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Quedan apenas cinco días para que se acabe el plazo de entrega de las enmiendas al proyecto de reforma fiscal. PNV y PSE siguen sin ... atar un socio que les dé la mayoría absoluta en Gipuzkoa y Araba y EH Bildu podría ser el aliado clave. Su portavoz parlamentaria, Nerea Kortajarena (Donostia, 1974), no cierra la puerta al pacto: «Estaremos en una reforma que nos ponga a la altura de los países más avanzados de Europa».
–Faltan cinco días para que se cierre el plazo de enmiendas al proyecto de reforma fiscal. ¿Cómo están las negociaciones?
–Son días en los que se está haciendo mucho populismo fiscal y quizá se habla demasiado poco de las cuestiones fundamentales para una reforma fiscal. Tenemos datos encima de la mesa que nos avisan de que vamos a ser una sociedad muy envejecida y de que vamos a requerir servicios públicos, la pregunta es cómo se van a financiar todos esos servicios. Cómo vamos a hacer frente, por ejemplo, a las decisiones para poner en pie Osakidetza, o cómo vamos a abordar la construcción de tantas viviendas como se está anunciando. Y la otra pregunta es cuál es el modelo económico, social e incluso de competitividad que queremos. Algunos están planteando reducir los impuestos a las empresas y nosotras vemos que es momento para invertir en I+D+I, para acompañar a las empresas en los procesos de descarbonización, o para hacer operaciones como la de Talgo. El bienestar de la ciudadanía va a estar determinado por que haya suficiente recaudación para tener unos servicios públicos de calidad.
–Los Gobiernos forales en minoría de PNV-PSE requieren un socio en Gipuzkoa y Araba para sacar adelante la norma económica. ¿Va a ser EH Bildu quien la respalde?
–Nosotras ya llegamos a un acuerdo en Gipuzkoa con PNV y PSE sobre los principios y las bases que tenía que tener esta reforma fiscal. Luego se decidió presentar una cosa que no tiene nada que ver con eso. En octubre les hicimos un emplazamiento para hablar de Presupuestos, de la inversión y de fiscalidad, porque necesitamos hablar de cómo articulamos una capacidad recaudatoria suficiente para afrontar los retos que tenemos en un momento de grandes incertidumbres. Hemos hecho ese emplazamiento y hemos recibido portazos y malas formas. Lo que EH Bildu no va a participar es en una operación de maquillaje. Estamos en un momento en el que el rigor y la seriedad en esta cuestión es fundamental y en el que lo que hay que abordar es una reforma fiscal de calado. Mientras tanto tenemos un modelo fiscal pactado con el PP. Si se quiere abordar esta cuestión con rigor y seriedad hay que hacer un planteamiento que de verdad nos ponga a la altura de los países más avanzados de Europa. Ahí sí estará EH Bildu. Ahora, si se quiere hacer un retoque fiscal, como hasta ahora, ahí está el PP, que ha sido el socio en anteriores ocasiones para PNV y PSE.
–¿Cuáles son las medidas imprescindibles que debería recoger la reforma para que la coalición abertzale esté en el acuerdo?
–Necesitamos un planteamiento que garantice que nuestra capacidad recaudatoria salga reforzada. Es imprescindible que hablemos de la distancia que se ha generado en los últimos años entre las rentas del capital y las rentas del trabajo, porque la realidad es que en el modelo actual son las clases trabajadoras las que soportan principalmente la presión fiscal. También tiene que haber un planteamiento sobre el impuesto de sociedades, porque aquí hay muchas empresas pequeñas que pagan lo que deben, pero otras empresas que a todos nos vienen a la cabeza no están tributando como deberían. Hay que hacer un planteamiento también sobre las grandes fortunas. Tiene que haber equidad y progresividad.
–El secretario general del PSE, Eneko Andueza, ha sido quien con sus declaraciones se ha acercado tanto a EH Bildu como a Podemos para lograr un pacto fiscal. ¿Supone eso el preámbulo de futuros acuerdos de un eje de izquierdas en Euskadi?
