Unos padres de Leioa ofrecen una recompensa para recuperar las fotos que les robaron de su hija

Su desesperación por perder un bien tan preciado, «que no sirve de nada a los ladrones», les llevó a colocar por la localidad unos carteles para reclamar que se la devuelvan, aunque sea en el buzón de su vivienda. Tal es su interés por rescatar este importante capítulo de sus vidas, que dejan bien claro su disposición a ofrecer «una importante recompensa» económica a quien les entregue la tarjeta de memoria.

Los carteles también facilitan un número de teléfono exclusivo para este cometido. Sin embargo, desde que colocaron los carteles tras el robo que sufrieron la noche del 23 al 24 de mayo, sólo han recibido una llamada que, de momento, no les ha conducido a nada. «Hemos hecho esto a la desesperada ante la rabia e impotencia que tenemos. Esa tarjeta no les sirve de nada a los ladrones y para nosotros es muy preciada. Tiene una valor sentimental inimaginable. Mi mujer está hecha polvo», comenta el padre de la niña, que prefiere mantener el anonimato.

Cuando la familia salió de su casa el sábado 23 a las cinco de la tarde para ir a pasar la noche en el camping de Gorliz y «respirar un poco y pasear después de los tres meses de encierro», no imaginaba lo que les esperaba a su regreso el domingo. Y lo peor de todo fue, según relata el matrimonio, que no se dieron cuenta del robo hasta hora y media después de estar en casa. «La cerradura estaba intacta, como la dejamos al irnos», aseguran. Una caja desplazada de su lugar habitual y un cajón entreabierto levantaron las primeras sospechas, que se confirmaron al hallar una colilla bajo la mesa del comedor. «Es la única prueba que cuenta la Policía, pero si esa persona no tiene antecedentes no aporta nada», lamentan.

Apenas encontraron desorden en la vivienda, de la que los ladrones sustrajeron también una tablet, un secador de pelo y nueve mascarillas que les había facilitado el Ayuntamiento de Leioa, así como «unos gemelos de oro de mi padre, de gran valor sentimental». Pero lo que realmente importa a esta pareja es recuperar los recuerdos de su hija. «A ver si tocamos la fibra del ladrón, si es que la tiene, y nos devuelve las fotografías».