Inés Soria

Asesora penitenciaria del Gobierno Vasco y magistrada

Inés Soria: «Impulsamos la reinserción de presos de ETA pero la ley penal nunca puede ser creativa»

– ¿Qué piensa cuando escucha a Sare hablar de «legislación de excepción» con los presos de ETA?

– Hay una confusión.El derecho excepcional es una cosa y otra que la ley marque ciertos requisitos según el tipo de delito. Las personas condenadas por banda armada tienen un límite en el cumplimiento de las penas y, aunque se les sentencie a 1.000 años de prisión, el derecho penal les garantiza que no cumplirán más de 30 años y, excepcionalmente, 40.Tienen tratamiento penitenciario como todos los reclusos y desde la mitad del cumplimiento pueden tener un régimen de semilibertad siempre que vaya acompañado de una evolución. No sé de que derecho excepcional hablan. No lo hay.

– Joseba Azkarraga pidió al Gobierno vasco que sean «creativos» para favorecer la salida de presos. ¿Lo van a ser?

– La ley penal nunca puede ser creativa. Intentaremos trabajar para dar las mejores condiciones a quienes quieran hacer ese proceso de reinserción, pero tenemos que cumplir la ley.

– SegúnSare, 7 de los 51 presos afectados por la reducción del cómputo de las condenas podrían salir ya. ¿Cuándo será?

– La refundición la hace el órgano sentenciador, que examina cada caso: la Audiencia Nacional. Hay que esperar a lo que dicte.

– ¿Como jurista le parece correcto que se descuenten las penas cumplidas en Francia por delitos en ese país?

– El derecho penitenciario es de competencia estatal, pero España está dentro de la UniónEuropea. Por eso creo que tenía que llegar. Otra cosa es que no se ha preparado para ello. Las cosas que no se dicen da la sensación de que no existen y al final parece que se adelanta el sufrimiento. Sería mejor si explicamos por qué sucede, que estamos sujetos al Derecho Europeo y que va a llegar.

– ¿Cuántas progresiones al tercer grado para de ETA ha presentado sudepartamento desde su llegada al área en julio?

– Doce.

– ¿Cuántas han sido recurridas por la Audiencia Nacional?

– Ninguna.

– ¿Qué ha cambiado? Hubo un momento en que había muchos recursos.

– No sé si había muchos y en qué proporción. Se suele mirar sólo el caso de los de ETA y hay que observar el conjunto de los presos. Los condenados por banda terrorista son sólo un 8%. ¿Qué ha cambiado? Por un lado, el transcurso del tiempo. Cuando alguien entra en prisión se mira qué elementos han influido, cuáles son un obstáculo para su reinserción y se le ofrece un conjunto de actividades para trabajar; eso requiere tiempo, además de la voluntad de hacerlo. Han pasado 3 o 4 años y es más probable que haya más peticiones de paso de grado. Y habrá más. Se están terminando de cumplir las penas y ese es el recorrido normal.

– Ese paso del tiempo explica que ahora haya más peticiones de grado, pero no el motivo por el que la Audiencia Nacional no las devuelve. Este tribunal llegó a recurrir una de cada tres.

– Se explica por la evolución personal. El viceconsejero examina que se cumpla el tiempo establecido y esa evolución personal. Y eso ha ido cambiando. Las manifestaciones que hacen los internos van avanzando, hay una evolución que a veces pedía la propia Fiscalía y que, con el tiempo, se va dando.

– Asociaciones de víctimas, en especial Covite, critican que los etarras que progresan no están arrepentidos. ¿Qué pruebas tienen de que sí lo están?

– El arrepentimiento es siempre una cuestión muy personal. Es muy difícil saber si alguien lo está. Por eso no es el único elemento que se valora. El viceconsejero analiza el expediente y ve qué dice la junta de tratamiento: cómo ha gestionado la vida en el centro, si está preparado para salir y los requisitos específicos. Se ve toda una evolución que tiene que estar apoyada por los informes del psicólogo, trabajador social y demás. Una carta, diga lo que diga, debe concordar con la evolución del interno. Puede haber un texto más escueto que valga porque cada uno se expresa diferente y puede contener los elementos necesarios: términos claros, no ambiguos y que encaja con su evolución. Lo que pide la ley es el abandono de lo que se hizo y la responsabilización del daño, que se nota en reconocer a sus víctimas con nombre y apellidos.

