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José Ignacio Asensio (Tolosa, 1966) acaba de ser reelegido secretario general del PSE-EE de Gipuzkoa con el 98% de apoyos y afronta el nuevo ... mandato con una ejecutiva renovada, rejuvenecida y «con la incorporación de valores». Llegan 15 caras nuevas. El primer teniente de diputada general repasa la actualidad guipuzcoana y vasca preocupado por los vaivenes internacionales provocados por EE UU, pero también por el choque entre PNV y PSE por la defensa del lehendakari de la conexión del TAV con Navarra por Ezkio-Itsaso. «Se tenía que haber mantenido fuera de las urgencias internas del PNV», apunta.
–¿Comparte el «tirón de orejas» que le expresó Eneko Andueza al lehendakari por afirmar, en una entrevista en DV, que la opción del Gobierno Vasco sobre el TAV «sigue siendo la del informe de 2018 que apuesta por Ezkio-Itsaso»?
–Lo que hace Eneko Andueza es recordarle que el Gobierno Vasco tenía que esperar a los informes técnicos, como se había quedado con el Gobierno de España, y que iba a ser una codecisión de ese Ejecutivo de Sánchez, el Gobierno Vasco y el de Navarra. Creo que las declaraciones del lehendakari responden más a sus urgencias internas en el PNV. Ese planteamiento que hace Pradales estaba fuera de lo que se había establecido en el Gobierno Vasco, que antes de tomar partido, había decidido esperar a los informes técnicos y, que dependiendo de lo que se establezca, ya se tomará una decisión definitiva.
–¿A usted le ha parecido también que ha actuado «como portavoz del PNV de Gipuzkoa» como afirmó el líder del PSE?
–Yo creo que ha respondido a esas urgencias internas que tienen en el PNV porque el partido en Gipuzkoa salió mal parado de la Asamblea Nacional en este ámbito.
–¿Cómo se está viviendo esta polémica en el seno del PSE de Gipuzkoa cuando para ustedes la apuesta es justamente Ezkio-Itsaso? ¿Les preocupa?
–Todos los avances que ha habido en el desarrollo del TAV se han producido de manos del Partido Socialista. Básicamente, desde que Iñaki Arriola, en el Gobierno Vasco de Patxi López, cogió las riendas del desarrollo del TAV y la encomienda de gestión que teníamos del Ejecutivo de España. Hay que recordar también que el Gobierno Ibarretxe, bien sea por incapacidad o por miedo, no hizo nada en su época. Cuando han sido responsables consejeros del PNV el avance ha sido mínimo.
–¿Parte de esta polémica tiene que ver con el temor a que ya haya tomada una decisión política en el Ministerio de Transportes para que sea Vitoria la opción y no Ezkio?
–Yo estoy seguro que en el Ministerio no hay ninguna decisión tomada. El secretario de Estado, José Antonio Santano, estuvo con la diputada general y conmigo mismo en febrero y ya nos comunicó que se estaban esperando los informes técnicos y que en base a ellos y a las tres alternativas que había encima de la mesa, se tomaría la decisión, siempre teniendo en cuenta todos los aspectos económicos y de ámbito sostenible y medioambiental. También nos puso sobre la mesa las dificultades que había para hacer las cartas correspondientes. Yo lo que pido es que se aceleren los informes técnicos y se tome la decisión lo antes posible.
–¿Cuándo podrá ser?
–Espero que pronto
–¿Cuándo es pronto?
–En los próximos meses, espero, pero no tengo más información. Se habló del primer semestre.
–¿Este primer encontronazo de calado a cuenta del TAV complica la relación entre PNV y PSE?
–Lo que hace es clarificar en parte las reglas del juego. Nosotros somos siempre leales a los acuerdos que hacemos y las urgencias partidistas creo que tienen que estar un poco al margen. El lehendakari seguramente se tenía que haber mantenido fuera de las urgencias internas del PNV, pero yo no seré quien le reproche lo que tiene que decir o hacer, él verá.
–Esta polémica ha surgido a los pocos días de su reelección como líder del PSE de Gipuzkoa, en el 10º Congreso del partido que reivindicó la «fuerza» del socialismo en el territorio. ¿En qué se traduce?
–Yo la definiría como la capacidad de decisión. Se ha demostrado en varios hechos muy trascendentales y estructurales. El más importante, la reforma fiscal, claramente. El PSE ha logrado centrar los debates, la solución y la reforma donde queríamos nosotros.
