No porque se supiese con anterioridad deja de ser noticia. La afición del PAOK dio ayer una exhibición de animación en Anoeta incluso antes de ... que echara el balón a rodar. Desde que se levantara el campo de Amara en 1993 pocas aficiones han dejado una imagen como la de anoche puesto que los 1.900 griegos que llenaron la grada visitante del Reale Arena dejaron huella en el partido. Les dio igual el resultado. Tan solo la del PSG, también muy ruidosa, ite comparación con la afición helena.
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Aglutinados desde dos horas antes del comienzo del choque, la afición del PAOK empezó a cantar hora y media antes del inicio y no paró hasta cuarenta y cinco minutos después del pitido final. La UEFA establece que en los encuentros continentales la hinchada visitante debe permanecer en su sitio hasta al menos medio hora después de acabar el partido. Ubicados en el córner, los griegos adornaron el metacrilato que cubre la grada visitante con banderas, al más puro estilo inglés. El águila negro y otro tipo de símbolos inundó el quesito de esa parte del estadio.
Durante el día no hubo que lamentar incidentes puesto que los aficionados del PAOK realizaron la kalejira habitual sin problemas. En el puente del Kursaal sí que encendieron bengalas y otro material pirotécnico, pero el comportamiento fuera del estadio fue ejemplar.
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