del agua, lo de siempre. El surfista local goza de cierta preferencia, pero ellos consiguieron hacerse un hueco. El baño, como casi todo en California, fue especial. El sol se despedía por el horizonte y por la espalda la luna llena iluminaba las últimas horas del día.

Para cerrar la jornada un nuevo recital gastronómico: burrito mexicano. Los han comido de todos los colores: carne, pescado y pollo, por norma general, aunque para variar el menú también haya tiempo para las hamburguesas. Mikel Agote afirma categórico que «como en casa no se come en ningún sitio». A lo que Ibon Amatriain añade que «cuesta creer que haya gente que se alimente todos los días a base de comidas preparadas». En California se cocina muy poco en casa. La comida llega en moto y en el peor de los casos es el cliente el que se acerca con su coche todoterreno al restaurante. Eso si no queda atrapado en uno de los múltiples atascos que pueblan las autopistas de diez carriles que rodean Los Ángeles.

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Hungtinton, más turístico

Dejamos San Clemente y llegamos a Hungtinton, que se asemeja más a un parque temático del surf en el que prima el negocio surfero. Es sólo una calle, pero el tráfico de coches y sus tiendas con música a todo volumen hacen que parezca una ciudad entera. Un dato: tiene 195.000 residentes y en verano las visitas llegan hasta los once millones de personas. Normal que la pugna por colgarse el cartel de mejor tienda surfera llegue hasta límites insospechados. Jack's y HSS, una enfrente de la otra, marcan tendencia en California y, por ende, en el mundo entero.

Cruzar la calle que lleva a la playa es como cambiar de mundo. El silencio es absoluto, al menos en este mes de abril. En verano será otra cosa. Desde su característico espigón la vista se pierde en los kilómetros y kilómetros de playa que son vigilados por los lifeguards. Justo debajo, a ambos lados del espigón, rompe una ola sobre la que se disputa anualmente el campeonato de surf de Estados Unidos, además de otras muchas pruebas a nivel internacional. Como casi siempre en estos casos, Adur Letamendia pone la guinda. Es como la enciclopedia del surf: «Alrededor del espigón se suelen concentrar más de 50.000 personas. Hay más ambiente que en ningún otro sitio».

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La carretera de la costa dirección a Los Ángeles pasa por Newport y cruza Long Beach, hasta llegar a Santa Mónica. Los tres guipuzcoanos pasearon por sus abarrotadas calles. Comercios y más comercios de la zona más cosmopolita en la que se han grabado cientos de películas y anuncios de televisión. Aunque lo mejor de Santa Mónica es su cercanía con la playa de Malibú. Está a un cuarto de hora en coche.

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