–¿El 'veto' al PP en ese acuerdo le ha generado algún tipo de fricción con el PNV?
–No. Hemos tenido posturas diferentes. No es un problema de vetos, nosotros no vetamos a nadie en los acuerdos políticos, es un problema de política fiscal, de cuál es el modelo. El que presentaba el PP en Gipuzkoa era un modelo regresivo, no mejoraba la progresividad ni el tratamiento de las rentas del trabajo, tampoco la progresividad en las retas del capital, teníamos menor recaudación y no garantizaba la suficiencia financiera para hacer frente a las políticas públicas. Sus medidas suponían tener una recaudación de 500 o 600 millones menos. Ahí el PSE no podía estar en ningún caso y eso no es un veto.
–¿Qué significa la elección Azahara Domínguez como 'número dos' en la Ejecutiva?
–Queríamos incorporar valores nuevos que están despuntando, más jóvenes, que ya tienen experiencia en la gestión y son presente y futuro del partido. Eso explica la apuesta personal para que Azahara Domínguez también dé ese paso. Destacan también otros valores como Nuria Alzaga, Ricardo Crespo, Jesús Zaballos, que ha sido mi brazo derecho en la negociación de la fiscalidad, o Maite Arana, alcaldesa de Larraul, con la simbología que tiene, porque ahí nos enfrentamos a un PNV al que le ganamos 5 a 2. Por cierto, de concejala una tal Maribel Vaquero.
–¿Domínguez está llamada a ser su 'delfina'?
–Yo no lo calificaría así, pero es una de las políticas con mayor proyección que tenemos en el partido. Aunque yo no incorporaría presión en ese sentido, yo estoy elegido para cuatro años y me siento con fuerza y con ganas.
–Entre los propósitos para el nuevo mandato al frente del partido se marca recuperar la Alcaldía de San Sebastián. No parece una tarea fácil.
–Estamos en una tendencia creciente en distintas elecciones. Ha habido una consolidación del voto socialista importante, mientras a EH Bildu le vemos que ha tocado techo, fuerte pero lo ha tocado, y el PNV está sufriendo un desgaste importante y su fidelidad del voto es más errática. Tenemos mucha más fidelidad de voto los socialistas. Lo de recuperar San Sebastián, pero también Errenteria y Pasaia y mejorar nuestros resultados en el Bidasoa, es un objetivo claro.
–¿Para ese reto en Donostia piensa en Oyarbide como candidata?
–Ane Oyarbide es la llamada a liderar ese proceso. Lo está haciendo muy bien. En Donostia tenemos a un alcalde, Eneko Goia, que, a nadie se le escapa, está desgastado, con todos los respetos. Y Ane es una persona joven, que tiene ese espíritu de renovación, una proyección a futuro y que puede ver la ciudad con otra visión mucho más moderna, más cosmopolita y más pegada a la calle,
–En Irun, Cristina Laborda se enfrenta al examen de mantener el tirón de Santano. ¿Le preocupa?
–Está haciendo un magnífico papel y en el poco tiempo que lleva de alcaldesa ha conseguido tener un acuerdo con el PNV que está dando sus frutos.
–¿Ha cambiado en algo su relación con el PNV de Gipuzkoa tras la llegada de María Eugenia Arrizabalaga a ese liderazgo jeltzale?
–A María Eugenia le conozco hace bastante tiempo y no tengo una mala relación con ella. Las interlocuciones que podíamos tener con Egibar, Jauregi o Lasa, en un momento dado, han cambiado y los estilos son diferentes. María Eugenia Arrizabalaga es una persona que habla muy directamente, no se muerde la lengua y yo tampoco.
–¿Qué significa el saludo sonriente de Andueza y Otegi en los previos de la última reunión en Donostia? ¿Hay un nuevo tiempo de relación?
–Normalidad absoluta. El grado de colaboración, de acuerdos, que está habiendo en términos generales en la política vasca ya viene de lejos. No es nada novedoso. Se circunscribe en un ámbito de relación de partidos. Es una relación de normalidad, con un partido que tiene la presencia que tiene y con el que también estamos llegando a acuerdos en distintas instituciones, no solamente en el Congreso. Me parece muy razonable que se tenga una relación fluida.
–¿Esto puede llevar a pensar en futuras fórmulas para llegar a gobernar juntos dentro de dos años?
