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La carta de Roberto Olabe
Han sido 18 años a lo largo del tiempo, a lo largo de mi vida, disfrutando del privilegio de formar parte de la familia txuri-urdin. Jugar, entrenar, gestionar... quiero acordarme de aquellas personas que me han ido dando oportunidades a través del tiempo, y de aquell@s otr@s, que con su compañía, contribuyeron a pelear por nuestros objetivos, por nuestros sueños.
Gracias.
Hoy termina un ciclo para mí. Este, ha sido un viaje extraordinario con clasificaciones europeas, una Copa para la historia, nuestro pequeño paseo por Europa con vosotras Gar, título y finales para seguir creciendo en clave Fem.
Las experiencias de play-off jugados y la alegría de los ascensos vividos de Sanse y Gorabide, Luki, todo ello como parte de una evolución profunda de nuestro club, desde un modelo propio y singular, para situarlo entre los mejores.
Nada de eso hubiera sido posible sin el coraje colectivo para tomar decisiones valientes y el compromiso de todos para sostenerlas en el tiempo. Lo hicimos. Lo hicimos juntos. No paréis…
Gracias, Jokin, Erik, Imanol, y a todos los entrenador@s y cuerpos técnicos que habéis compartido esta aventura con humildad, exigencia y una fe inquebrantable en lo que éramos y en lo que podíamos llegar a ser, desde la convicción en una forma de hacer…
Incluso en este final, más complejo, valoro vuestra dignidad y aplomo para cerrar un ciclo con honor.
… Anoeta, no será fácil olvidar tu energía dos veces por semana. Desde Bultzada hasta Familiar, tod@s, a 33 y a 45 rpm, todos en blanco y azul. Vuestra pasión ha sido parte de nuestro modelo de juego, y vuestro entusiasmo, a seis metros del campo, cambió nuestro rendimiento.
Agradecido también al Consejo de istración por acompañar con discreción, y al presidente, cuyo fuego interior nos ha retado cada día a ser más ambiciosos.
No siempre ha sido fácil, pero sí profundamente inspirador. De lunes a viernes, ha sido un aprendizaje continuo.
Añoraré Zubieta, Gorabide, Gainditu, su gente, su dirección, sus coordinadores, vuestra armonía. Ese núcleo de conocimiento compartido que sueña con formar, con acompañar, con respetar los procesos de cada jugador y de cada persona.
Gracias por mantener viva esa conversación interminable sobre el juego, sus exigencias y su misterio.
Extrañaré a los técnicos. Sois el alma operativa y entusiasmada de todas nuestras estrategias. A los que guiasteis sueños posibles, recordaros una y otra vez que sois muy valiosos para este Club. Gracias a quienes me habéis dejado acercarme a vosotros para crecer juntos, para transformar, para cambiar. Gracias por hacerme mejor.
No olvido a los jugadores. A los que aún peleáis por llegar, por derribar barreras, por merecer la oportunidad de cruzar la última frontera de los miedos... Recordad a la señora del bate...
Y a los que ya sois referentes. A quienes lleváis nuestro escudo por el mundo. A los que nos hacéis vibrar con cada logro y nos permitisteis estar cerca, acompañaros, conversar,... Echaré de menos tocaros, «golpearos»... Gracias de corazón.
Y gracias también a todos aquellos que no salís en las fotos, pero sin los cuales nada sería posible. Los que hacéis que ocurran las cosas, aunque vuestro nombre no aparezca en una alineación, un fichaje o un título. Los que hacéis RS a miles de kilómetros de distancia. Vuestra generosidad callada ha sido el sostén invisible de cada paso del camino.
Sí, hablo de ti!!
Mi gratitud a todos vosotros por vuestro respeto y vuestra empatía. Deseo que el proyecto RS siga resonando en el mundo, planteando desafíos que emocionen y unan.
Cuando volví, mi único objetivo era ser parte de la Real. Aportar desde la experiencia. Dar estabilidad, profundizar en un proyecto vivo con un modelo de desarrollo de jugadores, formados o firmados. Conectar objetivos con emociones. Construir un club que compitiera por todo cada año, sin perder el alma.
Hoy os digo agur, orgulloso de haber formado parte de algo tan grande con todos vosotros. Agradecido por todo lo vivido. Si en algún momento no estuve a la altura, pido perdón. A quienes generé otra emoción distinta, mis disculpas más sinceras.
Me voy triste, pero con la euforia de quien ha tenido el honor de ser uno más entre vosotros. Seguro de que la Real seguirá siendo eso que nos hace iguales entre nosotros y diferentes en frente de los demás.
Nos vemos en el mundo.
Nos vemos en Gipuzkoa.
Roberto Olabe
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