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J.M.
Viernes, 30 de mayo 2025, 06:51
Muchas personas observan con decepción cómo las cerezas de su árbol caen al suelo antes de alcanzar su color rojo brillante y su sabor dulce característico. Este fenómeno, aunque común, genera dudas y frustraciones, sobre todo cuando se espera disfrutar de una cosecha abundante. La caída prematura de las cerezas tiene varias causas posibles, algunas naturales y otras relacionadas con desequilibrios en el entorno del árbol.
En primer lugar, es importante entender que una cierta cantidad de caída de frutos es completamente normal. Este proceso, conocido como caída fisiológica, es una estrategia natural del cerezo para regular la cantidad de frutos que puede desarrollar con éxito. Cuando un árbol ha producido muchas flores, tiende a eliminar de forma espontánea parte de los frutos jóvenes para concentrar su energía en los que quedan, asegurando así su desarrollo completo.
Sin embargo, cuando la caída de cerezas es excesiva o se produce demasiado pronto, suele deberse a factores externos que afectan la salud y el equilibrio del árbol. Uno de los motivos más comunes es la falta de agua. Aunque el cerezo no requiere grandes cantidades de riego, necesita una humedad constante durante la etapa de crecimiento de los frutos. Si el suelo está seco durante este periodo, las cerezas pueden caer antes de tiempo debido al estrés hídrico.
Otra causa frecuente es la polinización insuficiente. Algunas variedades de cerezos no son autofértiles, lo que significa que necesitan la presencia de otra variedad compatible cercana para que se complete el proceso de polinización. Si no hay otros cerezos en las cercanías o si durante la floración hay pocos insectos polinizadores, como abejas o abejorros, el resultado puede ser una fructificación deficiente y la posterior caída de los frutos mal desarrollados.
Además, los cambios bruscos en el clima, como una ola de frío inesperada o un calor excesivo, pueden interrumpir el proceso de maduración y provocar la caída de las cerezas. El cerezo es sensible a las variaciones del entorno, y estas alteraciones pueden desequilibrar su desarrollo.
Las enfermedades y plagas también juegan un papel importante. Por ejemplo, la mosca de la cereza pone sus huevos dentro de los frutos cuando aún están verdes, lo que lleva a su deterioro y caída prematura. De igual forma, ciertas enfermedades fúngicas como la moniliosis, que causa podredumbre en los frutos, pueden provocar que se ablanden, se oscurezcan y finalmente caigan antes de tiempo.
Por último, un suelo pobre en nutrientes esenciales como el potasio y el fósforo puede dificultar el crecimiento saludable del fruto, haciendo que no se desarrolle adecuadamente y termine cayendo.
En resumen, aunque parte de la caída de cerezas es natural, cuando se vuelve excesiva es señal de que el árbol está enfrentando algún tipo de estrés o desequilibrio. Comprender estas causas puede ayudar a tomar medidas básicas que mejoren la salud del árbol y aumenten las posibilidades de disfrutar de una cosecha más abundante y sabrosa.
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