–Es que la lógica parece indicar que el PSOE tiene posiciones más cercanas con lo que está planteando EH Bildu. Y seguramente las divergencias las tiene más, como se está pudiendo observar en las últimas semanas, con su socio. Al PNV parece que le da igual con quién se recorren los caminos y está diciendo que está dispuesto a tocar cualquier puerta. Para mí eso es incomprensible, porque con el PP tenemos el modelo de Madrid, mientras EH Bildu está mirando a los países más avanzados de Europa.
–Por lo tanto, ¿ve una brecha entre los dos socios del Gobierno Vasco en esta materia?
– Sí. El PSE no está muy cómodo con este planteamiento de maquillaje o de retoque fiscal que se ha planteado. La cuestión es hasta dónde va a ser capaz de traccionar otra cosa.
–En las últimas semanas han puesto en duda la eficiencia de un sistema con tres haciendas forales, mientras el PSE aboga por dar más poder al Parlamento Vasco en fiscalidad. ¿Existe ahí otro punto de entendimiento?
–La hacienda única de la que se ha hablado no obedece a quitar competencias de nadie ni a renunciar a la foralidad, que para nosotras es un elemento fundamental. Lo que hemos planteado era un ejercicio de armonización necesario para las políticas de fiscalidad. Creemos que esos debates se tienen que dar y que hay cosas que se pueden plantear desde esa perspectiva de la modernización para buscar la efectividad. Veremos si hay coincidencias con el PSE.
–En todo caso, los socialistas les exigen un mayor recorrido en la crítica al pasado de violencia de ETA. ¿Plantean ese paso para lograr aliados en Euskadi?
–El camino se hace andando. Estoy convencida de que la política de alianzas de este país va a cambiar en un futuro mucho más cercano de lo que a algunos les gustaría. Cada uno sabrá los recorridos que hace. Nosotras estamos firmemente convencidas y estamos en política para garantizar vidas dignas para este país y para sus ciudadanos.
–¿Ese futuro cercano son las próximas elecciones vascas?
–Veremos.
–Aunque esos posibles acuerdos a la izquierda contrastan con el ofrecimiento que le han hecho al PNV para formar una lista conjunta en los comicios generales. ¿Ha provocado eso discrepancias dentro de la coalición?
–La oportunidad de sumar frente a las amenazas que vienen por delante es infinitamente más importante que nuestras siglas, los intereses partidistas o lo que nos pueda venir bien electoralmente. Cuando decimos 'lehenengo aberria eta gero alderdia' no es un lema, es una realidad. Viendo el panorama que tenemos por delante con la llegada de Trump a la presidencia de Estados Unidos y teniendo un mandato muy claro de la ciudadanía vasca de hacer frente a este tipo de discursos, me parece contradictorio que se despache tan fácilmente las opciones de formar frentes comunes.
–¿Se refiere a que el PNV ya ha rechazado esa propuesta?
–Sí, se descartó muy fácil. Pero creo que nos encontraremos en otros momentos y quizás el tiempo nos dé la razón como ha sucedido con otras cuestiones.
–En los próximos meses deberán abordar en el Parlamento el debate del nuevo estatus. ¿Cuáles son los primeros pasos que se van a dar?
–Las conversaciones entre los partidos ya existen y veremos que forma adopta eso en el Parlamento Vasco. Tenemos una necesidad y una premura, y creo que en eso el PNV y EH Bildu estamos de acuerdo en que ese debate se dé y de que llegue a una fase resolutoria.
–¿El derecho a decidir es un punto innegociable?
–El reconocimiento de que somos una nación y el derecho a decidir son cuestiones fundamentales, porque es el sentir mayoritario de la ciudadanía de Gipuzkoa, Bizkaia y Araba. Ya hemos hablado mucho, sabemos cuáles son las posiciones, y lo que toca es hacer poco ruido y trabajar mucho en busca del entendimiento.
–Los ayuntamientos de EH Bildu en Zumaia, Azpeitia y Getaria convocarán una OPE para seleccionar sus propios policías sin seguir la vía oficial de Arkaute. ¿Ese es el cambio de modelo policial que piden?