–El futuro no está escrito. Ya dijimos que sin terrorismo y sin violencia todo era posible. Es verdad que quedan pasos por dar para hacer acuerdos estables. Para gobernar juntos todavía queda un trecho importante. El PSE aspira a crecer y a mantener los acuerdos actuales. La próxima legislatura ya se verá en qué posición nos dejan a cada uno las elecciones. Una cosa es que te veas con cierta amabilidad, con una relación fluida, razonable, hasta con cierta efusividad, pero para que eso sea sinónimo de llegar a acuerdos estables mañana queda un trecho.
–¿Y más allá de las próximas municipales y forales?
–Seguramente sí. Ya veremos. Aquí, en Gipuzkoa es EH Bildu el que pone todos los impedimentos. No quiere ningún acuerdo y además no es capaz de ir a un entendimiento con ningún otro partido para establecer una situación de mayoría estable.
–¿El momento inédito de Mertxe Aizpurua entrando en la Moncloa también es normalidad?
–Es que todo es lo mismo, nos tenemos que acostumbrar a eso. Es normalidad una vez que ya no hay terrorismo.
–¿Qué puede hacer la Diputación para proteger a los afectados por los aranceles de EE UU. ¿Han pensado algo concreto?
–Vamos a ver qué capacidad de negociación tenemos en Europa. Es muy triste como está cambiando el orden mundial en un cuarto de hora. Es de un matonismo político extraordinario. ¿Qué podemos hacer desde la Diputación? Complementar las ayudas del Gobierno Vasco y del central, y estar muy cerca de nuestro tejido económico industrial. Si tenemos que hacer instrumentos a medida para determinados sectores que estén más afectadas por los aranceles, tenemos la fiscalidad, la Hacienda pública y tenemos el o directo con las industrias. Ahí la Diputación no va a fallar.
–¿Se debe gastar más en armas o eso le crea contradicciones como político de izquierdas?
–A mí no me genera ningún tipo de contradicción. Si quieres defenderte, te tienes que preparar. Además gestionar o prepararse para la defensa también es tener autonomía energética. Si no la tienes, da igual la cantidad de bombas que hagas.
–Ediles del PSE en Gipuzkoa han hecho alegaciones a los parques eólicos. ¿Qué está pasando, no están convencidos del proyecto?
–Yo estoy a favor, cuantos más mejor, pero no me quedo en el discurso. ¿Eso quiere decir que los siete proyectos que hay en Gipuzkoa tienen todos la misma viabilidad y que no hay que hacer alegaciones y aceptarlos como son? No. De los siete proyectos previstos, cuatro o cinco tienen poco problema.
–¿Le preocupa que la gente tenga que manifestarse en la calle para pedir una vivienda digna?
–La parte positiva de todo esto es que se está generando una expectativa de cambio. Creo que Denis Itxaso en menos tiempo no puede hacer más cosas.
–¿Le preocupa que con la llegada de Aitor Esteban a la presidencia del PNV, el partido gire más a la derecha?
–A Aitor Esteban le conozco de su presencia en Madrid. Aquí le toca hacer un papel seguramente muy diferente. Y es una incógnita para propios y extraños, por muy conocido que sea en la política estatal. Vamos a esperar qué decisiones toma. Espero que no haya excesivos cambios.
–Parece que de entrada ha enfriado las expectativas sobre los acuerdos del nuevo Estatuto. ¿El reconocimiento nacional de Euskadi puede ser punto de partida para alcanzarlos?
–Nosotros estaremos dispuestos a ahondar en todo lo que esté dentro del marco jurídico constitucional. Evidentemente el derecho a la independencia no lo vamos a avalar nunca. Curiosamente, siempre se suscita el mismo debate acerca de que hay una mayoría nacionalista, pero esos partidos no van con el derecho a la independencia a unas elecciones, ni dicen que al día siguiente van a promover una secesión. Nosotros estamos en otras cosas, en lo que interesa a la gente. Estamos preocupados de que ante los vaivenes internacionales seamos capaces de tener herramientas para pelear contra ello en Euskadi y eso está muy lejos de ir por la vía del derecho a la independencia.
–¿Sánchez ha podido prometer algo a los nacionalistas para que piensen que hay que aprovechar la oportunidad de su mandato para llegar a acuerdos?
–La reforma del Estatuto la tenemos que hacer los partidos vascos y aquí la opinión del Partido Socialista la marcará el PSE bajo el liderazgo de Andueza. Ese va a ser el posicionamiento, alto y claro. Sánchez no va a hacer nada diferente sin que lo hayamos hablado en el PSE y sin que Andueza haya dado su visto bueno.
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