– Usted misma ha defendido que no se puede exigir el arrepentimiento para progresar de grado pero que sería positivo. ¿Hace falta un cambio legislativo?

– Yo creo que es positivo porque responsabilizarse es positivo, para la víctima y para la sociedad en general. Es además mejor para que se pueda reinsertar esa persona. Cualquiera que asuma lo que ha hecho tendrá menos opciones de volver a hacerlo.Pero no se puede imponer. Porque además no valdría. Lo que sirve es una transformación personal.

– Ha habido un cambio de color político en Prisiones, que ha pasado del PNV alPSE. ¿Se han modificado los criterios para progresar de grado?

– Los criterios son los que marca la ley. Nosotros no podemos decidirlos. El Derecho Penitenciario está regulado por la ley penitenciaria y el reglamento y es competencia del Estado. El Derecho Penal, también. Nosotros somos la istración penitenciaria y tenemos la gestión de todo eso, pero tenemos que aplicar las leyes. Es cierto que el departamento es otro, y claro que hay novedades. Ha cambiado la motivación de las resoluciones: el viceconsejero ha hecho un esfuerzo en profundizar en esos argumentos. En explicar por qué en cada caso concreto concurren los requisitos y hacerlo con lenguaje sencillo.

– ¿Ha habido más novedades?

– Sí, en conectar el área de Justicia con la de Derechos Humanos. Las víctimas están invisibilizadas. Es necesario escucharlas e informarlas. Cada víctima decidirá si quiere saber, que algunas no querrán, pero ofrecerlo es un ejercicio de transparencia. Y les damos la posibilidad de ar con las personas que toman las decisiones. En las fichas se exponen lo que se ha valorado para conceder el tercer grado.

– ¿Se están impulsando los encuentros restaurativos entre víctimas y victimarios?

– La justicia restaurativa es un instrumento muy valioso para la restauración cuando lo quieren víctimas y victimarios. Es algo muy íntimo para las personas y pone de manifiesto todo lo que se lleva dentro.Por eso tiene que ser discreto y un espacio de privacidad. Vamos a fomentar todo lo que ayude pero con total discreción.  

– La mitad de los 140 internos de ETA ya realiza diferentes trabajos en prisión. ¿Sigue habiendo una parte que se niega?

– Sí, pero es mucho más pequeña que antes. Es mínima. Ojalá pronto todos quieran hacer esa evolución.

– Se habla mucho del cumplimiento de penas definitivo de todos los presos de ETA. ¿En qué año estima que llegará?

– Depende de las penas, pero es cierto que hay muchos condenados que han cumplido 20 ó 25 años y el máximo es 30. Hay casos excepcionales de 40, pero son pocos. Muchas condenas se habrán cumplido dentro de pocos años.

– Es un momento delicado.

– Estamos en un momento social diferente porque se está alcanzado ya el cumplimiento de las penas. Lo que supuso, afortunadamente, el fin de ETA no hace falta ni explicarlo, pero estamos en otro momento que no está exento de complejidad. Hay cumplimientos por el paso del tiempo y más espacios de regímenes de semilibertad. Y hay que buscar una convivencia en sociedad y pensar en cómo este momento puede afectar a las víctimas.

– ElPP sigue denunciando que los presos de ETA gozan de ventajas o privilegios. ¿Es así?

– Ninguno. A cada persona privada de libertad se le aplica el tratamiento penitenciario de la misma manera. No hay privilegios.

– La propia consejera aseguró que los procesos de reinserción no están siendo los mejores. ¿Qué han cambiado ustedes?

– En primer lugar queremos poner el foco en esa reinserción. ¿Qué es? No volver a delinquir, por supuesto, pero también volver a conectar con la realidad. Que no repitan los patrones que les llevaron a prisión. Ydarles un tratamiento individualizado. Fomentar el trabajo y actividades en el exterior. Para una persona que está 20 años en prisión sin salir es muy difícil la reinserción. Antes necesitan estar en espacios de semilibertad.