–El del modelo policial es uno de esos debates que están pendientes y que consideramos que se puede dar con el sosiego necesario. Abogamos por una policía de cercanía, democrática, que esté arraigada y que conozca a la ciudadanía.
–¿Quiere decir que la policía actual no es democrática?
–El modelo actual tiene unas carencias que todas vemos. Otra cosa es que se quieran reconocer.
–Han chocado con los movimientos sociales en algunos de los pueblos en los que gobiernan por la instalación de molinos eólicos. ¿Están a favor de su colocación?
–Las últimas semanas nos han dejado dos conclusiones que nosotras hemos venido reiterando en los últimos tiempos. Una es la necesidad de ordenar. Desde 2019 estaba acordado que tenía que haber un plan de ordenación y no lo hay. En ese 'ime' tenemos más de 100 proyectos que están en tramitación y que ya no se podrán tocar cuando se lleve adelante este plan. Esto nos deja inseguros ante los procesos istrativos. Y la segunda enseñanza es que esto hay que hacerlo con la ciudadanía, porque la ciudadanía tiene muchas reticencias a este tipo de infraestructuras. Hay que sentarse con la gente y explicar en qué consisten estos proyectos y cuál es la situación actual de dependencia energética que tenemos. Hay que tomar una serie de decisiones si queremos ser un país industrial.
–Una encuesta del grupo de investigación Lupak de la UPV publicada en este periódico señala que el 38% de los jóvenes cree que el feminismo discrimina a los hombres y el 40% que la inmigración irregular puede ser una amenaza.
–Estos datos indican que hay un 60% de jóvenes que sí están cerca de las posiciones que plantea el feminismo y que además también tienen una actitud favorable con respecto a las personas migrantes. Tenemos que acertar en ofrecer respuestas reales a los problemas que nos está manifestando la ciudadanía y eso pasa por abordar algunas de las cuestiones que se están planteando de manera colectiva, porque se pueden afrontar mucho mejor que haciéndolo de manera individual. Debemos ofrecer mensajes contundentes a todas esas fake news y a todos esos mensajes huecos y populistas que están llegando desde la derecha más extrema y que tienen calado en la ciudadanía.
–La coalición le ha situado como secretaria de programa tras el último Congreso celebrado hace dos semanas en Pamplona. ¿Qué supone ese ascenso en el organigrama de la organización?
–Supone asumir una responsabilidad muy ilusionante. Durante los últimos años se ha hecho un trabajo muy grande en toda la parte de programa y ahora nos toca también abordar todos los retos que tenemos por delante y que pueden ser las migraciones, la transición ecológica o los cuidados.
–Sortu gana peso en la coalición. ¿A qué responde esta estrategia?
–En la dirección de EH Bildu estoy yo que no vengo de las estructuras de los partidos y tenemos protagonistas principales que son de otras formaciones. Hay un poquito de todo y quizá esa es la virtualidad de EH Bildu, que haya sido capaz de configurar ese frente amplio en el que todas a una podamos estar trabajando en un proyecto para este país. Pienso que las personas son una cuestión secundaria y desde luego los partidos mucho más.
–La nueva Mesa Política y las ponencias han sido respaldadas por más del 90% de la militancia. ¿No ha habido contestación interna?
–Nuestro proceso interno ha permitido cohesionar lo que es la comunidad de EH Bildu con el proyecto político que se estaba planteando y ha habido muchísimo debate. Se han discutido las enmiendas pero cuando los tiempos acompañan todos estos procesos son más fáciles. Hemos llegado a este momento con la comunidad muy cohesionada.
–Quien ha tenido un proceso interno con mayores sobresaltos ha sido el PNV. ¿Qué espera del mandato de Aitor Esteban al frente del EBB?
–Hay que ser muy respetuoso con los procesos de los vecinos. De la dirección de Aitor Esteban esperemos que esos temas que están encima de la mesa y que se han estado trabajando puedan seguir trabajándose.
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