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J. F.
Sábado, 17 de mayo 2025
Recibir un regalo en China a menudo implica una intrincada coreografía de cortesía que puede desconcertar a quienes no están familiarizados con ella. Lo que a primera vista podría parecer un rechazo descortés es, en realidad, una tradición cultural profundamente arraigada, tal y como explica la joven Emily, divulgadora de contenidos relacionados con las diferencias culturales entre su país de orgien y Europa.
La costumbre dicta que, al recibir un obsequio, la primera respuesta debe ser una declinación. Esta acción se repite varias veces, siendo tres el número frecuentemente citado. Este gesto no es una señal de ingratitud o desprecio por el regalo, sino todo lo contrario: es una muestra de humildad y buenos modales. «En China nunca aceptamos un regalo a la primera, de hecho, lo rechazamos tres veces», explica la joven, conocida en las redes sociales como @Emily chinita y que cuenta con miles de seguidores de sus vídeos explicando las diferencias culturales entre su país de origen y China.
«No es por orgullo ni mala educación, es algo mucho más profundo», explica. El propósito detrás de estos rechazos iniciales es inducir a la reflexión en la persona que ofrece el regalo. Se busca que quien ofrece dicho regalo se detenga a considerar la sinceridad de su gesto y el verdadero impacto de su ofrenda. Emily explica que esta pausa obliga al dador a preguntarse «¿de verdad quiero regalar esto? ¿me afecta perderlo? ¿va a mejorarle la vida a esa persona?». De este modo, su explicación concluye que «al rechazarlo tres veces provocamos la reflexión en el otro».
Los rechazos iniciales no son finales, sino que son interpretados como «una pausa obligatoria para que el corazón hable». La expectativa cultural es que quien ofrece el regalo insista, demostrando así la autenticidad y la intención detrás del regalo. Es solo «cuando alguien insiste después de pensarlo,» que el regalo se acepta, momento en el cual «ya no es un simple objeto, es un acto de intención pura». Emily puntualiza que «no se acepta el recaro hasta que alma esté lista para aceptarlo».
Aunque esta tradición es una parte integral de la etiqueta china, puede ser una fuente de confusión para los extranjeros. La falta de comprensión sobre este «baile» puede llevar a que el dador se sienta ofendido o que su esfuerzo no sea apreciado. Sin embargo, conocer y respetar esta práctica es fundamental para establecer relaciones armoniosas en China.
Este acto de rechazo inicial se enmarca dentro de un amplio conjunto de normas de etiqueta que rigen las interacciones sociales y de negocios en China, incluyendo el énfasis en el respeto, la armonía y el concepto de «cara» o mianzi. La forma de entregar y recibir regalos, a menudo con ambas manos, y el momento de abrirlos (frecuentemente después de que el regalador se ha ido), son otros aspectos importantes de esta cultura. También se deben evitar ciertos objetos y números considerados de mala suerte al hacer regalos.
Relojes, en general y específicamente los relojes de pared se consideran inauspiciosos. Esto se debe a que la expresión «regalar un reloj» suena similar al término asociado con los ritos funerarios
Pañuelos, suelen asociarse con las despedidas y los finales, lo que los hace regalos inadecuados
Objetos afilados, como cuchillos, tijeras o cualquier cosa que corte simbolizan la ruptura de relaciones
Zapatos, esta palabra suena «mal» en mandarín y puede implicar alejarse de una relación
Flores blancas o crisantemos, si se regalan a alguien enfermo, se consideran de mala suerte, ya que este tipo de flor se utiliza en los funerales
Regalos en número de cuatro, ya que en chino se pronuncia de forma muy similar a la palabra «morir»
Además de los objetos y números, el color del envoltorio también es importante. Se debe evitar envolver los regalos en color blanco o negro, ya que suelen tener relación con la muerte y los funerales. El amarillo con letras negras también se relaciona con funerales y muerte. Los colores considerados de buena suerte para envolver regalos son el rojo, el rosa y el dorado.
En definitiva, comprender la práctica de declinar un regalo en China es esencial para navegar las interacciones culturales. No es un gesto de desprecio, sino un complejo ritual que busca asegurar la sinceridad del obsequio y honrar la relación entre el dador y el receptor.
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