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Osakidetza hará fijos 2.109 puestos temporales que cubren necesidades del servicio y que estaban ocupados por trabajadores eventuales, y creará 358 plazas estructurales en Atención Primaria como medida de respuesta a la falta de profesionales que sufre la sanidad vasca desde hace tiempo, y que se hace especialmente palpable en centros de salud y ambulatorios, donde muchos han tenido que recortar su horario de atención a los pacientes. Con esta iniciativa, el Gobierno Vasco aprueba la «mayor ampliación de plantilla estructural» del Servicio Vasco de Salud de los últimos 20 años, que elevará el número de trabajadores del ente hasta los 30.073 empleados. Las medidas, que ya fueron avanzadas a finales del mes de septiembre por el lehendakari en el pleno de Política General, fueron refrendadas este martes por el Consejo de Gobierno y calificadas como un «hito» por la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, en un acuerdo que «sigue la senda de la reducción de la temporalidad y la apuesta por el empleo estable y de calidad» en Osakidetza.
Según anunció la propia Sagardui en la rueda de prensa tras el Consejo de Gobierno, esta ampliación de plantilla se ha fundamentado en dos vertientes principalmente. La primera, hacer fijos los más de 2.000 puestos eventuales que saldrán a oposición en alguna de las próximas convocatorias. Según avanzó la consejera, una parte estarán incluidos dentro de la oposición de estabilización que se resolverá vía concurso de méritos y OPE 'blanda', mientras que el resto se incluirán en concursos ordinarios. «Tras analizar las necesidades (...), se ha visto que era necesario ampliar la estructura de Osakidetza para dotarla de mayor estabilidad y de calidad en la contratación, con la consiguiente reducción de la eventualidad», apuntó la titular de Salud, cuya voluntad es publicar las bases de ambas convocatorias antes del 31 de diciembre del presente ejercicio.
La segunda vertiente hace referencia a un refuerzo de la Atención Primaria con la creación de 358 nuevas plazas estructurales que estarán cubiertas «lo antes posible», según avanzó Sagardui, que no quiso concretar ningún plazo específico. Son puestos destinados «a dar respuesta de forma eficiente a las necesidades de salud actuales y previstas a corto y medio plazo en la sociedad vasca», puntualizó. En el caso de los ambulatorios y los centros de salud, el refuerzo será de todo tipo de perfiles profesionales, desde médicos de familia y pediatras, hasta facultativos, personal de fisioterapia, farmacia y istrativos. «Indudablemente, la incorporación de nuevos profesionales supone también una ampliación de la cartera de servicios que vamos prestando en Osakidetza y todo ello contribuye a la mejora de ese servicio», recalcó la titular de Salud.
Todo ello supondrá que el Servicio Vasco de Salud cuente con la plantilla estructural más amplia de su historia y que se plasmará en diferentes Ofertas Públicas de Empleo que se irán convocando en la presente legislatura. En estos momentos se está llevando a cabo el desarrollo de la OPE 2018-2019 que comenzó el pasado mes de junio —en la que se ofertan un total de 3.535 plazas, de las cuales 1.610 están reservadas para Atención Primaria, y para la que se apuntaron 38.654 personas— y antes de final de año se convocará otra OPE de estabilización (3.723), además de la reposición de otras dos pruebas correspondientes a 2020 y 2021, con 1.002 y 1.273 plazas, respectivamente. Asimismo, Sagardui también avanzó que está «pendiente de aprobación» la convocatoria correspondiente a 2022, «que podría sumarse a los procesos anteriores».
El Ejecutivo vasco trata de dar respuesta así a la actual situación de la sanidad pública vasca, muy cuestionada por la oposición, sindicatos y los propios profesionales del ente, que llevan tiempo denunciando la decadencia del servicio ante el déficit de personal en ciertas especialidades y la falta de previsión para hacer frente al rejuvenecimiento de la plantilla. Esta situación a llevado a varios ambulatorios y centros de salud tanto de Euskadi como de Gipuzkoa a verse en la obligación de recortar el horario habitual de atención a los pacientes, una práctica que había comenzado a extenderse más allá de determinadas épocas como el verano o las Navidades. Es el caso, por ejemplo, del ambulatorio de Amara Centro de Donostia, que desde el pasado 26 de septiembre cierra a las 17.00 horas en lugar de las 20.00, o el de Beraun, en Errenteria, que hace lo propio desde el día 10 de este mes. Unos recortes que el Departamento de Salud siempre ha calificado de «puntuales», insistiendo en que «no se va a dejar de atender a nadie».
Los esfuerzos por paliar esta carencia llevaron incluso al Gobierno Vasco a ofrecer, a comienzos de año, salarios de 3.000 euros mensuales y contratos mixtos —en los que los profesionales combinan ambulatorio y hospital— de larga duración, después de que Salud solo lograra cubrir un tercio de las plazas de pediatría y el 60% de las de médico de familia en la última oferta de contratación, tras poner en marcha un programa específico para 'fichar' a este tipo de profesionales. «Osakidetza está contratado todo profesional disponible en el mercado laboral para ofrecer la atención a la población en los centros de salud», ha repetido en reiteradas ocasiones la consejera, dejando claro que no se trata de un problema únicamente de Euskadi, sino a nivel estatal y mundial.
Paralelamente, el Ejecutivo vasco tiene previsto poner en marcha un plan para «incentivar» aquellos destinos conocidos como 'plazas de difícil ocupación', lo que pasa por hacer más atractivos a nivel de horarios o retribuciones esos puestos o huecos que llevan años sin ocuparse. La mayoría suelen encontrarse en zonas rurales, a cierta distancia de los principales núcleos de población. Para compensarlo, Salud estudia mejorar las condiciones laborales de los profesionales contemplando la posibilidad de cubrir una parte o el kilometraje completo que los sanitarios tienen que realizar desde sus domicilios hasta el centro de salud. También están sobre la mesa mejoras salariales específicas para estimular su cobertura.
El anuncio de la ampliación de la plantilla estructural de Osakidetza, sin embargo, rápidamente obtuvo la oposición sindical de varias centrales. ELA tachó de «propagandístico» el anuncio del Gobierno Vasco y aseguró que «no va a haber más trabajadores», ya que las 2.467 plazas anunciadas «están cubiertas por personal temporal», al mismo tiempo que recordaron que «la 'ley Iceta' obliga a crearlas de forma estructural».
Por su parte, LAB denunció que la consejera Sagardui «no tiene intención de cumplir la ley» y bajar la temporalidad de Osakide-tza al 8%, y criticó que la dirección «lleva meses gestionando el proceso de estabilización como si de un bazar se tratase, cuando la ley es clara en cuanto a los criterios que deben cumplirse». Asimismo, aseguraron que se deberían crear «al menos 1.000 plazas más», unas cifras que el departamento no aceptaría «porque colisionan con sus planes de desmantelamiento de la sanidad pública».
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